Jimin dormía como un bebé. Hacía muchísimo tiempo que no descansaba tanto, y le encantaba, más aún cuando, incluso en su estado de inconsciencia, sabía que Yoongi estaba a su lado. No obstante, la bendición de tener al mayor presente se volvió una pesadilla en el momento en el que este se había atrevido a despertarlo. Molesto por ello, gruñó.
—Jiminnie, levántate, vamos. —Besó su mejilla.
—No hagas eso —ordenó con su rostro pegado a su almohada y sus ojos cerrados.
—¿Por qué?
—¡Porque quiero enfadarme contigo por haberme despertado, y no puedo si me andas besuqueando!
Yoongi rio al haber descubierto un punto débil en él, y lo aprovechó: siguió repartiendo besos por toda su cara. Jimin arrugó su nariz y se sentó bruscamente.
—¡Está bien! ¡Voy a levantarme! ¡Dios! ¿¡Por qué tanto apuro!?
—Tienes que ir a ensayar, ¿recuerdas? Anoche me dijiste que te despertara.
—Demonios, sí lo hice.
—¿Ves? Ahora, vamos.
—No puede ser —frotó sus ojos—. Deberías añadir esto a tu lista de logros.
—¿Qu--qué?
Jimin se congeló por unos segundos. De pronto, recordó que se suponía que no tenía que saber el secreto de Yoongi y su preciado cuaderno de listas. Al darse cuenta de lo que había hecho, lo miró con ojos dulces, para no ser regañado.
—Ah... puede que haya espiado tu cuaderno en Francia. —Rio para fingir inocencia.
—¡Jimin!
—¿Qué?
—Dios, me siento muy patético, ahora. —Cubrió su sonrojada cara con sus manos.
—¿Por qué?
—Porque se suponía que era un secreto. No quería que nadie supiera que un chico de veinticinco años tiene una lista de... todo.
—¿Qué tiene de malo? —frunció sus cejas—. No, sí tiene algo malo. Dame el cuaderno.
—¿Por qué lo tendría en tu casa?
—Lo llevaste a otro continente.
Después de haberse quejado entre dientes por el acierto de su pareja, Yoongi fue a buscar su preciado cuaderno, y se lo entregó al menor sin siquiera mirarlo a la cara. Jimin lo tomó bruscamente de sus manos, y salteó un par de páginas hasta llegar a la que quería revisar: la de las cosas más odiadas. Cuando la halló, revisó la lista, y sonrió en grande.
—¿Qué estás viendo?
—¡Ya no me odias!
—Eso fue hace mucho, Jimin.
—No fue hace tanto que fuimos a Francia, y mi nombre aún estaba ahí.
—Pero no te odio. Odiar es una palabra muy fuerte--
—Eso me habías dicho cuando me odiabas.
—¿Sabes qué? ¿Por qué no mejor--?
Yoongi se detuvo a sí mismo de seguir hablando, y Jimin alzó una ceja.
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At the Top of my Lists [Yoonmin] ©
FanfictionPark Jimin es todo lo que Yoongi detesta. Yoongi es todo lo que Jimin cree que jamás buscaría en una persona. El día que llegaran a juntarse sería el fin del mundo... o el de sus propios mundos.