Capítulo 11:
Se dejó caer en la enorme y mullida cama de su habitación, se cubrió parte de rostro con su brazo derecho y se mordió el labio inferior con fuerza. No sabía por qué, pero desde esa mañana había estado pensando en cosas que, según él, no debía pensar, al menos, eso era lo que se decía cuando ciertos pensamientos vagaban en su mente sin tener el control de los mismos.
—¿Qué te pasa? —se preguntó a sí mismo en voz alta, quería representar a su voz interior. Ser su propio psicólogo. Tiempo antes, eso había funcionado, según él.
—¿Por qué ahora? —se volvió a interrogar. Era curioso, esperaba una voz del aire, claramente, nunca llegó —. Ya lo habías evitado anteriormente, ¿verdad? Lo harás ahora, no te volverá a dañar ese maldito recuerdo, ni ahora, ni nunca —se decía confiando en sus palabras —. Eres fuerte, de mente fría, no eres débil, sobresales ante todo y todos... —se dejó de cubrir el rostro y miró fijamente al espejo que había pegado al techo —Eres Matteo Balsano...
—Ya estoy aquí, lamento llegar tarde —le había dicho la chiquita con la enorme sonrisa característica de ella en su rostro.
Se acercó a él emocionada, como siempre estaba cuando se veían, se aproximó a su rostro en el fin de besarle sus dulces labios, pero por respuesta de parte del castaño recibió un ademán brusco y su rostro viendo hacia otro lado, menos el rostro de la castaña.
—¿Qué sucede? —preguntó curiosa y preocupada, estaba segura de no haber hecho algo malo últimamente —Si es porque vine tarde, te aseguro que no fue intención mía, el trafico estaba pesado y el taxi... —pero el de ojos cafés no la dejó terminar su frase.
—¿Te puedes callar? —rezongó de forma brusca —¿Tienes idea de cuánto odio tus chillidos? —parecía enojado, y a ojos de la chica, lo estaba.
—Mira, no sé qué te sucede, pero ¿si quiera puedes explicármelo? —su rostro, que anteriormente estaba irradiando felicidad, ahora parecía dolido.
—Ya no lo soporto, ¿sí? —soltó de golpe —Me cansé de seguir con esta estúpida apuesta, eres tediosa, odiosa y simplemente estúpida. ¿En verdad te creíste lo de tú y yo? ¡Por Dios, nadie puede ser tan tonta en esta vida! —alzaba los brazos al cielo como esperando iluminación divina.
—Matteo, ¿qué te pasa? ¿qué hice para que estés tan molesto? —intentó tomar su mano, pero el chico la apartó bruscamente.
—¡No me toques! —le gritó —¡Me das asco, Luna! ¡Te odio! —se tomaba de los cabellos con desespero —No te me acerques, en serio que me das asco, no quiero volverte a ver. Sí, acepto que perdí la apuesta que hice con Gastón, pero ya no te soporto, eres detestable, solo... —la miró directamente —Solo aléjate de mí.
Los azules ojos de la castaña estaba acuosos, se miraban apagados, y al castaño le dolía, le lastimaba el alma verla de esa manera, ella era su vida, pero debía mantenerse firme con todo lo que estaba diciendo, era consciente de que la lastimaba, pero era lo mejor. Todo era por un bien mayor, al menos, para ella, porque él la amaría por toda su vida y no le hacía nada bien separarse de ella.
—Es una broma, ¿verdad? —trataba de convencerse de que todo lo que le decía era una mentira, una broma muy bien planeada —. Me estas jugando una broma, ¿no es así? —sonreía amargamente mientras de sus ojos lo único que brotaba era tristeza transformada en acristaladas lágrimas.
El chico bufó y se rio irónicamente para después mencionar: —De verdad no puedo creer cómo te has creído todo lo que te dije; palabras bonitas, simples regalos, un paseo por el parque, ¿enserio solo eso se necesita para enamorarte? Eres tan ilusa, una niña necesitada del amor. Por Dios, ¡Luna, das vergüenza! —le dio la espalda.
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Temor |SIMBAR|
Fanfiction-Tengo miedo... -le dijo entre lágrimas. -Yo haré que olvides todo por lo que pasaste -la abrazó mientras sobaba su cabello. Ella no conoce el amor verdadero. Él le enseñará que la vida no es como ella la pinta. Ella no se quiere enamorar. Él s...