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Un fuerte golpe me hizo abrir los ojos de golpe mi corazón parecía que se fuese a salir y luego otro golpe vino.

-¡abre... abre la maldita puerta mocosa!-era mi padre gritando desde el otro lado.

Mis ojos volvieron a llenarse de lagrimas y me escondi bajo las mantas.

-¡eres una mocosa de mier... mierda liana!-estaba completamente ebrio-¡abre la maldita puerta te digo... esta es mi casa y puedo entrar donde yo quiera!

-déjame en paz- susurre  solo para mi.

-¡eres una Perra bastarda me oyes!-cierro mis ojos con fuerza- ¡una prostituta liana!

Era siempre lo mismo, el se emborracha y comenzaba a insultarme.

-¡yo debi tirarte en algún basurero cuando naciste!.

Sólo esperaba que la puerta no se rompiera, no tenía idea de lo que era capaz de hacerme finn en este estado.

- hoy vi a tu madre-Me quedé completamente en silencio y el soltó una carcajada- ella tiene dos hijas... eso es para que sepas que no le interesas.

Por segunda vez en el dia me sentí morir.

-deberías verlo tu misma, deberías ir a la calle matta casa 109-luego soltó otra carcajada- ella estará encantada de verte-dijo con ironia.

Matta 109, Marta 109. Recite la calle como si fuera una oración.

Mi padre siguió gritando obscenidades hacia mi pero no lograba escucharlos, ni siquiera era capaz de moverme. Me quedé en silencio sintiendo como casa parte de mi se hacia añicos.

***

Cuando salí de la casa mi padre estaba tirado en el sillón durmiendo, aun era temprano y casi nadie habia en las calles.

Sentia escalofríos en todo mi cuerpo mientras caminaba a la dirección que finn habia dicho anoche.

¿ella me reconocería?... ¿me querría?

Una sonrisa de esperanza se formo en mis labios y sentí un calor agradable en la boca del estómago... tal vez todo cambiaría, porque tal vez ella me diga que me fuera con ella...

No sabía su nombre ni su aspecto y esperaba reconocerla... esperaba que mi padre me haya dicho su dirección correcta. 

¿tenia dos hermanas? Me imaginaba jugando con mis hermanas mientras mama nos cocinaba. Ese pensamiento me hacia feliz. Pensar en que al fin si tendría una familia que me quiere... Una mujer a la que  le pueda decir mama. Ella seguro tenia alguna explicación  de porque no me habia había buscado en todos estos años... pero no me importaba cuál fuera yo la perdonaría.

Quería presentarle a Sofia ella de seguro le agradaría mucho.

Si casa quedaba lejos de la mia pero eso no me importaba y no me importaba porque cada paso  que avanzaba era un paso mas cerca  de mamá.

Había pensado en todo lo que le diría cuando la viera, pero cuando estaba frente a la casa de dos plantas mi mente se quedó en blanco.

Camine rápido hasta la entrada y antes de aue me pudiera arrepentir toque el timbre.

Ya podía verme jugando con  mis hermana en los árboles de la entrada.

La puerta se abrió y me quede petrificada, ella tenía los mismos ojos que yo y su nariz era idéntica a la mia.  Sólo su cabello era diferente al mío ella tenia el cabello castaño oscuro.

-¿si?-ella me miraba atenta, pero veia que estaba impaciente por volver dentro-¿ necesitas algo jovencita?.

No Era capas de decir ni una palabra, estaba embobada mirándola... ella Era hermosa.

Con lagrimas en los ojos pase mis manos por su cintura y escondi mi Sra en su pecho.

-mama-fue lo único que pude decir... mis lagrimas eran lagrimas de felicidad. Alfin estaba con mi madre.

Ella me alejo pero mi sonrisa no se podía borrar.

-yo no soy tu mamá-miró nerviosa dentro de la casa-¿ estas perdida?

-no-dije negando-soy hija de finn Parker-al escuchar el nombre de mi padre todo su rostro se contrajo y cerró la puerta tras ella- el me dijo que tu estabas aquí.

Si mano tomo mi brazo y comenzó a sacarme lejos de la entrada.

Yo no entendia por que estaba haciendo eso hasta que hablo.

-debes irte, mis hijas no deben verte y mi marido tampoco- ella no me estaba mirando... miraba a su casa.

-pero... pero yo soy tu hija-ella se detuvo y me miró.

-No, tu eres hija de finn... tu no eres mi hija ahora vete y no vuelvas nunca mas aquí ¿entendiste? 

Todas mis esperanzas se fueron con esas palabras. Y ahora habia enojo.

-¿porque me dejaste?- ella se veía desesperada mirando a su casa, de un manotazo me solté- ¡¿porque me dejaste?!-grite pero no me importaba... Porque ya nada me importaba. 

-Cállate... debes irte-sus ojos casi se salían de sus órbitas.

-¡respondeme¡-mi voz se quebró pero no me permití llorar... No frente a ella.

-porque no estaba lista... tenia que terminar mi carrera y tu eras un impedimento para eso... No no te podía críar.

-¿pero si pudiste criar a tus hijas?-dije con odio, ella me miró sin decir nada- si pudiste darle una familia a ellas... ¿porque a ellas si y a mi No?-ella estaba en completo silencio- ¡¿porque?!-le Di un empujón para que hablará, me sentía desesperada.

-yo... no lo se... eran tiempos diferentes... yo era muy joven....

-¿porque no me buscaste?

-tu estas bien con tu padre- sentí unas ganas enormes de golpearla pero sabia que eso no seria correcto.

La puerta se abrió y un hombre de la edad de mi padre salio mirándonos.

-¿todo bien cariño?-dijo desde la puerta.

-todo bien Roberto, la joven ya se va- su mirada me súplica que me fuera... pero no lo hice.

- no, la joven no se va-dije a Roberto.

-Ignacia, ¿qué sucede?.

-así que el nombre de mi madre es ignacia...- ignacia abrió mucho los ojos por mis palabras y miró a su marido... yo sabia que el me habia escuchado- ¡el maldito nombre de la mujer  que me dejo con un alcohólico cuando apenas era un bebe es ignacia!

Supe el momento exacto en el que Roberto comprendió lo que sucedía por la forma en la que miro a ignacia. Pero no me importó, no me importó porque por años me quede callada.

-tu eres mi madre, tu debiste estar conmigo. No tienes idea de cuanto añoraba conocerte cada vez que mi padre me golpeaba... cada vez que el...- quería gritarselo, pero era algo que jamás habia dicho en voz alta- cada vez que el entraba a mi habitación borracho... ¡yo era una niña!- ella lo entendió, sus ojos se llenaron de lagrimas y tapó su boca- tu eras la mujer que debía impedir todo eso... pero preferiste tener otras hijas... tener otra familia.

-liana-me sorprendió que supiera mi nombre- Dios yo no tenia idea... lo siento.

-¿lo sientes?-una risa isterica salio de mi boca-¿ qué es lo que sientes? ¿sientes haberme abandonado?-levante los brazos. No entendía porque estaba riendo cuando por dentro me estaba cayendo a pedazos-¿ sientes que me golpeen desde los tres años? ¿sientes que fui abusada desde los siete? ¿o sientes que finn me quiera entregar a sus amigos para pagar sus deudas? ¡¿QUÉ MIERDA ES LO QUE SIENTES IGNACIA?¡- ignacia estaba llorando. Roberto tenia sus manos en su boca y habia dos pequeñas niñas asomadas en la ventana, la risa se fue al verlas y lagrimas comenzaron a caer por mis ojos- solo recuerda esto cada vez que estés abrazando a  tus hijas ignacia... recuerda que cualquiera de ellas podría ser yo.



El Tormento De LianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora