[Jiam♥]

[« Everything is gonna be alright.»]

Era una de aquellas noches. En esta, Liam y Jo habían optado por quedarse en el departamento de ella que compartía con su amiga -la cual se estaba quedando en casa de su novio-, puesto que había comenzado a llover demasiado como para conducir quince minutos hasta la casa de él. Así que estaban acostados en el sofá, viendo la televisión. Había una latente tensión entre ellos, aunque Liam no parecia percatarse de ella. En un momento dado, de repente, la luz se cortó. Janet gritó y abrazó con fuerza el pecho de su novio, quien le devolvió el abrazo de inmediato.

- Hey, cariño, está bien, tienes velas en el segundo cajón de la cocina, ¿no?- preguntó, a lo que ella asistió- ya vuelvo, tranquila.

Se levantó, dejó un beso en su frente, y fue a buscar las velas iluminandose con su teléfono. Las sacó de donde había dicho, prendió tres y las afirmó en un plato descartable con su cera derretida. Con cuidado lo llevó devuelta hasta la sala y las dejó frente el sillón, en la mesa ratona para café. Liam retomó su lugar junto a su novia y la abrazó con fuerza. Ella apoyó su espalda en el pecho de él, sus manos tomando los brazos de él, que la rodeaban. Se acercó a su oído y le preguntó: - ¿Qué es lo que pasa?

La pregunta la paralizó y no supo que decir. Esa pregunta le afirmó que él sí se había dado cuenta de lo incomoda que había estado su novia últimamente.

- ¿Que es lo que pasa de qué?- preguntó, sonando algo nerviosa.

- Jo, vamos, puedes contarme lo que sea, cariño- la animó él, aferrando su agarre en ella.

Ella tragó saliva y dudó unos instantes, pero terminó por asentir, suspirando y cerrando los ojos.

- Creo que... Creo que hay algunas cosas sobre mí que debo decirte, Liam- murmuró.

Él mantuvo el silencio y asistió, esperando a que ella continuara. Y lo hizo. Inhaló hondo y exhaló con lentitud, formando las oraciones en su cabeza para empezar. Ella comenzó después de eso, le contó prácticamente todo. Sus cosas más personales, historias del pasado, sus más grandes miedos. Se abrió a él con inseguridad al principio, pero al sentir sus besos en su cabeza, sus brazos aún en su cintura, las caricias de sus pulgares sobre el material de su camiseta, fue calmandose a medida que hablaba más. Luego de unos minutos, cuando le contó todo lo que necesitaba decirle, suspiró y cerró los ojos, esperando. Liam recopiló todo y lo asimiló. Su corazón latía rápido, y no supo muy bien que decir. Así que la abrazó con más fuerza, y al hacerlo, se dio cuenta de que sus hombros se sacudian. Había comenzado a llorar. Se alejó de ella y tomó su rostro entre sus manos, secando sus lágrimas con con sus pulgares, para luego acariciar sus mejillas coloradas y humedas.

- Cariño, cariño, no llores, por favor-le pidió, mirando directo a sus ojos-. Mírame...

Ella dejó de evadir su mirada y obedeció, pestañando para evitar seguir llorando. Se fijó en los ojos café de él, y poco a poco se relajó.

- Gracias por... abrirte conmigo, preciosa- habló, esbozando una media sonrisa, que le marcaba el hoyuelo derecho-. Y yo... No puedo decirte que comprendo lo que sientes, o sentiste, pero hay algo que sí puedo... Puedes contar conmigo- dijo, llevando un cabello en su rostro detrás de su oreja-. Te quiero, Janet, y nada va a poder cambiar eso. Voy a estar contigo a través de lo que pases sí me lo permites, ¿de acuerdo? Todo va a estar bien...- le aseguró, pasando sus brazos por encima de sus hombros, atrayendola a su pecho, sosteniendola con amor-. Ahora estamos juntos en esto. No quiero que te sientas sola, ¿sí? Porque no lo estas. Nos tienes a nosotros, quienes te amamos. Victoria, los chicos, tu familia, amigos, y por supuesto, yo.

Ella no supo que decir, así que lo abrazó aún más, inhalando su aroma. Liam acaricio su cabello, peinandolo, sabiendo que eso le gusta y relaja.

- Hace unos momentos pensaba sí era posible amarte más de lo que ya hago...,- confesó- y luego descubro que eres más maravillosa de lo que pensaba. Más maravillosa, fuerte y valiente- terminó, basando su sien.- .Todo va a estar bien.