Diecisiete

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— Va a nevar muy feo hoy — Dijo Nate mirando por la ventana de la recamara de su departamento  de París,  bonito, amplio, acogedor y con una gran historia.

— Espero y eso no arruine nada — Respondió la chica en la cama.

Nate caminó agrandes pisadas hacia la cama y saltó junto a la chica que estaba a su lado, ambos sonrieron y se besaron, estaban enamorados, así era el inmenso amor joven.

— Debo decir señora Valentine que ensayar la noche de bodas fue una maravillosa elección —  dijo acariciando la espalda desnuda de la chica — Magnifico.

— Dentro de unas horas seré oficialmente la señora Valentine.

Ambos rieron

— Te amo, Alice.

—  Yo igual, pero quítate esa sabana y vuelve conmigo a la cama.

— Se hará tarde.

— Me haces inmensamente feliz, te amo.

—  No más que yo.

— Toda mi vida…

— Planee un futuro junto a ti — La interrumpió.

— Cierto, debo tener  nervios de novia.

— ¿Lo estás?

—  No después de lo de anoche — Sonrió  — Será difícil llamarte esposa.

— Pues acostúmbrate porque lo harás hasta que la muerte nos separe.

Ambos rieron.

Nate se levanto, tomo su camisa para vestirse, Alice lo miraba, no podía sentirse más enamorada, sus ojos verdes, su cabello castaño y su rostro apuesto la encantaban, desde niña soñó ser la esposa de Nate Valentine y el hecho de lograrlo le parecía un hermoso sueño, Alice estaba feliz por tener a Nate en su vida y no podía perderlo.

Antes de dejarlo partir, Alice tomo un sobre que estaba sobre el buro y lo apretó contra su pecho.

— Nate —  Dijo.

—¿Si? — Volteo a verla.

— Quiero darte un regalo de cumpleaños.

Nate sonrió y camino a su lado para sentarse junto a ella.

— Aceptaste ser mi esposa, eres mi mujer, me amas tanto como yo a ti, no merezco más.

— Es importante, pensaba decirte en la recepción, pero no quiero que te desmayes, aunque hubiese sido una hermosa sorpresa, pero me muero por decírtelo, se lo negué a América y su cámara pero…

— Se concreta, no quiero perderme mi boda — La interrumpió con una sonrisa seductora.

— Ábrelo — Le dio el sobre.

Nate lo tomó y lo abrió con cuidado, era una hoja llena de cosas que no comprendía.

— ¿y esto es? — Le preguntó.

— Es la confirmación científica de que serás papá.

— ¿Alice?

— Feliz cumpleaños, te llevas 2x1 a casa esta noche.

Nate dejo caer el papel y la abrazó llenándola de dulces besos haciéndola reír, no lo podía creer,  iba a tener un hijo con la mujer que tanto amaba

— No merezco tanto — Le dijo El llorando mientras le tocaba el vientre.

— Mereces esto y más — Dijo ella sonriendo — Además tú cooperaste.

París en inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora