"Mi Chico Ideal" ©.

Capítulo 23

Decidimos no abrir el sobre con los resultados por el momento, al día siguiente era nuestra graduación y no queríamos arruinar nuestro día con lo que estuviera escrito ahí.

Al llegar a casa todo estuvo muy silencioso, Steph se quedaría a pasar la noche y al amanecer compraríamos nuestros vestidos e iríamos al salón de belleza, le presté un pijama a mi amiga para que estuviera cómoda. Con toda ésta situación no había tenido tiempo de pensar en mí, estaba hecha un desastre, no podía dejar de pensar en Jake, saber que me traicionó en mi propia casa es devastador. ¿Ahora con quién iría al baile de graduación? Supongo que eso ya no importaba, debía dejar de pensar solo en mí, mi amiga me necesitaba más que nunca.

Al amanecer mi madre nos preparó un rico desayuno y Steph se veía mucho mejor, estábamos contra el reloj así que tomamos un taxi hasta el centro comercial.

— ¡Que comience la búsqueda! —exclamó mi amiga muy emocionada, amaba verla así.

Entramos a la primera tienda, me probé cientos de vestidos pero ninguno me encantaba, sin embargo Steph había encontrado un vestido verde esmeralda que le quedaba de infarto y no dudó en llevárselo. Luego de probarme mil vestidos y entrar a todas las tiendas posibles, encontré un vestido rojo, largo, que contrastaba perfecto con el rubio de mi cabello.

Llegamos a casa luego de ir al salón de belleza, duramos mil horas allí rizándonos el cabello puesto que la cabellera de Stephanie se parecía a la de Rapunzel. Mi amiga hizo un excelente trabajo maquillándonos y mi madre nos llevaría a la ceremonia.

—Queridos padres, personal educativo y alumnos, estamos aquí reunidos para festejar la culminación de este año escolar y consigo la graduación de estos jóvenes aquí presentes, sé qué fue duro llegar a donde se encuentran hoy, pero también sé que valió la pena, a partir de este momento ustedes tendrán que tomar grandes decisiones que determinarán su futuro, pero me consta que el camino que elijan será bueno, por último para no extender más estás palabras y no ponerme sentimental, quiero darle las gracias a los maestros por ayudar en el aprendizaje de todos y a cada uno de sus padres por el apoyo hacia ustedes, sin más que decir le doy apertura a la ceremonia —dijo el director y al finalizar todos aplaudimos.

Luego de llamar a varios y entregarles su título al parecer era mi turno, me levanté del asiento con cuidado y me dirigí al escenario donde se encontraba el director, pero claro, Mackenzie sin ser torpe no es Mackenzie por lo que casi me caigo subiendo las escaleras ¿Qué puedo decir? Los tacones no son para mí.

—Es un placer otorgarle este reconocimiento a Mackenzie Evans, una de nuestras alumnas destacadas ganadora de la beca para una de las mejores universidades de España. —pronunció el director y se escucharon muchos aplausos.

Estreché su mano, tomé mi reconocimiento y al irme alcé las dos manos en forma de victoria a lo que todos rieron. Luego de que todos pasaran al escenario elevamos nuestros gorros de graduación tipo high school musical.

En el baile Steph encontró a Franklin y decidí dejarlos solos pues tenían bastante de qué hablar, él desconocía totalmente lo que estaba pasando. Fui a la barra por una soda porque ajá, aún no me dejan tomar alcohol y me encontré con Ethan.

—Wow Kenzie estás hermosa ésta noche.

— ¿Sólo ésta noche? Pensé que lo estaba todos los días —bufé.

—Sí, eso, eso ¿me concede esta pieza mi lady? —bufó Ethan haciendo una reverencia, teníamos el mismo sentido del humor y eso iba perfecto.

—Por supuesto mi lord —dije imitando su acción. Ethan me tomó de la mano y nos dirigimos a la pista de baile, sonaba una canción lenta, típico de todos los bailes ¿no? Así que Ethan rodeó mi cintura y yo su cuello, nos movíamos al ritmo de la canción y nos limitamos a no decir palabra alguna, solo nos miramos a los ojos.

Ethan me miró fijamente, pero ya no como antes, había algo en su mirada que no podía descifrar, comenzó a acercarse más y más hacia mí rostro mientras yo seguía confundida, pero no crean que logró besarme, porque mi vida siempre está llena de drama.

—Sí pones tus manos sobre mí pequeña te parto la cara...