Ese día me quedé parada como boba, totalmente idiotizada con la pronunciación de mi nombre.
¿Cómo lo averiguó?
Esa era la única pregunta que rondaba por mi cabeza.
Quizás leyó mi currículo o... ¿quizás An se lo dijo?
Como sea, diez días han pasado. Y yo nada que me atrevo a preguntarle cómo fue que lo supo.
Me niego a creer que el hecho de que él sepa esa información de mí quebrante alguna de mis reglas.
Vamos, Becca, ahora son compañeros de trabajo y él es algo así como tu jefe. ¿Cómo querías que te llamara el resto de tu vida? ¿Niña? ¿Pelirroja? ¿Loca?
Creo que Becca suena mejor que todos esos apodos poco creativos.
Así que ahora te la calas. Ahora tienes que aguantar que te llame un millón de veces al día.
-No pienses en el trabajo, piensa en la meta -me repito.
Después del debate mental, regreso a mi realidad. El proyector sigue mostrando algunas diapositivas en la pared, aparecen algunos gráficos de la cantidad de dinero perdido por una empresa. Parece ser que hablan de la estafa más grande del estado hasta los momentos. Y, como siempre, lo único que quieren es llegar al fondo de esto y hacer lo que se conoce como justicia.
Miro hacia los lados. La verdad es que, a pesar de la importancia del tema, me estoy aburriendo demasiado. Cuando llevo mucho tiempo sin hablar, suelo enojarme porque es como si fuera invisible. Lo único que quiero es pararme y debatir con estas personas mayores, exponer mi punto de vista y demostrarles en qué se equivocan, qué les hace falta para averiguar quién fue el culpable.
Me imagino teniendo el valor que me falta para levantarme y decirles:
<<Primero que todo, ¿dónde está el director de la empresa? ¿Cómo es posible que se haya hecho ese desvío de fondos sin que se diera cuenta? ¿Por qué no ha hecho declaración de su supuesta inocencia? Esto no sólo se trata de la empresa, sino también de los cientos de personas que trabajaban ahí. ¿Están seguros de que toman en cuenta los aspectos realmente relevantes?>>
Preguntas que pronto... Muy pronto les haré.
Mientras tanto, me resigno a tomar mi cuaderno y apuntar un par de notas más. Después de eso, solo releo todo lo que he escrito.
Pasando las páginas, encuentro algo que llama mi atención: es una lista de tres reglas.
"Sobre cómo no caer en el amor" está escrito con letra cursiva en la parte superior.
No recordaba que la había escrito aquí. La verdad es que ni siquiera revisé el cuaderno cuando lo tomé de mi repisa esta mañana.
No he roto ni una sola de ellas en dos años y medio, cosa que de verdad me hace sentir orgullosa, que hace sentir a mi corazón seguro.
Con mi bolígrafo anoto "nuevo récord" en la parte inferior de la hoja.
De repente, ya no estoy prestandole atención a lo que los viejitos hablan, sino que estoy recordando todo lo que me hizo llegar hasta este punto.
Ya no siento que duela tanto. Supongo que todo está sanando.
Un susurro llama mi nombre. Es tan bajo que lo confundo con mis propios pensamientos, pero no, obviamente no es mi mente.
Es Nathan, llamándome desde la puerta de la sala. Parece que nadie lo ha visto. Nadie más que yo.
Me hace señas con la mano. Quiere que vaya.
ESTÁS LEYENDO
Sobre cómo no caer en el amor #PGP2024
ChickLitBecca, después de 5 desastres amorosos, se ha dado por vencida. Simplemente, ha dejado de creer en esa magia a la que todos llaman amor. Es por ello que, después de pensarlo tanto, descubrió cómo evitar la fuente de todas sus desgracias, ha desarro...