Cuando te dan con que jugar... a jugar se ha dicho

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Mi correo electrónico estaba con la información que necesitaba. A pesar de los cortos 15 años de Graciela Welsh era la que más se parecía a su padre y me había ayudado a esta pequeña investigación sin preguntas y solo cobrando lo mismo de siempre.

"Club Castillo en el Cielo.

Datos para entrar:

- Ser mayor de edad.
- Llenar formulario de límites inquebrables.
Especificar si es Amo(a) o Sumiso(a).
- Leer las reglas de comportamiento y de posesión.
- Respetar las normas y límites de los demás. En la página web del sitio apareceran los datos de cada integrante con una imagen de los participantes.

Pagar cuota de inscripción...

Divertirse con morbo es el mejor de los disfrutes."

Leí el formulario por lo menos dos veces antes de comenzar a llenar mis datos. También lo había pensado mucho, disfrutaba con Abelard, pero no me negaría al placer que me brindaba el morbo. Supongo que soy una mala persona, pero él es quien se había invitado solo a mi vida.

La página era con Chat, claro que los datos los había llenado con un seudónimo y una foto descargada de internet, pagué con la cuenta que había creado mi maravillosa hacker y que tenía algunos fondos traspasados de mi propia cuenta.

La página era muy restringida, hasta que pagabas la cuota y llenas el formulario. Cómo lo imaginé, las fotos de las personas que integraban el grupo eran descargas en su mayoría y otras donde mostraban su rostro cubierto o siendo sodomizados en diferentes posiciones, no había imágenes reales en su mayoría y otras dejaban mucho que decear.

Graciela dijo que era una página segura y al investigar más aya, las juntas se hacían en lugares privados donde ella no había ingresado pero que si se realizaban en completo resguardo.

Me había inscrito como sumisa, jamás me imaginaria golpeando a alguien y por ende simplemente había desechado la segunda opción.

#Lobo:
        Frecita, en serio?

Mire el mensaje una vez más,la foto de su perfil era un lobo.

#Frecita
        Supongo que no comes fruta... Pasa de mí lobito.

Seguí investigando, pronto abría una nueva reunión que se realizaría a las afueras de la cuidad... Iría, claro que iría.

Ley las reglas y eran algo parecido a lo que Eric me había explicado, una sumisa debía ser cuidadosa ya que sin un amo podría ser tomada por cualquier amo dispuesto. Mire mi maleta y suspiré, ahí estaba su amuleto con su nombre.

Cerré mi portátil rápidamente cuando la puerta se abrió. Abelard estaba hay con un peluche gigante y chocolates en sus manos.

- Que bien, podemos comer en el suelo -. Se sentó a mi lado con el peluche a su otro costado y los chocolates a nuestro lado.

Abelard era una buena persona, mucho mejor que yo o por lo menos eso aparentaba. Pero no era para mi.

- Que tal si vamos a comer esta noche? -. Asentí tomando unos chocolates y metiéndolos en mi boca. -. Me encanta el chocolate -. Me beso tirándome al suelo y subiendo mi polera. Creo que lo único que agradecía es que le gustara tanto el sexo como a mí.

Pov Eric

El recuerdo de su cuerpo había quedado marcado en mí y en las fotografías que había en el local. Las veces que las había visto me habían provocado Fuertes orgasmos, recordar su cara, su sonrisa y su cuerpo para mí eran una tortura... Recordaba sus gemidos y sus orgasmos cuando la penetraba...

Una foto de ella había sido colgada por el dueño del local, cuando su sumisa y Phoboe habían jugado besándose y tocándose... Dios.

- Limpiaré todo lo que he ensuciado amo -. La levanté jalandola del cabello y llevándola a una mesa...

Te juro Phoboe Grey que te sacaré como sea de mi mente.

Fin pov Eric

No me había ido lejos de casa, papá no aguantaría que su princesita se fuese y lo acepte después de que nos diera permiso de ir a Alemania solas.

Ava estaba furiosa conmigo y me lo había echo saber con su indiferencia, aunque jamás le diría que eso era como un regalo para mi.

La universidad no era muy diferente al colegio, los chicos babeaban por mí y las chicas por el rubio que no paraba de sonreír a mi lado.

- Nos vemos a la salida? -. Negué tomando de mi capuccino.

- Tengo planes con mi prima. -. El asintió besándome y largando se por fin.

Aunque Ava no me hablaba se sentaba a mi lado en todas las materias que compartíamos y podía escribirle mensajes para que me contestará por el mismo medio.

- Esto ya es estúpido no crees? -. Ella me miró molesta -. Se que lo que hice estuvo mal, pero nisiquiera mamá puso el gritó en el cielo y tú armas esta escena todos los días.

Ella me ignoro y sonreí.

- Un chico ayer me pregunto si eras muda... Era tan lindo cómo Abelard o incluso más -. Tomo la libreta para anotar y yo le aventé agua. -. Lo siento, fue sin querer -. Ella me miro furiosa mientras yo volvía a ignorarla... Si no me hablaba pues que se fuera a bailar a otro lado.

Sentí el frío antes de darme cuenta de que su vaso con agua estaba sobre mi.

- Bien prima comienza a contar por que hiciste todo esto... Suspiré y me reí, mamá no había pedido mayores explicaciones cuando había vuelto y mi padre después de enterarse de mi no virginidad se había mantenido bien alejado de mi.

- Bien Ava, pero necesito un amo y creo que eres a la que más confianza le tengo -. Sus ojos se abrieron como platos y mis manos comenzaron a sudar... Le había dado vuelta a esta idea varias veces y Ava tenía todo lo necesario para ser mi ama.

Pov Abelard.

Phoboe estaba extraña y no lo entendía, pero bueno cualquiera podría ser así cuando recién se estaba conociendo con otra...

- La última vez que te vi estabas muy drogado... -. Mire a mi primo, venía con una polera negra y unos jeans del mismo tono, unas zapatillas y un bolso azul colgando en su brazo.

- Bueno, esto lo hace el amor... Mírate tú, parece que no has dormido en horas -. Sonrió abrazándome.

- Si, es que no lo he echo, conocí una chica en el avión y ya sabes -. Asentí sonriendo.

- Necesitas dormir, te agradará mucho mi departamento.

- Bien, dormiré para no asustar a tu noviecita. -. Tomo un poco del café que estaba sosteniendo. -. Necesito ver a alguien más, quizás me ausente un par de horas.

- Bien, ella hoy está ocupada. -. A pesar de aparentar ser el mismo sabía que algo ocurría.

El señor Zimmermman Flores había llegado a EEUU... Quizás cuántas muchachas caerían en sus brazos

Zimmerman O Grey?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora