La cafetería Baby Bunny se encontraba tranquila, como siempre. La gente tenía charlas amenas, Taehyung se hacía cargo de la caja, Yoongi entregaba las órdenes que los clientes le pedían y Jungkook dormía la siesta sobre el mostrador.
Es increíble cómo, de un segundo a otro, las cosas pueden dar un giro de ciento ochenta grados.
De pronto, sin que nadie así lo esperara, las voces de las charlas que estaban teniendo personas que allí se encontraban se convirtieron en ruidos molestos y jadeos de asombro; y la puerta del lugar se abrió en cuanto un joven, Park Jimin, entró. El muchacho, una vez adentro, miró directamente a Yoongi; este se encontraba limpiando una de las mesas del lugar, y dejó de inmediato lo que estaba haciendo para prestar atención a lo que venía, porque, definitivamente, el castaño tenía algo entre manos.
—Tan, ahora —ordenó en voz baja.
De la nada, para sorpresa de todos, el hombre apareció detrás del cantante con una guitarra en sus manos. Yoongi, al haberlo visto, se cruzó de brazos, más que impresionado. No hacía mucho había creado una lista solo para Tan, para enumerar las cosas que lo había visto hacer desde que lo había conocido.
Si no conseguía un aumento o unas horas de terapia a la semana para calmar su estrés, al menos, merecía un lugar en su preciado cuaderno.
Ahora, volviendo a lo anterior, Tan, el fabuloso guardaespaldas/asistente/conductor/chef personal/organizador de eventos/diseñador de exteriores/compañero de viajes/guitarrista comenzó a tocar una melodía agradable, con la cual Jungkook se despertó, sobresaltado, pues reconoció la canción en el primer segundo. Jimin comenzó a interpretar Die In Your Arms de Justin Bieber mientras se acercaba a pasos lentos hasta Yoongi, y lo tomó de las manos en cuanto llegó a su lado. El mayor, cuando esto sucedió, se sonrojó a más no poder, no solo porque le dedicaran una canción, sino también por las profundas miradas de todos a su alrededor y las decenas de cámaras de celulares que capturaban aquel momento.
Cuando la canción terminó, todos aplaudieron, y Jimin finalizó su espectáculo al abrazar al pelinegro y darle un beso en la mejilla.
—Te dije que cantaría una canción para ti —le susurró.
—Aun así, no me lo esperaba.
—¿Alguna vez te he mentido?
—Sí.
—Menciona una.
—Cuando dijiste que podías cocinar, cuando cortaste mi llamada porque estabas con una chica, cuan--
—Entendí, ya, suficiente.
—Oye, la próxima canta otra cosa, casi me enamoras a mí —dijo Jungkook, quien apareció al lado de ellos y pasó un brazo por detrás de los hombros de Yoongi en un abrazo amistoso.
—Ey, ey, ey, quita tus manos de Yoongi, y no digas estupideces. No quiero enamorarte, jamás lo querría.
—Canta otra de Justin y caeré a tus pies. —Le guiñó un ojo.
—Qué idiota eres. —Lo empujó.
Jungkook, debido al empujón, tropezó con sus propios pies, lo que provocó que sus anteojos oscuros cayeran al suelo y dejaran expuesto el golpe en su ojo. Al haberlo notado, gruñó por lo bajo. Ni bien lo vio, Jimin se carcajeó.
—¡No puede ser!
—Sí, lo sé--
—¿¡A QUIÉN LE TENGO QUE AGRADECER POR ESTO!?
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At the Top of my Lists [Yoonmin] ©
FanfictionPark Jimin es todo lo que Yoongi detesta. Yoongi es todo lo que Jimin cree que jamás buscaría en una persona. El día que llegaran a juntarse sería el fin del mundo... o el de sus propios mundos.