Extra 1

149 24 13
                                    

-¿Sabes? Eres demasiado viejo como para alcanzarme.

-Yo no soy viejo. -Frunci mi ceño. -Estoy en mis mejores años.

-Claro, lo mejor que podrías hacer es quedarte en la cama y dormir el resto del dia, eso es lo mejor de tus años.

-¿Qué tienes contra mi edad eh?

-No tengo nada contra ella. 

-Entonces ¿Por qué me atacas con eso?

Dejo el vasito con jugo sobre la barra y se acero lento hasta quedar parado frente a mi, su sonrisa seguia siendo tan burlona como lo  era antes. Tal parece que ese gesto jamás cambiaría en él, era algo que lo caracterizaba por completo. Y estaba bastante bien con eso.

Tomo mis mejillas entre sus manos, se fue acercando lo suficiente a mi rostro quedando solo a milímetros de distancia, rozó su nariz con la mia, luego sus labios los movió de forma lenta sobre los mios, casi como una simple y tierna caricia. Me estaba tomando el pelo.  

-No juegues conmigo Iero. -Susurre sobre sus labios.-

-No te estoy haciendo nada.

Fruncí mi ceño, pero no estaba molesto, solo algo impaciente. -Si me vas a besar, hazlo de una vez y hazlo bien.

-Que desesperado resulto ser señor Way.

Y eso fue lo ultimo que dijo antes de eliminar toda la distancia que nos separaba, junto sus labios contra los míos. El beso era lento y suave, no había prisa de que las cosas fueran más lejos, no había necesidad de tener sexo para poder decirnos cuanto nos queríamos, cuanto nos amábamos. Tome a Frank de sus caderas y lo senté en mi regazo para que no tuviera que levantar tanto mi cuello y besarlo bien. Sus manos pasaron por mi cabello acariciando entre este, dando ligeras caricias. Mierda. 

Nos separamos por falta de oxigeno y también porque Pea había llegado rogando por la atención de Frank, me sonrió pequeño y cargo al pequeño can quien comenzó a lamer el rostro del tatuado. La cocina quedo en completo silencio, Pea lamia a Frank, él con una mano acariciaba su cabecita mientras que con su otra mano acariciaba mi mejilla, yo por mi lado sujetaba con fuerza sus caderas mientras besaba casto su cuello. 

-Creo que después de todo, valió la pena lo que pasamos

-¿De que hablas? 

-Pues... Ya sabes, el hecho de que no dijera lo que sentía por ti, el que te fueras y que cuando regresaras ya trajeras un anillo de compromiso. -Me miro fijo, una pequeña lagrimo bajo por su mejilla.-

-Frankie no, por favor no llores. -Bese su hombro. -Amor, ya no pienses en eso, si, tal vez lo que pasamos fue algo así como una lección o una prueba, pero a la mala pudimos darnos cuenta de que estábamos hechos el uno para el otro, nos dimos cuenta de que no podíamos vivir sin tenernos, sin estar juntos. -Bese su nariz. -Cariño, no me arrepiento de nada. 

-¿Ni de haberte ido? 

-Ni de haberme ido. 

-Pero yo te extrañe, me sentía muy mal sin ti, por un momento imagine que a medio vuelo pedias que te bajaran para que pudieras regresar y ser feliz conmigo.

-Si, bueno... Se podría decir que mi conciencia me dijo lo mismo, pero mi respuesta fue que era mejor dejarte ser feliz, tendría al menos intentar hacer eso. 

-Juro que intente odiarte por dejarme.

-Amor. -Lo abrace con fuerza. -Mi vida, sabes perfectamente que si me hubiese quedado, nunca me hubiese enterado que me amabas.

 -Bueno, eso es cierto, te amo mucho. -Sonreí grande. -Y no creo poder dejar de hacerlo, no pude decirte cuanto me gustabas por mucho tiempo, y luego, cuando creo tener todo bastante claro, me dices que te vas es obvio que voy a estar contigo hasta el ultimo día de mi vida.   

-Lo tímido y cobarde no se te a quitado. -Dije en voz baja, Frank solo me miro serio. -Pero aún así amo tu forma de ser, eso es seguro. 

-Gerard Way, el amor de mi enana vida. -Beso la punta de mi nariz.-

-El enano más tierno que pude conocer, no creí que tu risa pudiese tener tanto efecto en mi.

-Es un efecto que solo los Iero podemos lograr.  

Your Love Is A Lie -Frerard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora