➵ Capítulo 6. Sobre cómo no rechazar un café.

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-No.

Su cara de amabilidad se transforma de inmediato a una mueca de confusión.

-¿Por qué no?

<<Porque no.>>

-Tengo... Uhm, una cosa.

-¿Una cosa?

-Sí. Una cosa. Tengo que bañar a mi gata... Que ya murió.

Silencio incómodo.

<<¿Por qué soy así?>>

Acabo de mandar al carajo mi única excusa. Sin duda alguna es momento de entrar en pánico.

<<¿Es posible sentir pena ajena por uno mismo?>>

Después de procesar mis palabras sin sentido, Nathan solo se queda ahí, parado frente a mí, con una mueca que fácilmente podría ser fotografiada para hacer algún meme viral.

-Esa es la peor excusa que he oído en mi vida -dice después de varios segundos de silencio.

-Lo sé, lo siento -admito en voz baja, totalmente decepcionada de mí- Trabajo en mi repertorio de excusas, prometo tener una mejor para la próxima vez.

Nathan se ríe en voz baja.

-Entiendo. Entonces creo que sí deberías ir a casa y trabajar en ello, Parker. A lo mejor después me puedes enseñar alguna de tus creíbles excusas, quizás sea la única manera de librarme de las molestas cenas familiares -responde, diciendo eso último más para él que para mí.

-Por supuesto que sí, ja, ja. Cuenta con ello, ma fren.

-No lo hagas más raro.

-Tienes razón -me callo. Para este punto quiero cachetearme mentalmente-. Hasta lueguito.

-Hasta después -dice a modo de despedida, finalizando la conversación.

Inmediatamente después de valer madres, doy media vuelta y hago mi salida triunfal.

<<Aquí no pasó nada, damas y caballeros.>>

Desaparezco por el pasillo hasta llegar al ascensor, el cual llega casi enseguida.

Subo, marco el pequeño botón de planta baja y escucho el leve jazz que suena como melodía mientras arreglo un poco mi atuendo y maquillaje frente al gran espejo que hay dentro.

Mientras espero que las puertas se abran nuevamente, hago una lista mental de las tareas que me quedan por hacer. Lo primero que recuerdo son las dos investigaciones y el resumen a modo informe que debo hacer para mañana en la noche. No he avanzado nada de eso hasta los momentos, así que supongo que hoy no podré dormir.

Algo que se me había olvidado mencionar es que después de haber comenzado mi pequeña y casi invisible pasantía, inicié clases nocturnas en la universidad.

Lo sé, es algo que debí haber mencionado antes, pero todo ha sucedido tan rápido que ni siquiera tengo chance de créermelo.

Finalmente uno de mis sueños se está cumpliendo y todo se lo debo a mi agridulce hermana mayor.

Automáticamente pienso en todo lo que ella ha hecho por mí y decido que quizás es momento de devolverle el favor con algún pequeño detalle, pienso en regalarle algo especial.

Quizás pueda regalarle una nueva taza de té con su nombre para su enorme colección. O también puede que le compre por Internet su té favorito. O quizás sea mejor regalarle un juego de té antiguo como el que tenía la abuela en su casa y con el que ella siempre jugaba de niña. O a lo mejor... ¿Qué tiene An con el té? ¿Y si es una obsesión enfermiza? ¿Y si realmente no es té lo que toma?

Sobre cómo no caer en el amor #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora