02 de Marzo de 2016.

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02 de Marzo de 2016.

Eira.

La veo entrar en su casa, bien entrada la noche. Y no digo que la veo entrar desde fuera, estoy observando cómo abre la puerta desde dentro de la sala de estar. Está todo a oscuras, y sé que no va a verme hasta que yo quiera que me vea.

Puedo sentir la energía a mi alrededor, como me rodea las manos como una bruma espesa, a la espera de que la utilice a mi favor. Quiere que la use, quiere que mate.

Y tengo planeado hacerlo.

Neryn deja las llaves en una mesita a un lado de la puerta. Se descalza y camina hacia el televisor. Se ha mudado a una casita en la ciudad, demasiado linda en contraste con su personalidad de mierda. Ha crecido. Es más bonita que antes, y eso me enferma.

La he investigado, sé todo de ella. Y tiene que pagar por todo.

Chequea el celular mientras se sienta en el sillón, y en ese momento aprovecho el manejo de mi energía para rodear el televisor y arrancarlo de la pared. Cae directamente al suelo y se hace añicos. El efecto logra lo que busco, que ella suelte el celular y se inunde de terror.

―¿Qué diablos? ―dice.

Se levanta y lo examina.

―¿Cómo mierda hizo para caerse? Voy a tener que llamar al técnico y preguntarle. Va a pagar por el televisor.

Aprieto los dientes y sonrío, siempre tan soberbia Neryn.

―No creo que tengas tiempo ―susurro.

Ella levanta la vista inmediatamente. Se siente en peligro, se lo veo en los ojos. Amo ese miedo que percibo.

―¿Quién anda ahí? ―pregunta, y agarra un florero como si eso pudiera contra mí.

―Yo que tú dejaría eso.

―Voy a llamar a la policía ―anuncia y yo me rio.

―No sé si entiendes que no voy a darte tiempo para eso ―murmuro con diversión.

La veo temblar, está aterrada. Me encanta.

―¿Quién eres? ―pregunta.

Sonrío. Avanzo caminando lentamente, dejando que la luz me ilumine de a poco. Sus ojos se van abriendo cada vez más por la sorpresa, y cuando ve mi rostro, se queda completamente quieta. No me recuerda, al menos no del todo, pero hay algo en su memoria que le trae recuerdos.

―¿Te olvidaste tan pronto de mí?

―Yo... eh... yo no sé quién... ―dice, tartamudeando, y luego sé que conecta los puntos, lo veo en su rostro por la sorpresa que lo invade. Sonrío―. ¿Eira?

―Hola Neryn.

Se queda un momento en silencio, no sabe qué decir. Recuerda todas las cosas que me hizo, seguramente, y no sabe por qué estoy aquí. Probablemente le esté dando miedo.

Bien.

―¿Nada que decir? ―pregunto―. Uno juraría que después de todo lo que me hiciste tendrías mucho para decir.

Abre la boca y la cierra un par de veces antes de hablar.

―Yo... ―trata de venir hacia mí―, Eira lo siento mucho, yo...

―¿Sientes casi haberme matado en la escuela? ¿Haberme provocado heridas casi mortales? ¿Haberme maltratado por años? ―Me miro los guantes, chasqueo la lengua―. Eso no fue nada. He vivido cosas 10 veces peores.

Veo que se relaja, solo un poco.

―Entonces... ¿Entonces estamos bien? ―pregunta, esperanzada. Le doy mucho miedo.

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