26 de septiembre de 2013.

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26 de septiembre de 2013

Primera parte: Eira

¡Eirita no vayas a dormirte que todavía debemos terminar con lo que iniciamos!

Me costó abrir los ojos...

¿Me desmayé acaso?

¿En dónde estoy?, respira me decía por dentro.

No podía ver nada, la vista la tenia nublada, como si un banco de niebla de envolviera. Tenía las manos atadas y las piernas adheridas a las patas de una silla de madera.

¿Quién eres?le dije seguido de haberla escuchado.

La pregunta la has hecho mal Eirita... No es quién soy, si no... ¿Quiénes somos?

Apreté mis puños con fuerza sintiendo una electricidad embriagante que me reconfortaba. Me liberé en cuanto las venas de mis brazos se tornaron color negras y tocaron las cuerdas que me sujetaban a la silla.

Al hallarme libre me paré en seco y una sensación de mareo casi me hace caer.

Me recompuse y traté de despejar mi vista, la voz no cesaba y seguía diciendo lo mismo...

¿Por qué? ¿Por qué lo has hecho?

Una y otra vez, como una contestadora que renueva un mensaje constantemente.

¿Qué quieres?le dije severa.

Junté mis manos canalizando energía destructiva.

Ya te dijimos, ¿Por qué lo has hecho Eira?

Lancé el flujo de energía creando un túnel a través de la niebla frente a mí.

Entrecerré los ojos tratando de ver a lo lejos lo que mi poder había despejado a medias, hasta que al escuchar el grito de pánico de una chica fue que me alarmé de pronto.

Corrí, corrí y corrí en dirección en donde mi poder había pasado hace segundos.

Nada era claro hasta que de pronto la niebla comenzó a hacerse menos densa, disipándose, la misma comenzó a desparecer dejando ver en el suelo a un cuerpo de un niño, inerte y color ceniza.

Fruncí el entrecejo sin entender y la piel se me heló al igual que la respiración cuando vi frente al cuerpo en el suelo a Neryn.

¿Por qué lo sigues haciendo? No tienes control Eirita, no solo mataste a mi hermano sino que también has matado al tuyo... ¿Cuándo vas a parar?

Me horroricé cuando la vista la posé en el niño. Corrí hacia él y lo di vuelta sumida en llantos repitiendo su nombre si parar.

Lo tomé en mis brazos y lo abracé con una fuerza que en el caso de que si Alex hubiera estado vivo me habría dicho que lo soltara. Pero lloraba en su pecho y al cabo de unos minutos la vuelvo a escuchar a Neryn.

Mira a tu alrededor Eirita, todos a quienes les has quitado el derecho de vivir...

Al oírla, con mi hermano aun en mis brazos miré, miré y miré...

Todos en el suelo, color ceniza...

De rodillas en el suelo, con el rostro empapado y con mi hermano en mis brazos le reclame.

¿Por qué me haces esto? Nunca te he hecho nada, por qué-e-eétermine llorando con las palabras de reclamo atragantadas.

Levante la vista y aún los cuerpos estaba... no se habían ido.

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