•1•

907 105 15
                                    

Antes de que comiencen leer les agradecería si dejaran su voto para que ayuden a mi bebe a crecer y si pudieran comentar sus opiniones no importa si son buenas o malas ya que todo sirve, muchas gracias que disfruten lectura ♡

-¿tu papa nuevamente llego borracho?-me pregunta mi amiga al verme.

Me encojo de hombros y  ella me hace pasar a su casa, Sofi a sido mi mejor amiga desde los 5 años y ella es mi único refugio cuando mi padre llega completamente ebrio y fuera de si.

-¿cuando te vas a atrever a demandar a ese lunático Li- me refugió  entré  sus brazos y suelto el sollozo que había estado reprimiendo todo el camino a casa de los hamilton, la señora Hamilton la madre de Sofi siempre me a dicho que no tendría problema en que yo viviera con ellos pero no sabia como reaccionaria mi padre si hacia eso y era algo que me aterraba pensar.  Podía aguantar los golpes de mi padre pero jamás me perdonaría si le hiciera algo a Sofi o a los señores Hamilton.

-vamos al cuarto de seguro estas cansada, mañana arreglaremos todo-dice Sofi guiándome a su cuarto. Eran las doce de la noche cuando llame a mi amiga preguntándole si podía venir a su casa y como siempre ella accedió enseguida.

-¿Liana, hija?-dice la señora Hamilton acercándose a nosotras con su pijama- ¿que paso esta vez amor, te encuentras bien?- Noel Hamilton había sido la única figura materna que e conocido desde los cinco años, mi madre me dejo apenas era yo un bebe y al parecer eso enfureció a mi padre ya que siempre se desquitaba conmigo.

-lo mismo de siempre-digo con voz quebrada y Noel me toma de la barbilla para que la mire a los ojos dejando ver el feo moreton creciente en mi ojo izquierdo.

-¡Roger ven aquí!-dice Noel furiosa llamando a su marido-debes ir a hablar con finn mira como le a dejado el rostro a Liana.

Miro al señor Hamilton aterrada y luego a la señora Hamilton.

-por favor no hagan eso, si hacen eso el no me dejara venir nunca mas... por favor no le digan nada- todo mi cuerpo estaba tiritando y me estaba costando una barbaridad llenar mis pulmones de aire- el enloquecera... si van a... van a hablar...

-Liana-escucho a Noel acercarse y poner su mano en mi espalda- hija pon tu cabeza entre tus rodillas y aguanta la respiración como te enseñe- le hago caso ya que desde muy pequeña había sufrido de ataques de pánico y por suerte Sofi o los señores Hamilton han estado para ayudarme en cada uno de ellos- todo va a estar bien amor, no hablaremos con nadie relajate.

El aire no tarda en llenar mis pulmones nuevamente y mi cuerpo comienza a tranquilizarse junto con mi corazón.

-por favor... no le digan nada a papa- Noel me mira con lastima pero asiente y luego Roger hace lo mismo-gracias.

-amor no tienes por que aguantar esto, solo tienes diecisiete añitos pequeña no deberías vivir esto-dice Roger mirándome como si fuera su propia hija.

-sabes que con nosotros siempre tendrás un hogar Lily.

Asiento y dejo que Sofi me lleve a su cuarto que tiene dos camas una de ella y la otra mia. 
En silencio me meto en la cama de mi amiga y ella se acuesta conmigo abrazandome y dejándome llorar hasta quedarme dormida.

Asi  era desde que tenia memoria, aun recuerdo la primera vez que mi padre me puso la mano encima, yo solo tenía tres años y no tenia a nadie que me pudiera ayudar. Fue el dia de mi cumpleaños cuando yo le pedí una muñeca y el se enfureció tanto que comenzó a golpearme diciendo que ya era suficiente con tenerme en su casa.

Desde entonces todo fue empeorando, las golpizas  eran cada vez mas repetidas y mi padre comenzó a beber. 

Por desgracia ya todos en el pueblo me conocían como la  hija de finn el borracho. Y ese titulo me aisló de los otros niños ya que los padres no querían que sus hijos se juntaron con una niña como yo. O así fue hasta que llego sofia.

Recuerdo que ella era nueva en el jardín, en ese entonces teníamos solo cinco años y yo estaba sola en el patio como siempre mientras unas niñas se reían de mi ropa rota desde lejos. 

Yo estaba a punto de ponerme a llorar cuando una manito se puso en mi hombro y con la voz mas firme que una niña de cinco años pudiera hablar me dijo "no llores porque es eso lo que ellas quieren"

Desde ese entonces ella jamás me dejo sola, siempre que alguien se burlaba de mi ella era la que me defendía.

Cuando mi ropa dejaba de quedarme o simplemente ya era inutilizable ella me daba de la suya.

Aveces pienso que si los Hamilton no hubieran llegado a mi vida yo habria muerto hace mucho... Mucho tiempo.

El Tormento De LianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora