"Mi Chico Ideal" ©.

Capítulo 2

Me desperté algo entusiasmada, cosa que rara vez pasa en mi vida, hoy darían las pruebas para otorgar para entrar a la universidad y obtener buen promedio, no sólo era una chica fiestera, también me preocupaba por mi futuro, bueno ¿a quien engaño?la quiero únicamente para vivir en otro país sola.

Llegué con los nervios de punta, los supervisores estaban por todos lados observando a cada uno de nosotros, fuimos convocados a un salón, todos tomamos un examen de índice académico que revisarían y nos darían la respuesta en 1 mes. No les diré que me fue bien porque eso sería mentir, puse algunas A, eso siempre funciona y también trate varias veces de copiarme de la persona de al lado, espero que eso funcione.

Saliendo del examen me dirigía a la cafetería donde quedé de verme con Steph, empecé a recorrer todo el lugar con la vista hasta que la vi despidiéndose de un chico.

— ¡Pendeja! —Grité, aventándome sobre ella para abrazarla.

—Tienes la fuerza de un boxeador —Bufó.

—No tengo la culpa de que seas tan débil. Cuéntame ¿qué tanto hablabas con este chico de allá? —Respondí.

—Bueno, está en mi clase de negocios, se llama Franklin y me invitó a salir esta noche, pero...

— ¿Pero qué? Di todo mujer —le grité sacudiéndola por los hombros, quería saber ya.

—La cuestión es que su amigo se quedará con el por unos días y para no dejarlo solo me pidió que llevase a una amiga, será una cita doble y quería saber si tú... —Dijo con cara de perrito.

—No, no, no ni se te ocurra, tengo novio.

—Como si te importara Daniel, vamos, por favor, soy tú mejor amiga, no es como si te lo fueras a coger, es una simple salida.

Es cierto, de todas formas era cuestión de días para que mi relación con Daniel se quebrara si seguía con esa actitud. —Está bien, me convenciste —dije rodando los ojos.

—Gracias, gracias, eres la mejor amiga del mundo —Dijo con una gran sonrisa.

¡¡¡Ringgg!!! Suena el timbre de salida, me dirigí a mi casillero y tropecé con un bote de basura, se cayeron todas mis cosas y pues no, no vino un chico a ayudarme, tocar mi mano al recoger mis cosas y enamorarnos como en las películas, todos se rieron y yo me levanté. Abrí la puerta de mi casillero y escucho un quejido, ¡oh Dios!

— ¡Auchh! —Dijo sobando su enrojecida nariz.

—Perdón nuevo, no me fijé, de verdad.

—Mi nombre es Michael, no "nuevo" aunque puedes empezar a llamarme amor de tu vida. No te preocupes, pero me debes una preciosa, luego me la cobro —dijo guiñando un ojo y alejándose.

Se notaba que Michael era todo un fanfarrón
y con esa sonrisa tan pícara con que se marchó no podía significar nada bueno, cerré mi casillero y me dirigí hacia el bus, pero oh sorpresa lo perdí por estar babeando con mister perfección, al parecer había tardado mucho tiempo para salir, genial, debía ir caminando a casa, no estaba tan lejos ni tan cerca, pero ya saben, soy muy floja.

De camino a casa el olor de la pastelería me atrajo ¿Y por qué no? entré a comprar unos cuantos pastelitos y café. Me senté en una mesa alejada de todos, no me gusta estar rodeada de tantos pendejos.

—Hola princesa, estás más hermosa que todos los días —Dijo Daniel apartando un mechón de cabello de mi rostro.

«Oh por favor, ya no puedo ni comprar unos pinches pastelitos, en todos lados me lo tengo que encontrar»

—Gracias, pero ya me iba, te veo luego —Dije seca.

—Vamos, pero ni has comprado nada, no te pongas de mal humor, yo te invito.

— ¿Qué va a ordenar? —Dijo el camarero con los ojos puestos fijamente en mí y con un novio más celoso que Otelo ya sabíamos que iba a seguía a continuación...