Zimmerman O Grey?

Graciela (para las que no pudieron leer)

Hubieron 2 chicas que no lo pudieron leer, avísenme si ahora pueden

Besos!!

..................

Eric estaba esperandonos en la entrada del hotel y en cuanto vio a Graciela negó con la cabeza.

- Sabes ocultar muy bien tus curvas y habilidades zorrita -. Graciela sonrió sentándose segura en el sillón contiguo al de Eric.

- Bien, solo algunas personas conocen mi nombre artístico cariño. -. Graciela se veía diferente a la chica callada que siempre había conocido. Era segura de sí misma y parecía mucho mayor.

Sentí algo de celos, pero Eric tomo mi mano y me sentó sobre su rodilla.

- Ella es mi compañera y le gusta jugar tanto como a mí, estás bajo sus órdenes -. Graciela asintió sonriendo y mi ego se elevó 100% sobre el cielo "su compañera" no su mayor ni su menor... Sino su igual, me gustaba.

- Me encantará jugar con ustedes amos.

Sólo falto eso para que mis piernas comenzarán a temblar y mi vagina se humedeciera.

Llegamos a la habitación donde Eric tenía todo preparado.

Era una habitación enorme y una cama más grande de lo normal, Al lado de esta había una mesa con varios implementos, látigos, dildos, una cosa que tenía una bomba de aire, velas, paletas, varas, cadenas, sogas, cinturones y algunas cosas que en mi vida había visto.

- Graciela... -. Graciela asintió llendose a una esquina y arrodillándose con las manos sobre su nuca. -. Quieres comenzar tu...? -. Negué.

- Guíame -. El sonrió besándome.

Observé cómo se acercaba a la muchacha que se mantenía tan quieta mientras sus rodillas temblaban.

- Suelta tu cabello -. Ella lo hizo rápidamente y su cabellera le llegaba más abajo de la cintura. -. Mereces un castigo?

- Si amo...

- Por que?

- No me he comportado como debía mi señor... Mi atuendo no es el indicado para esta ocasión.

- Bien, quítate la ropa. -. Graciela se levantó y quitó los arnés de su jardinera haciendo que está calles al suelo.

La camisa de Graciela era enorme y le llegaba cerca de a la rodillas.

- Así está bien -. De la nerd Graciela ya no quedaba nada, ahora frente a nosotros se encontraba una hermosa muchacha con hermosas curvas cubierta por una gran camisa. -. Ve por dos copas de vino a la recepción... Se me olvidaba, damelos.

Graciela lo miro asustada pero se quitó las bragas y se las entrego. Rápidamente salió de la habitación.

- Por que, pensé que jugaríamos aquí? -. Eric sonrió.

- Graciela tiene graves problemas de autoestima y cada vez que puedo trato de ayudar, cuando nos juntamos procuro que se vea bien y que se muestre al mundo, no sabes lo que le cuesta hablar con alguien -. Eso no era tan cierto, Graciela había tenido una relación cercana con nuestra familia desde que nació. Aunque si lo pensaba jamás había sido muy comunicativa.

- Además quería unos momentos a solas contigo... Acércate -. Lo hice sonriente y traviesa el estaba sonriente.

Tomo mi rostro sonriendo y me agarró fuertemente de la cintura...

- Que demonios se supone que es esto? -. Pasó su mano fuertemente por mi labio arrancando casi todo el maquillaje que había utilizado.

Trate de soltarme, pero me tenía muy sujeta. Demonios.

- Es base líquida... -. Con su mirada parecía querer arrancarme la piel.

- No estoy para juegos Phoboe, dímelo o...

- O que Zimmermman? Yo no soy tu sumisa -. Me miro exasperado y saco su Blackberry de su chaqueta.

- Capítulo 4 artículo 2 parrafo 1: mientras compartamos juegos no nos mentirnos ni escondernos cosas que al otro puede parecer importante -. Mi contrato... Había escrito eso para mí beneficio no para el de el. -. Ahora contéstame o borraré el contrato y todo se hará como yo quiero. Además que tengo la mano intranquila y con ganas de darte unos fuertes golpes.

Suspiré resignada, el tenía razón después de todo.

- En la discusión que tuve con mi hermano discutí con el más de la cuenta y le dije malas palabras, supongo lo tenía merecido. -. Él me miro y suspiro.

- Arreglaremos esto luego -. La puerta se abrió y venía Graciela con dos copas de vino tinto.

Eric había quedado furioso con nuestra pequeña discusión y sabía que quería desquitarse con algún pequeño tracero y el que estaba más a su alcance era el de la pobre Graciela.

- Por que demoraste tanto-. Graciela me miro sin entender, no se había demorado más de 5 minutos.

- Lo siento amo... -. Eric se levantó y tomo un cinturón de la mesita.

- Inclinarte y sube tu blusa -. Graciela no entendía nada, pero obedeció. Y yo miré a Eric que estaba realmente furioso.

A pesar de toda la intimidación que sentía frente a Eric