Tan apagó el motor de la camioneta en medio de un pueblo poco habitado, frente a una casa que tenía aspecto de estar abandonada. Yoongi tragó saliva, nervioso. Miró hacia todos lados, pero no había otras viviendas alrededor de esa. Jimin bajó del auto, seguido por el mayor. Tan volvió a encender el vehículo y se fue. Los dos chicos quedaron solos.
—¿Esto es una cita?
—Así es. Ven conmigo.
Jimin caminó hacia un costado de la casa. Un muro un poco más alto que ellos los separaba del patio trasero del lugar.
—Tenemos que saltar hacia el otro lado.
—¿De quién es esta casa?
—¿Y yo qué voy a saber? Solo sé que no hay nadie aquí. Vamos.
—No, no es correcto. Es ilegal irrumpir en una propiedad ajena, y--
—¿Qué eres? ¿Un oficial de policía?
—No, pero--
—Entonces, tranquilízate. Ya he estado aquí antes. No recuerdo de quién era, pero estuve aquí varias veces de pequeño. Por eso, de vez en cuando, paso un rato si quiero tener un momento a solas. Nunca pasó nada, así que no te asustes y ayúdame.
Después de soltar un bufido, Yoongi ayudó a Jimin a alcanzar la parte de arriba del muro para que este pudiera pasar hacia el otro lado. Una vez que lo hizo, se dio cuenta de que, ahora, nadie podía ayudarlo a él. Se inquietó. No sabía en dónde estaba, ni en qué clase de problemas podría meterse si seguía ahí con el menor.
—Jimin, ¿ahora qué?
—Ve hacia el frente, te abriré la puerta —dijo desde el lado de adentro.
Yoongi, aún algo incómodo con la situación, hizo caso al cantante y, al llegar al frente, la puerta se abrió. En cuanto estuvo cara a cara con Jimin, este último tomó su mano de repente y lo llevó hacia adentro.
—Cierra tus ojos.
—¿Qué vas a hacerme?
—No te haré nada, solo hazlo.
Yoongi obedeció otra vez, y Jimin volvió a llevarlo de la mano; esta vez, hasta la parte de atrás de la casa. Una vez que llegaron, ni bien el cantante le advirtió al otro muchacho que ya podía ver, el mayor abrió sus ojos y se encontró con algo que lo sorprendió bastante.
A diferencia del exterior y el interior de la casa, que se encontraban un poco deteriorados, el jardín parecía estar en muy buenas condiciones. El césped estaba verde y corto, y las plantas, vivas. Había una mesa en el centro que tenía velas encendidas, varios deliciosos platillos —seguramente preparados por Tan— y una botella de vino para acompañar la cena. Mientras Yoongi miraba todo con asombro, oyó el sonido del flash de una cámara. Al voltear, vio a Jimin, quien reía por lo bajo mientras miraba a la pequeña pantalla del dispositivo.
—Tenía que capturar tu expresión de sorpresa ante la cita que planeé para ti.
—¿Tú lo hiciste?
—¿Sigues creyendo que yo hago estas cosas?
El mayor quedó impresionado con el trabajo de Tan. Definitivamente, se merecía algún premio por ser un guardaespaldas/asistente/conductor/chef personal/organizador de eventos/diseñador de exteriores tan bueno.
ESTÁS LEYENDO
At the Top of my Lists [Yoonmin] ©
Fiksi PenggemarPark Jimin es todo lo que Yoongi detesta. Yoongi es todo lo que Jimin cree que jamás buscaría en una persona. El día que llegaran a juntarse sería el fin del mundo... o el de sus propios mundos.