Veinticuatro

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— Lo lamento tanto, Nate — Le dijo la doctora — El bebé era muy prematuro, apenas los siete meses y... Bueno, sus pequeños pulmones no aguantaron... Murió — Suspiró — Annie está estable, pero destrozada.

Nate se sintió el peor de los idiotas, cómo demonios habían llegado hasta ahí? Unos días atrás Annie estaba bien y el bebé venía con calma, cómo terminaron ahí? Con esas ganas inmensas de saltar de un puente, Annie sólo intentaba complacerlo de todas las formas posibles, le ayudo poco a poco a salir del hoyo en el que estaba desde la muerte de Alice y él? El le había pagado con nada más que dolor, qué le diría al verla? Durante siete meses Annie y él cuidaron de ese bebé con la vida y ahora lo habían perdido por un estúpido descuido.

— Quiero verla — Dijo intentando deshacer ese nudo en la garganta que le impedía respirar.

— Claro — Respondió la doctora amablemente — Sólo que está... Devastada por la noticia.

Cuando a Annie se le rompió la fuente en el auto, Nate había intentado guardar la calma e intentar calmarla pero ambos entraron en pánico al ver que ella empezaba a sangrar y el bebé ya no se movía.

— Annie — Susurró al entrar con calma.

Annie estaba hecha un mar de llanto imparable, se encontraba recostada dando la espalda a la entrada abrazada a una almohada con el rostro hundido en ella soltando sollozos que le partían el corazón a Nate al oírla.

Intentaba ser fuerte, no derrumbarse, no entrar en una crisis, debía ser él ahora el pilar de ese relación para sostener a la destruida Annie.

— Ann — Le dijo derramando lágrimas — Ann... Lo siento tanto cariño.

Nate se acercó lentamente a ella y se puso de rodillas al lado de ella acariciando su cabello con cariño, Annie empezó a llorar aún más, cómo verlo y decirle que ya no había nada que los unía?

Annie estaba segura de que Nate había regresado a su vida sólo por el compromiso del bebé, la cuido como una reina durante los últimos meses desde que tuvo esa amenaza de aborto que le había creado un embarazo de alto riesgo, él estaba feliz de ser padre, sólo se enfocaba en el bebé y en que naciera sano, después de eso, ellos intentarían formar una familia para el bebé, un pequeñito que ya no existía.

— Ann — Cariño — Ahora el tenia que consolarla — Amor — Le dijo.

Annie volteó a verlo de inmediato al escuchar su última palabra, su rostro estaba pálido y lleno de lágrimas, Nate le sonrió y le acarició las mejillas intentando consolarla.

— Ann — Le dijo — Sé que esto es más difícil para ti, hermosa — Suspiró — Tú lo llevaste en tu pancita por meses y sé que esto te esta matando pero... — Suspiró aun más — El bebé no venia bien del todo, también iba a sufrir... Ahora tienes que ser fuerte.

— Te puedes ir si quieres — Le dijo sorbiendo por la nariz — Ya no hay nada que nos una — Le dijo soltándose en llanto.

— Cómo de que no ? — Le preguntó sorprendido — Qué con lo que siento por ti?

Annie agrando los ojos con un brillo enorme, Nate le tomó la mano y le dio un suave beso, Annie levantó su delgada mano y le acarició el rostro.

— Te quedarás?

— Sí — Le dijo seguro — Ya se acerca el próximo invierno y... Necesito de ti — Le acaricio la mano — Necesitamos estar juntos.

— Nuestro bebé — Sollozó.

— Pronto regresará.

— Lo siento — Dijo ella limpiando su rostro.

— Ann — suspiró — Odio el invierno... Y tú apareciste en el... Te quiero en todos mis días de nieve... Y el mis primaveras... Veranos... Otoños... Hasta llegar de nuevo al invierno.

— Quiere conocer París conmigo?

— Quiero conocer el mundo contigo... Y hacer otro bebé.

— Me amas?

— Te acuerdas de tu lista?

— La que me arrojaste al rostro?

Nate se apenó y asintió con la cabeza.

— Vamos a cumplirla.

París en inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora