El sábado por la noche por fin había llegado. Taehyung seguía con su mirada cómo su amigo, Hoseok, caminaba de un lado al otro de la sala. Ambos se habían conocido desde muy pequeños, y pensaron que era buena idea vivir juntos, lo cual llevaban haciendo desde hacía ya un año.
Hoseok se encontraba sumamente alterado. Se paseaba inquieto, de una esquina a la otra, con ambas manos detrás de su espalda, y las sacaba solo ocasionalmente para hacer gestos con ellas en el aire.
—¡Hyung! —se quejó Tae—, ¿puedes quedarte quieto? Si tanto quieres ir a ver a tu amigo, sal ya y déjame dormir.
—Es que sí, no quiero fallarle a Namjoon. Leerá uno de sus poemas por primera vez frente a un grupo de personas, pero uno de mis compañeros de la universidad estará ahí, y querrá golpearme.
—¿Por qué?
—Se enteró de que besé a su madre en la fiesta de la otra vez.
—¿¡QUÉ!? ¿¡CÓMO SE TE OCURRE!?
—¡¡Estaba muy ebrio!!
—¿¡Y eso qué!?
—Oh, no. No, no, no. Si tú te alteraste así, ¿cómo lo tomará él?
—Tranquilo, no te hará nada, estabas borracho.
—Bueno, todavía me quedaba un poquito de consciencia...
—Te matará.
—Vaya, qué alentador eres.
—Pensándolo bien, no te va a golpear. Vas a ir a una biblioteca.
—¿Y? Ponte en su lugar. ¿No harías lo mismo si alguien besara a--?
—¿¡A mi madre!?
—No, no te hagas.
Taehyung se sonrojó al saber de quién estaba hablando su amigo. Nervioso, carraspeó.
—No es lo mismo.
—Te gusta, y no querías que alguien besara a esa persona. Estoy seguro de que ese no es el caso con mi compañero y su mamá —rio—, pero tampoco le agrada la idea.
—Bien, tienes razón. Entonces, ¿por qué no lo evitas y ya? Ve por tu amigo.
—Es verdad. Debo hacer esto por Namjoon —dijo por quinta vez en la noche—. Aunque--
—¡ADIÓS!
Taehyung agarró por los hombros a Hoseok, y lo empujó hacia afuera de la casa. No podía aguantar un segundo más de verlo ser tan indeciso. Llevaba ya una hora y media con el debate de si debía asistir o no a aquella pequeña lectura que, extrañamente, se iría a realizar a la medianoche.
Después de soltar un largo suspiro de alivio —que, al final, se convirtió en un bostezo—, Tae estiró sus brazos y caminó hacia su habitación. Se recostó, cubrió su cuerpo con las sábanas y cerró sus ojos. Poco a poco, cayó en un profundo sueño, pero un ruido lo despertó.
El timbre de la casa sonó cerca de diez veces seguidas. Taehyung gruñó y se despertó. Muy a su pesar, salió de la cama. Creyó que sería Hoseok, arrepentido de haber decidido ir, y con miedo de recibir una golpiza. Sin embargo, se sorprendió al haber abierto la puerta y haberse encontrado con Yoongi; este tenía puesto su pijama, y llevaba pantuflas en sus pies. Sus cabellos estaban revueltos.
—Hyung, ¿qu--?
—¡No puede ser! —entró a la casa a pasos agigantados—. ¡No puede ser!¡No puede ser!¡No puede ser!
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At the Top of my Lists [Yoonmin] ©
FanfictionPark Jimin es todo lo que Yoongi detesta. Yoongi es todo lo que Jimin cree que jamás buscaría en una persona. El día que llegaran a juntarse sería el fin del mundo... o el de sus propios mundos.