6 de Julio de 2012.
Eira.
El entrenamiento con Elijah se había intensificado. Entraba muy temprano y terminaba más tarde de lo habitual por cada falla que tenía. Terminaba con todo mi cuerpo adolorido por los ejercicios. Me hacía hacer lagartijas, abdominales a lo bestia, correr varias vueltas a todo el campo. Ejercicios de equilibrio, de posición. En este último era en donde más fallaba. Que la posición de manos, de pies, de espalda, de cabeza, de torso y no sé qué más. Él siempre decía que la posición de mi cuerpo era la base de una buena pelea, que no me serviría solo saber cómo se golpea si eso no iba a acompañado de una posición y un equilibrio base.
Cada posición nueva que me enseñaba la enumeraba. Hasta ese momento el número de posiciones que me había mostrado era la número 42.
Después de varios días con él, las mejoras se hacían presentes y nuevas técnicas aprendía. ¿Querían que cooperara? Bueno, ya lo estaba haciendo, de otra no me quedaba.
Elijah no me había hecho pelear aún, ni con él ni con nadie en todo el campo, en parte eso me extrañaba, hasta que ayer la situación se revirtió por completo.
Ayer cuando me presenté para entrenar, me topé como de costumbre con mi entrenador esperándome pacientemente y con los brazos por detrás de su espalda. Me inquietó percibir que no estaba solo, sino que una chica un poco más grande que yo se hallaba quieta a su lado. Cuando llegué a la plataforma donde ellos se encontraban parados, prontamente Elijah me dijo:
—Eira, te presento a Darina —me dijo señalando con el brazo derecho a la chica. Darina era una chica un poco más alta que yo, tenía su cabello rubio sujeto en una cola alta y sus ojos color marrón se posaron en mí apenas estuve con ellos.
Asentí con la cabeza a modo de saludo y gratamente recibí lo mismo por parte de ella.
—La rutina que hemos estado llevando a lo largo de estos días será modificada el día de hoy —continuó diciendo mi entrenador—. Hoy pelearás con Darina.
—¿Cómo pelearé si tan solo con tocarla no sé si puedo o matarla o dejarla inconsciente? —le planteé curiosa y un poco molesta en parte porque pensé que se había olvidado de todo lo que mi poder era capaz.
—No me he olvidado de eso en absoluto —me dijo mientras que por detrás de su espalda sacaba una prenda de vestir de color negro—. Tengo una idea, y esto —dijo señalando lo que prontamente percibí que eran un par de guantes—, es parte de mi idea para que puedas de alguna manera "aislar" el poder de tus manos del cuerpo de otro.
—¿Cómo pueden unos simples guantes evitar que a Darina, en caso de que la llegue a tocar, no la mate al instante?
—Estos guantes son de cuero, este mismo presenta una propiedad de aislamiento térmico, si bien no se realmente si todo lo que reduces a cenizas es producto de una sobrecarga de calor interno que traspasas tu piel y termina por convertir a los otros en cenizas o simplemente es por características propias y complejas que tu poder presenta.
—Eso quiere decir que... que no volveré a herir a mas nadie, no volveré a matar a cada persona que quiera tocar —le dije perpleja y con un poco de esperanza.
—Eso es correcto, ahora ten —me dijo mientras me tendía el par de guantes.
Los guantes eran cortos hasta la muñeca y se ajustaban con un pequeño broche de color plata en uno de los extremos. Me coloqué solo uno como me dijo Elijah de ante mano. Se supone que mi poder se distribuye uniformemente hacia todos los lados de mi cuerpo, por esa razón una de mis manos tendría que estar libre de guante. Era cómodo, pero eso no era lo importante, lo esencial era saber si el plan de Elijah funcionaría.
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BLEVINS
Fanfic¿Qué pasaría si te dijéramos que todo lo que conoces es una mentira? ¿Qué pasaría si te dijéramos que tus padres son los responsables de enviarte directamente al infierno? ¿Nos creerías? Quizá todo esto te suene muy ajeno, muy lejano, algo imposib...