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Sentia que moriría... sentia como una parte de mi estaba muriendo mientras era arrastrada por este hombre.

Papa ni siquiera me miraba... nadie me miraba... iba a ayudarme, esto estaba realmente sucediendo.

Sentía mis piernas pesadas, sentía qye me iba a desmayar... sentía que moriría.

Nadie iba a hacer nada por ayudarme y fue que lo comprendí... nadie jamás haría nada pir ayudarme. Porque realmente no le importaba a nadie y las únicas personas que se preocupaban por mi estaban a media hora de mi.

Con toda mi fuerza me impulse hasta el suelo obligando al señor a dejarme caer. No sentí el fuerte golpe ya que la adrenalina recorría mi cuerpo, rápido me puse de pie y corrí hasta la puerta abriendola.

El señor me tomo del brazo y me hizo girar para darme un fuerte puñetazo.

Por un momento vi las estrellas pero luego vi como era arrastrada nuevamente hacia adentro.

Lo golpee en sus partes y aproveche el momento para correr fuera de la caza, iba descalza, solo con un short y mi sostén deportivo que ahora estaba rajado.

Sentía como la sangre corría por mi labio mezclándose con mis lagrimas. No tenia idea de a donde estaba corriendo solo sabia que me tenia que alejar de lo que llamaba casa... Tenia que alejarme de esos demonios... tenia que alejarme de todo.

Mi cerebro aun estaba procesando todo lo ocurrido... ese hombre quería abusar de mi y mi padre no estaba dispuesto a hacer absolutamente nada.

Algo se metió entre mis pies haciendome arrastrarme por el pasto, no tuve fuerzas para moverme simplemente me quede hay tirada... lleve mis rodillas a mi pecho para cubrirme del mundo... para cubrirme de todos.

Me dolía el corazón... me dolía el alma todo me dolía.

Las lagrimas silenciosas se convirtieron en fuertes sollozos y luego en gritos.
Gritaba porque estaba sola en el mundo, gritaba porque mi madre me había abandonado, gritaba porque estaba enojada con el mundo... con la vida... con todos.

Había estado a punto de ser violada y mi padre no hizo nada, el solo me entrego a ese hombre sin ni un remordimiento... dejando a su hija a la vista de todos esos demonios desalmados.

-oye-escuche una voz y como si fuera un gato enjaulado me puse de pie alejandome de la sombra. Era el... ese hombre había vuelto. El me había seguido y ya no tenia las fuerzas para defenderme.

-por... favor...- Todo mi cuerpo tiritava pir la fuerza de mantenerme de pie.

-te vi correr...- no era el hombre... era un chico joven- ¿quieres que llame a la policía? ¿a alguien? Estas sangrando... quieres que te lleve a un hospital?

Solo quería llamar a Noel... ella sabría que hacer... ella iba a ayudarme.

El chico vio mi miedo y saco algo de su bolsillo.

-toma-acerco algo a mi- ten mi móvil, llama a alguien- lo aterrada y le quite el móvil para luego alejarme.

Rápido marque el numero de la casa de los Hamilton y a los dos tonos contestaron.

-¿diga?- era Noel, escuchar su vos rompió mi corazón ya agrietado- ¿liana?- habia preocupación en su voz y solo eso vasto para que los sollozos volvieran- amor tranquila... dime donde estad hija yo te ire a buscar ¡Roger!.

No era capas de hablar, los sollozos no me lo permitian, estaba enriqueciendo... estaba rompiendome en mil pedazos y no había nada que lo detuviera.

Solté el móvil, solté todo lo que aferraba... solté mis ganas de vivir... solté mi vida. Y fue agradable... fue agradable ser recibida por los tiernos brazos de la inconsciencia.

El Tormento De LianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora