Mi Mate, Mi Luna

C. 37

Narra Francisco

Hola Francisco- dijo la mujer, era muy joven como lo decían en las leyendas y aparte parecía una adolescente de 18 años.

Están vestida con una bata blanca, tenía pelo largo y suelto, además estaba descalza.

Diosa Luna- repetí impresionado, dicen que las personas que llegan a ver a la Diosa Luna son de gran corazón, y también tienen que ser personas que amén más haya de lo desconocido.

Eres una chico muy especial, ella te ama y lo a demostrado de mil formas de haber y no haber, tu destino era morir, pero su amor, su amor es más fuerte que la misma muerte, por eso, yo, les doy una segunda oportunidad para seguir luchando por su amor, por su pequeño Jensen, futuro reí de los lobos- dijo, de sus manos empezó a salir un brillo de color blanco.

Gracias doctor- escuche a lo lejos, creo que era la voz de Dylan, no se que a pasado, tal vez fue un sueño.

Abrí mis ojos poco a poco, mis piernas dolían, mi abdomen dolían, en fin, todo me dolía. 

Pude ver a Dylan sentado a mi lado.

Dylan- lo llamé, mi garganta estaba seca.

Francisco, ¡¡FRANCISCO!!- grito sonriendo.

No grites, tráeme agua- le dije, el asintió con una sonrisa en su rostro y salió de la habitación, entonces me vino a la mente Paulina y mi cachorro, tengo unas horas sin verlos y me siento mal, necesito verlos, la puerta se abrió, dejando ver a mi querido amigo con un baso de agua.

¿Donde esta Paulina y mi cachorro?- le pregunté, lo ví tensarse.

Jensen esta bien, Lisa esta con el- dijo sentándose a mi lado, tome el vaso en mis manos.

Tengo horas sin ver a mi mujer, quiero verla- dije tomando el agua.

Amigo, lamento decirte que has estado durmiendo por un mes- dijo, al escuchar eso escupí el agua en su cara.

¡¡QUE!!- grite, no lo podía creer.

Si, Paulina esta en bajas, no a comida bien, esta encerrada en la habitación donde siempre pinta, siempre se lleva a Jensen y luego se lo deja a Lisa por una hora- dijo secando su cara, como pude me incorporé y me senté.

Quiero verlos, me hacen falta- dije dándole el baso.

Narra Paulina

Me siento vacía, sin vida, hoy se cumple un mes desde que Francisco cerro sus ojos, gracias a Dios no a muerto pero lo llegue a pensar. 

Desde que el cerro sus ojos no salgo a ningún lado, no quiero hablar con nadie, el único que me consuela es Jensen, se parece a su padre y abuelo, mi hijo ya está muy grande, como su padre es hombre lobo el tiene la ventaja de crecer y desarrollarse más rápido. 

En estos momento me encuentro pintando un cuadro de color negro, tengo unos 10 cuadros pintados de ese color, desde que Francisco no está conmigo así veo mis días, pensé que esos días de sufrimiento acabarían pero no, al no tener a Francisco conmigo me mata por dentro.

Paulina- escuche a Dylan que me llamaba desde la puerta de mi salón.

Dime- dije dándole la vuelta.

Ven conmigo, te tengo una sorpresa- dijo, en estos momentos no estoy para sorpresas ni bromas pero siento que es algo que tengo que hacer.

Vamos- dije dejando mi pincel de lado.

Caminamos hasta donde estaba mi hijo, estaba triste, desde que su padre duerme el no ríe, no llora, no hace nada, sólo conmigo sonríe pero luego ya no.

Ven Jen, vamos con mamá- dije estirando mis manos hasta el, lo tome en brazos y caminamos hasta la habitación donde Francisco y yo dormimos.

Entra- dijo.

Sin dudarlo entre, mis ojos se llenaron de lágrimas al ver a Francisco leyendo el periódico.

Hola amor- dijo sonriendo.

Extrañaba tanto su voz, mi vida se estaba acabando pero con esto ahora e vuelto a vivir, a nacer.

Francisco, amor, no sabes cuánto te extrañe- dije corriendo hacia el para luego abrazándolo.

Yo también te extrañe- dijo sonriendo.

Jen, mira papá, ya despertó- dije con lágrimas en mis ojos, la emisión tan grande que siento no me cabe en el pecho, mi pequeño estiro sus bracitos en dirección a su padre, estaba emocionado, esta sonriendo.

Dylan me contó que no has comido- dijo tomando a mi pequeño en manos.

Lo sé pero pensar en que estabas ahí, sin abrir los ojos me desesperaba, me dolía mucho no tenerte conmigo- dije tomando su mano, senti su piel cálida, hace mucho que no sentía esta sensación.

Aquí me tienes, nunca más me iré, nunca más estaremos lejos- dijo besando mis labios, un hermoso y delicioso beso, amo a este hombre, con tan solo tocarme me hace estremecerme.

Hola, espero que estén bien, ¿les gustaría que subiera los resultados ahora o mañana?

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