•9•

442 56 6
                                    

Ni limpiar los cristales del suelo, ni tratar de hacer tarea sirvio para que mi corazón dejará de doler.

《!Porque de no ser por ti, mi vida no seria una  completa mierda¡》

No debia dejar que me afectara, pero era imposible... sabia que yo no le importaba a mi padre, pero jamas lo habia escuchado decirme eso, el lo habia demostrado de muchas maneras y la mas clara fue cuando me entrego como una moneda de cambio.

Los pasos de mi padre me hicieron quedarme mirando fijamente mi puerta, luego escuche como la puerta de la entrada se abría y cerraba y todo quedaba en silencio.

Había salido y cada vez que salia volvía  completamente borracho a casa golpeando mi  puerta hasta que se cansa y luego se va a dormir.

Dudosa tome mi cuadernillo de dibujos y pase mi dedo por la tapa desgastada como si de un delicado tesoro se tratara. 

Antes de salir de casa me asegure de que mi padre no estuviera en su cuarto y para mi suerte el efectivamente habia salido.

-¿lia?-Evans me miraba asombrado.

Levante mi cuadernillo y le sonreí débilmente.

-son mis dibujos- este momento no parecía tan vergonzoso en mi cabeza, Evans me miraba como si fuera una rara o una lunática- perdón, no se en que pensaba...  No debía venir-comencé a darme la vuelta pero el me tomo del brazo.

-espera, no te vallas... solo me sorprendiste-mire su mano en mi brazo y luego a sus ojos-¿quieres... quieres pasar?

-¿a tu casa?-mire a sus espaldas como dudando.

-claro, ven mi madre estará encantada de conocerte-No me dio tiempo para responderme ya que solo me empujo con suavidad dentro de su casa-mamá, mira  quien nos vino a visitar- la señora de cabello castaño me miraba con una tierna sonrisa-es lía, nuestra vesina.

-¡o cariño es un agrado conocerte alfin!- le sonreí a la señora pero no dije nada- ven toma asiento justo estaba a punto de servirle algo de picar a mi Evans.

-gracias-dije.

-¿mamá, te molestaría si estamos en mi cuarto?-mire a Evans sorprendida y luego a su madre, ella miraba a su hijo con una sonrisa.

-por supuesto, déjame piner estos pardillos en un plato y se pueden ir-creo que si yo le hubiera dicho a mi padre si puedo llevar a un amigo a mi cuarto lo mínimo que me hubiera dicho seria que soy una cualquiera.

Evans tomo el platillo y con una sonrisa me guió escaleras arriba, todo estaba cambiado desde la última vez que estuve aquí adentro, aunque ese entonces esya casa estaba vacía.

El cuarto de Evans era el qie estaba junto a la escalera, yo siempre imaginaba que este era mi cuarto por la hermosa vista que tenia hacia afuera.

-¿cómo estas?-pregunto Evans sentándose a mi lado en su cama.

Me encogi de hombros y me mostré mi cuadernillo.

-pensé... pensé que querrías verlos, bueno tu dijiste que querías verlos...

Evans me sonrió y con delicadeza saco mi cuadernillo de mis temblorosa manos.

Mientras el miraba cada uno de mis dibujos con admiración la frase de mi padre volvió a retumbar en mi cabeza nuevamente.

siempre habia echo lo posible para conseguir su aprobación pero nunca me esforzaba lo suficiente. El me odiaba.

Sentí agua caer en mis manos y eso me hizo dar cuenta de que  estaba llorando.

-¿liana?-No quise mirarlo... no Era capas de mirar a nadie, lleve mis rodillas a mi pecho y escondi mi  cara en ellas. Quería desaparecer... quería dejar de pensar.

Sentí la mano de Evans en mi espalda pero no me aparte, su abrazo solo hizo que me quebrada aun mas.

Era tan injusto todo, mi padre me odiaba, mi madre me odiaba y en el Instituto me odiaban y yo no comprendia por que.

-tranquila, llora todo lo que necesites pero debes saber que todo mejorará algún dia- ¿que todo mejorará? ¿acaso esa frase se podía aplicar en mi?

El no lo entendía... nadie lo podría comprender nunca. Porque tal vez yo nunca debi nacer... Porque yo fui un error y este es mi castigo.

Evans me obligó a mirarlo a los ojos, puso su mano suavemente bajo mi barbilla.

Sus ojos eran algo extraordinario, era como estar mirando el océano mas hermoso y calmado. 

Luego mire su labios, el lo noto y se puso tenso, las lagrimas aun  seguían callendo pero necesitaba esto. Necesitaba dejar de pensar, necesitaba sentir algo. 

Me acerqué a él con demasiada búsqueda haciendo qje nuestros labios chocaron de manera fuerte.

Me sentia tan desesperada qje no me importó. No tenia idea de lo que estaba haciendo pero sabia que era lo correcto.

Evans no tardo en recomponerce del shock y sus labios comenzaron a guiar los mios, era un beso desesperado.

Mi mente se apago, todo en mi se apago, solo era consciente de nuestros labios unidos y para mi eso era perfecto. Porque no quería ser consciente de nada mas.

Sentí sus manos subir por mi espalda, y luego enredarse en mi cabellera, me pegué mas a el porque quería mas, queria sentir más. Por primera vez en mucho tiempo me sentó a viva, me sentía una persona normal y Evans habia logrado eso.

Pero obviamente no todo podía ser perfecto, Evans se separó de mi como si yo fuera una especia de enfermedad. El me miraba con los ojos muy abiertos y los labios enrojecidos.

-lia...-susurro y me sentí el ser mas estúpida del planeta. Como podía creer que a Evans le iba a gustar esto...  que el me encontraría atractiva a mi, de seguro por su mente estaban pasando diferentes maneras de echarme para dejarlo solo. Porque probablemente el debía sentir  asco de mi. Porque yo sentó asco de mi.

Me puse de pie y corrí, corrí fuera de su casa y  no deje de correr hasta que estuve en mi habitación.

Mi corazón latía fuerte y mis pensamientos eran un torbellino.

El Tormento De LianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora