El Tormento De Liana

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-¿mami quien era el?-pregunto Aynoa mientras íbamos de la mano por el centro.

Luego de salir de la casa de bodas le marque a Clotilde explicándole quienes eran ellos, solo vasto con decirle sus nombres para que entendiera porque no podría organizar yo su boda y porque tuve que salir de hay con mi hija.

-unos viejos amigos mi vida ¿quieres que te compre esa muñeca que tanto me habías pedido?-solo vasto mencionar eso para que se olvidará del tema. Al parecer sofia y Evans tuvieron una discusión y luego se fueron del lugar reservando cita para la próxima semana. Tendría que hacer un trabajo de investigación para salir los dias que ellos estuvieran en la casa. No quería que Evans volviera a ver a mi hija ni a mi. Porque no quería verlos.

Apenas Aynoa  nació la cadena que Evans me habia obsequiado se la di a ella creyendo que eso sería lo único que tendría de su padre. Jamás pensé que el iba a aparecer en mi vida nuevamente.

Aynoa se paso toda la tarde jugando con su nueva muñeca y después de una tarde de mamá e hija aún no lograba sacarlos de mi cabeza.

Tenerlos aquí de nuevo era como tener todo mi pasado de vuelta y no me podía permitir eso. No porque no los quisiera en mi vida por ser ellos, no los quería en mi vida porque ellos significaban una gran grieta en los muros de contención en donde había guardado todos mis traumas y no podía dejar que ese muro se agrietara. Porque si eso sucedida estaba cien por ciento segura de que enloqueceria.

Yo quería lo mejor para Aynoa y eso significaba no lidiar con toda mi infancia. Significaba mantenerme cuerda para ella.

Clotilde trato de llevarme muchas veces a una psicóloga para hablar de sucedido la noche que el murió, pero el simple echo de recordar ese momento de desesperación mientras finn me sujetaba las manos me destruía. Era algo de lo que no podía hablar, no podía decir en voz alta que mi padre abuso de mi la mayor parte de mi niñez, no podía decir que me golpeaba hasta dejarme sangrando ni que ayudo a que uno de sus amigos me violara.

Aún despertaba gritando en las noches escuchando la frase 《has estado perfecta》 aún sufro ataques de pánico en los que Siento que voy a morir. Aún tengo pesadillas en las que veo a finn clavandole un cuchillo a Aynoa por venganza contra mi.

Mi hija era mi tesoro más grande en mi vida, no podía perderla por nada del mundo y la protejeria con mi propia vida.

Y si eso significaba jamás decirle que Evans es su padre pues así seria.

Al volver Clotilde habia salido y nosotras subimos directo a nuestra habitación. Aynoa amaba nuestra habitación ya que ella decía que era como un castillo. Esa pequeña niña era feliz viviendo en una casa de bodas y tener una madre diseñadora era un gran sueño.

Tenía por lo menos tres minivestidos de novia para ella y no le importaba salir con ellos a la calle.

Aynoa estudiaba en casa.  eso decidí hasta que ella tuviera diez, porque sabia lo cruel que eran los niños por experiencia propia y mi hija no iría a una escuela para que se arriesgue a crear inseguridad en ella desde tan pequeña.

Yo quería que ella fuera feliz y si estaba cerca mio yo era feliz también.

Cuando Clotilde llego a casa estuvimos hablando de lo sucedido, ella era una gran amiga y la quería tanto que no sabría que haría sin ella.

-liana querida ¿no crees que seria mejor que le dijeras la verdad a Aynoa?-nos encontrábamos en la sala de estar de la casa, ambas teníamos una tasa de café en nuestras manos.

- no se si yo pueda con eso clo-mire la tasa humeante en mis manos y bebi un sorbo-fue demasiado fuerte verlos después de tanto tiempo... no podría verlos de por vida... extraño a sofia... mierda clo como solo quería ir a abrazarlo y llorar pero no puedo permitirme eso... no puedo porque si dejo que ellos entren a mi vida, si dejo que Evans entre s nuestras vidas todo mi pasado me consumirá, todos los recuerdos de todo lo malo me dejarían en nada mas que polvo. Yo no puedo.

- liana-clotilde dejo su cafe en la mesa para tomar mi mano-tal vez valla siendo hora de que dejes entrar a alguien mas a tu vida que a nosotras dos, cariño solo tienes veintitrés año eres muy joven para estar tan sola.

-pero las tengo a ustedes dos-dije en defensa.

-tu hija crecerá y aunque no lo quieras ella no estará siempre y yo aunque estoy muy bien conservada para mi edad-eso hizo que se me saliera una sonrisa- no te rias jovencita debes admitir que cualquiera quisiera tener este cuerpazo a los cuarenta y cinco... pero volviendo al tema yo tengo cuarenta y cinco años y espero vivir muchos años más pero tal vez eso no suceda-La forma en la que pronunciaba su edad me causó gracia porque ambas sabíamos que ella tenía cincuenta y nueve.

-no hables esas cosas Clotilde no sabría que haría sin ti.

-a eso me refiero liana, no debes depender tanto de nosotros... debes darte una opoportunidad para ser feliz... una oportunidad para dejar entrar el amor a tu corazón-puso su dedo en mi pecho- y tal vez el destino quiso que pasará esto porque te esta dando tu oportunidad, no la desaproveches.

-¿te refieres a Evans?

-por supuesto que me refiero a el... es el padre de tu hija y tiene un trasero que casi me da un infarto-solté una carcajada por su comentario.

-eres una asaltacunas.

-toda la sociedad femenina estaría de acuerdo conmigo liana y tu deberías dejarlo entrar hija mia. Dejarlo entrar a sus vidas.

-estas olvidando el pequeño... diminuto detalle de que esta comprometido con sofia-dije volviendo a bajar mi mirada.

-bueno tienes un punto... ¿que clase de amiga te levanta al novio de la infancia?-Clotilde estaba riendo y yo igual.

-Clotilde pasaron seis años-dije defendiendo a sofia, yo no podía enojarme con ella por estar con Evans... Y aunque aun lo amaba y realmente me dolia saber que se iban a casar no podía odiarla.

-como sea, pero piensa en lo que te dije... no puedes estar sola por siempre liana  tu necesitas amor y tal vez tu oportunidad de formar una familia con el padre de tu hija está frente a tus narices.