➵ Capítulo 11. Sobre cómo pedir las cosas.

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-¿Qué es esto?

-Es tu hermana.

-¿Y qué le pasó?

-Es una larga, larga historia.

-¿De verdad?

-La verdad no es tan larga, pero sí muy extraña.

-Todo lo que tenga que ver con Becca es extraño... Déjala por ahí, ya mañana veré que hago con su cuerpo.

-No ha muerto.

-Pero la mataré, tranquilo.

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***
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7:30 am

Lo que me despierta son los brillantes rayos de sol que entran por la ventana. Apenas abro los ojos siento las fuertes pulsasiones en mi cabeza y sien, dando la bienvenida al más intenso dolor que he sentido en mi vida.

Intento enfocar mi vista y suplico por tener cerca un vaso con agua. Tras frotar mis ojos, caigo en cuenta de que me había quedado dormida en la sala.

No entiendo ni recuerdo nada de lo que sucedió, mis recuerdos están nublados y mi mente está confundida.

-Vaya, pero miren quién despertó.

La imagen de Anahís me parece abstracta, no logro visualizar bien su rostro pero parece ser que éste no tiene una expresión muy amigable que digamos.

-¿Qué sucede? -mi voz sale rasposa y más ronca de lo que me esperaba. Aclaro mi garganta para volver a hablar- ¿Por qué me dormí aquí? - hago una pausa para analizar mejor mi entorno- Ni siquiera me cambié la ropa, An, huelo feo... ¿Cómo llegué?

-Son muchas preguntas -dice sin interés en darme una respuesta-, después te quejas de mí.

-An, vamos. ¿Qué pasó ayer?

Anahís me da una breve mirada y luego se concentra en sus uñas.

-¿En serio no recuerdas nada, hermanita? ¿Por qué no intentas... Hacer memoria? -el tono que emplea es sugerente, como si quisiera darme una pista con su forma de hablar. Al notar que aún no entiendo lo que me quiere decir, hace un gesto con su mano, como si estuviera sosteniendo una copa que se bebe de golpe.

Automáticamente los recuerdos me golpean con una fuerza brutal y me levanto con rapidez del sofa, haciendo que todo a mi alrededor comience a dar vueltas.

-No -digo para mi misma, trato de convencerme de que no ha sucedido lo que pienso que sucedió. Ahora me siento mareada y debo sostenerme de algo para no caer.

-Sí.

-¡No!

-Eh, sí.

-No, no, no, no. No, An. Quiero morir.

-Creo que esa sería la mejor opción.

La miro mal.

-¿Por qué eres así conmigo?

-De verdad estoy muy decepcionada, Becca. Fuiste a una reunión levemente informal, no a una fiesta adolescente. Dime, ¿cuánto bebiste anoche?- su forma de hablar me recuerda a mamá, así que no puedo evitar sentirme como una niña pequeña.

-Sólo... Sólo una copa -confieso avergonzada. Agacho mi cabeza esperando por su regaño, sin embargo, lo único que recibo es el sonido de la risa más estruendosa que he escuchado.

An comienza a retorcerse y se aprieta el estómago con sus manos. Cuando pienso que se detendrá, vuelve a reír con más ganas que la vez anterior. Simplemente no se detiene, se ha vuelto completamente roja y sus ojos no dejan de llorar.

Sobre cómo no caer en el amor #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora