PARTE XIV

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—Se ve como un pobre diablo.

—Me siento mal por él.

—Sí, fue nuestro amigo todo el año y ahora le hemos dejado solo... no se siente correcto.

Haciendo su mejor esfuerzo en ignorar los comentarios de sus tres mejores amigos, Archer alzó su cabeza inspeccionando la cafetería. Necesitaban una mesa donde almorzar, pues tenía hambre y su lugar de siempre estaba vetado de por vida.

—No creo que tengamos suerte —Barbie dijo cerca de su oído. —Solo tenemos un par de minutos antes de tener que irnos a dar una repasada al libro del profesor Martz, ¿Por qué solo no nos ahorramos esto?

Ella no esperó una respuesta cuando ya se estaba moviendo hacia la única mesa disponible con espacio. Los chicos la siguieron, Archer de los últimos, arrastrando los pies y con una mueca en su rostro que esperó que no fuese del todo obvia.

—Si no queda de otra... —murmuró bajo. Paúl le regaló un ruido molesto y avanzó.

La tensión de Roland salía en olas de él. Eran ondas y ondas que golpearon a Archer tan pronto estuvo cerca de su radar. Se sentían como picos que dolían en la piel. Se negó a mirarlo directamente, en su lugar, observó por el rabillo del ojo sus reacciones. En realidad, se veía como la mierda. Ojeroso, decaído. Incluso más delgado. ¿En qué había estado gastando el tiempo? Ellos no habían coincidido en semanas. Cuatro para ser exactos, no es como si él llevase la cuenta.

Todos tomaron asiento.

Archer quedó presionado junto a Roland sin saber cómo, presintiendo que era cosa de sus amigos cuando los vio sonreírse entre ellos.

—Hey ahí, Roland —Paúl golpeó su puño a través de la mesa. —¿Cómo has estado? ¿Hiciste la asignación para ciencias políticas?

El chico dio una seca cabeceada, interesadísimo en su plato de patatas y pollo. Por su aspecto, dejaba ver que no había probado bocado alguno.

No es de tu incumbencia, Archer se obligó a comer de su propio plato sin hacer observaciones innecesarias.

—Martz me trae loca —dijo Barbie. —Me pasé toda la noche estudiando para su examen de cálculo. Si lo repruebo, voy a perder el poco cabello que me queda. Creo que disfruta viéndonos perder nuestras mentes.

—Él probablemente lo hace —David le dio la razón con ojos entornados. —El cretino tiene sus motivos, es inteligente de una manera bastante impresionante.

—Tu solo estás colgado de él —Paúl se rio empujándolo. —Eres un sucio, comiéndote con los ojos al maestro en plena clase, no creas que no te he visto.

David se encogió de hombros, ni una pizca de sentirse avergonzado.

Un pie chocó con la espinilla de Archer, este se tensó de inmediato.

—Lo siento —Roland se aclaró la garganta. Su voz sonaba gruesa, como si no la hubiese usado mucho en el último tiempo. —No ha sido mi intención.

Archer se negó a mirarlo.

—No hay problema.

—Okeeeeey —Paúl extendió la palabra mirando la interacción entre ellos. —¿Hasta cuando pretende durar esto? Estamos en los exámenes finales, ya hay suficiente tensión por todas partes.

—No es nada. —Archer dijo.

Al mismo tiempo que Roland masculló:

—No sé de lo que hablas.

Los tenedores quedaron suspendidos sobre las meriendas. El bullicio del lugar amplificándose por mil.

—Si de algo sirve mi opinión, estoy disfrutando enormemente de todo este drama. —Roland fulminó con la mirada a David, quien le miró tan estoico como siempre.

Barbie y Paúl compartieron su propia mirada privada, alguna clase de entendimiento pasó en el silencio y ellos se pusieron de pie a la misma vez.

—Acabo de recordar que tengo que hacer algo—Ella habló.

—Y yo tengo que acompañarla —Paul se sonrió. Tomó su bandeja y jaló el brazo de David. —Tu tienes que acompañarme adonde sea que tenga que acompañarla, vamos.

Protestando, el chico cedió y los tres se alejaron. Archer apenas se había puesto de pie cuando ellos ya se perdieron entre el resto de los estudiantes. No queriendo armar una escena o ponerse en evidencia, volvió a sentarse, únicamente comiendo.

Roland miró su plato y luego el de Archer. Su mano izquierda descansaba a un lado, le tomaría mover la suya solo unos centímetros para alcanzarla. Y lo hizo. A medio camino vio a Archer tensarse y dejó su mano caer.

—¿Podemos ser cordiales? —preguntó. —¿Fingir siquiera? ¿Qué has estado haciendo el pasado mes? —Archer le miró en silencio. —De acuerdo, yo primero. Comencé a hacer deporte. Gabriel me está enseñando a jugar al balón, —Esperó por una reacción, pero nada. Fingió una risa. — soy terrible.

Archer resopló viendo a todos lados antes de volverse a mirarlo fríamente.

—Yo he estado follando como un loco. —dijo sin más.

Le expresión de Roland se congeló.

—Solo han pasado cuatro semanas... —Él sonaba tan afectado que Archer no lo pudo soportar.

—Me tengo que ir. —Se puso de pie casi volcando la silla en el proceso.

Roland le sujeto por la manga y le retuvo.

—Te extraño. —dijo despacio.

De alguna manera, entre todo el bullicio, Archer escuchó esas palabras y se clavaron en su corazón que golpeaba como un loco en su pecho luchando por escapar. Yo también te he extrañado, no hay noche en que no sueñe contigo y con cada tipo con el que me lie he fingido que eres tú, casi dijo. En su lugar tiró de su brazo y comenzó a caminar, un pie delante del otro. Solo tenía que hacer eso y no voltear, aun cuando le doliese el cuerpo. Se halló en la salida de la cafetería y echó a correr. 



AL FIN CON UN DESCANSO DEL TRABAJO PARA PODER TRAERLES ALGO. Y LO SÉ, ES MÁS DOLOR. PERO RECUERDEN QUE SON HISTORIAS CORTAS Y ESTA EN PARTICULAR SOLO LE QUEDAN UN PAR DE PARTES MÁS Y TODO TERMINARÁ. 

AUNQUE NO PUEDO ASEGURAR NINGÚN TIPO DE FINAL. 

LOS LEO PRONTO. 

BESOS

Y entonces Archer se enamoró #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora