Donna, Donald y Mikey han notado mis contantes cambios de humor, la mayor parte de las veces es cuando estoy en casa, estoy molesto con todos y por todo. Aunque bueno, la única persona que sabe el porque de mi cambio de actitud soy yo.
Era sábado, aun era temprano. Bueno, el que fueran las once de la mañana lo hacia temprano para mi. Como sea a esa hora no había nadie en casa, tanto mis padres como Mikey salieron a visitar algunos familiares lejanos, a mi como nunca me a gustado empatizar con ellos, decidí no ir.
Con calma me levante, mi cabello estaba enmarañado. Busque algo de ropa limpia y entre a la ducha, a pesar de que no estaba de ánimos para salir a ningún lado, tampoco quería quedarme en casa a deprimirme o enojarme más de lo que ya estaba. Nadie tenia la culpa de mi estado de animo, supongo que el único que tiene la culpa soy yo y también Frank, así que por eso mismo estaba tratando de quitar mi enojo por mi cuenta.
En cuanto salí me vestí lo más rápido que pude, mire el reloj ya eran once y media. A esta hora el centro comercial y los demás locales ya debían estar abiertos, al menos esperaba no ir solo a perder mi tiempo.