MERYBETH
Cada moneda tiene dos lados. Sin excepción.
Hay algunos que creen que el amor de nuestra vida es esa persona que llega a desequilibrar el mundo en el que estamos parados. Quien tiene el poder de un huracán en una sonrisa o en una mirada. Quien nos lleva de la seguridad de la cordura hasta el borde de la insensatez tan rápido que apenas nos da tiempo de respirar. Aquel que hace que nuestro corazón lata desbocado y nos suden las manos por la ansiedad.
Sin embargo, hay quienes creen que el amor verdadero es todo lo contrario.
Un viejo proverbio afirma que cuando conoces al amor de tu vida no sientes nervios, ni mariposas en el estómago, sino una increíble tranquilidad porque las piezas encajan en su lugar. Aparte, te hace crecer como persona y hay cierta armonía que no encontrarás con nadie más porque la perfección de las almas gemelas solo ocurre entre ellas.
Así que... ¿Cómo saber qué versión es la correcta?
¿Cómo se puede elegir entre la confortable gravedad que te ata a la Tierra, y el vértigo de la caída libre que te hace creer que te saldrán alas?
Las palabras de Alex resonaron en mi cabeza como un eco que no deja de repetirse.
Desde noviembre mis paradigmas se habían destrozado para transformarse en un monstruo que no reconocía frente al espejo. Hice aquello que jamás me creí capaz de hacer; sentí cosas por alguien más cuando pensé que mi corazón ya tenía un nombre tatuado de por vida; habría dejado el concepto que tenía de un hogar por perseguir la utopía de un amor de película; y no conforme con eso, también ese nuevo sentimiento me hizo darme cuenta de que a veces hay cosas más importantes que obtener lo que deseas.
Asimismo, aprendí a escuchar; a tratar de comprender para perdonar; a aceptar que nadie es perfecto, que todos tenemos secretos y cometemos errores; y por muy buenos que seamos, siempre va a haber un poco de oscuridad en nuestro interior. Pero eso también está bien, solo somos personas que hacemos lo que podemos con las cartas que nos tocaron.
Creí llegar a un acuerdo de paz conmigo misma. Me predispuse a aceptar que rechazaba ese amor épico a cambio de uno más humano, por mucho que quien me lo brindara distara categóricamente de ese término. Incluso acepté olvidarme del primero si con eso podía entregarme al segundo como un día lo hice.
¿Por qué? ¿Por qué había decidido venir justo ahora?
—No te cases —murmuró contra mis labios que aún tenían el sabor del beso que acababa de robarme.
Su dolor era tan profundo que mi corazón se partió en mil pedazos.
Nuestras frentes estaban unidas; y si bien ese beso no fue tan apasionado como para habernos quitado el aliento, teníamos la respiración agitada porque el regusto era nostálgico, como si el futuro fuera incierto y aterrador.
Él no lo entendía. ¿Cómo podría hacerlo si todo era tan complejo?
El problema no solo era la condición de Grahms —que sí, había empeorado en muchos niveles—, sino lo que me hizo vivir durante las últimas noches.
No podría hacerle comprender el dilema que significaba su presencia porque él no había visto lo que yo; no escuchó los susurros de Graham al oído, ni sintió el mar de emociones que me ahogó en las horas de insomnio que yo misma me provoqué porque me aterraba lo que mi prometido trataba de hacer conmigo, aún a sabiendas que yo en un principio lo consentí.
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Dilema [Saga Doppelgänger]
ParanormalDespués de develar la gran mentira que era su vida, Merybeth intenta olvidar los últimos eventos en los que se vio involucrada. Sin embargo, el doppelgänger y su original ya se han visto frente a frente; y una vez que la maldición se activa, ya no h...