Capítulo diez

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Me lancé sobre él. Ni siquiera lo pensé. Ambos rodamos por las gradas de mi entrada, nuestros cuerpos rebotando entre ellos y contra el cemento y.
 
 Él gruñó cuando golpeé con mi codo su mandíbula y pateé su muslo, mi cuerpo a pesar de estar lastimado estaba cargado de la adrenalina del momento ¿cómo se atreve? ¿Cómo se atreve a venir aquí ahora?
 
-Alexei, por favor, detente-Jadeó al sentir mi rodillazo en su estómago. Dios estaba lleno de furia, ese maldito hombre no tiene vergüenza, venir aquí sin haberse presentado ni un momento en estos veintitrés años.
 
Gruñí y golpeé su rostro sin misericordia. Él a pesar de tener veintitantos años más que yo, se defendió bastante bien, bloqueando mis golpes y tratando de retenerme, pero nunca me devolvió ninguno.
 
Miré su rostro cerca del mío, líneas de dolor sobre sus labios, su traje caro estaba lleno de barro y lo que una vez fue un hombre presentable ahora parecía que salía de vivir en las calles. Y entonces no pude ni siquiera dudar el parecido, he mirado ese rostro en mí muchas veces antes.
 
 Mismos ojos azules, mismo hueco en la barbilla, mandíbula cuadrada y complexión atlética. Lo único diferente entre nosotros es mi cabello que es negro y el suyo era chocolate además de que yo era más moreno, por lo demás, cualquiera vería las similitudes.
 
Tomando respiraciones profundas intenté calmarme. Él me miró con cautela, como si estuviera preparándose para otro ataque de furia de mi parte.
 
Cuando me sentí lo suficientemente civilizado, lo miré de regreso. Él me mantuvo la mirada, ambos estábamos en el zacate de mi patio, recostados boca arriba uno junto al otro. Su pómulo tenía lo que pronto sería un moretón enorme, sus labios estaban partidos y noté sangre en su barbilla.
 
Probablemente yo no me veía mejor a pesar de que no me golpeó.
 
Hice un pequeño recuento de daños, tocando mi pecho aún desnudo sentí dolor en mis costillas, mi muslo se mantuvo suturado por algún milagro de Dios y mi espalda me dolía como el infierno al soportar mi caída cuando me lancé sobre él. Dios, cómo cuesta mantenerse a salvo.
 
-¿Qué demonios estás haciendo aquí?-él se sentó despacio e hizo una mueca, llevando su mano a su abdomen. Tal vez lo golpeé demasiado duro.
 
-Vine a buscarte, claramente-Lo fulminé con la mirada, esa no es la respuesta que necesito-Alexei, vine a hablar contigo, he estado buscándote por todo el mundo-Una mirada de absoluto arrepentimiento que no me creí para nada pasó por su rostro. Claro, ha estado buscándome, que conveniente.
 
-Creo que no tengo nada de qué hablar contigo, el único padre que recuerdo murió hace años y no eras tú- él se encogió como si hubiera vuelto a darle un puñetazo en el estómago. Sí, quería que se sintiera mal, no tiene ningún derecho a presentarse en mi vida ahora. –Y no sé quién es Alexei, mi nombre es Damián
 
-Sólo… sólo dame un minuto ¿Sí? Entremos y déjame hablar contigo, no tienes ni que responder, solo sentarte y escucharme. Si después de eso no quieres saber nada de mí, me iré en el primer vuelo a Siberia.
 
Fruncí el ceño ¿realmente quería saber lo que tenía que decirme? Sí, la curiosidad era mucha ¿Qué hace un hombre recorriendo tantos kilómetros para verme ahora? –Vamos adentro.
 
Entramos en mi apartamento, él miró alrededor con curiosidad y atención, su mirada permaneciendo sobre el techo de madera o recorriendo el respaldar de mi cama hecho de metal forjado, como si fuera lo más interesante que haya visto; como si estuviera memorizando cada detalle.
 
 Cuando miré la sonrisa en su rostro y seguí su mirada al pilar de ropa bajo la cama puse mis ojos en blanco. Claro Damián, más visible no puede ser, probablemente Lily también lo haya visto.
 
Me di la vuelta y fui a la cocina, agarrando un par de cervezas sin molestarme siquiera en preguntarle que quería. Él se sentó sobre mi sofá y parecía demasiado fuera de lugar con su elegante traje lleno de barro y su rostro serio.
 
 Le alcancé la cerveza y el frunció el ceño pero aún así la tomó. Acomodando mi adolorido trasero sobre el sillón frente a él, abrí la mía y tomé un largo trago antes de volver a mirarlo.
 
-Ahora sí, tienes toda mi atención-Y la tenía, probablemente la tenía después de esa simple palabra pronunciada por él al abrir mi puerta “¿Hijo?” Creo que tal vez nunca logre olvidarla.
 
-Primero que nada, tu nombre no es Damián, te llamas Alexei Nikolévich Vasíliev y mi nombre es Nikolai Vasíliev. El nombre de tu madre era Olga Smirnova y era una prostituta que trabajaba como mucama en la casa de mi padre cuando yo tenía veintiún años. La conocí y al instante me enamoré de ella, en ese momento y suplico me entiendas, yo era un muchacho bastante hormonal y ver diariamente a una belleza como ella era… irresistible. Comenzamos a vernos a escondidas, tu abuelo era un hombre bastante temerario y sabíamos en el peligro al que nos exponíamos al hacer eso, ella de que la echaran y yo de que me alejara de ella.
 
Fruncí el ceño mientras lo escuchaba hablar con su voz ronca y ligeramente acentuada, los sentimientos encontrados en mí estaban haciendo un lío en mi cabeza ¿mis papás se quisieron? Eso no me lo habría esperado, me mantuve callado mientras él seguía con su explicación.-Pronto las cosas se salieron de nuestras manos, se pusieron más… carnales, y de ahí saliste tú-sonrió y una mirada de puro anhelo cruzó su rostro, haciéndome sentir incómodo-Dios, ¡estaba tan emocionado! Cuando ella me dijo la noticia quise correr por todo el pueblo y gritarlo, que todos se enteraran de que iba a ser padre. Incluso tenía pensado lo que le iba a decirle a mi padre así él me echara de su casa… te esperaba con tantas ganas…
 
 Jugó inconscientemente con la lata de cerveza sin abrir sobre la mesa, sus dedos largos agitándola para todos lados. Probablemente iba a saber a rayos si se la tomaba ahora
 
-Trabajé durante un mes en la fábrica de mi padre, él fue más comprensible de lo que esperaba, al parecer la idea de ser abuelo lo animaba lo suficiente para ignorar el hecho de que la madre era Olya. Con mi primer sueldo compré el traje con el que esperaba recibirte en el hospital. Dios Alexei, estaba tan equivocado, tan concentrado en mi alegría que nunca pensé en mirar por ella, por su salud, ni siquiera pregunté por sus planes. Tampoco le pregunté si me amaba, si quería pasar el resto de su vida conmigo.
 
Sentí un poco de simpatía en mi por él, y estaba bastante conmovido viendo su rostro suavizarse y llenarse de dolor con forme continuaba la historia.-Ella era una persona fría Moy syn;, yo estuve… tan confiado y di tanto por hecho, como sus sentimientos hacia mí y el hecho de que te quisiera también… Entonces noté los cambios en ella justo a tiempo.
 
 Frunció el ceño y se mordió el labio como si hubiera probado algún sabor ácido-Una noche entré a su habitación, había tenido un buen día en el trabajo y había pensado en todos los nombres que me gustaban para ponerte, pero toda esa emoción acabó cuando la encontré en el baño intoxicada y varias cajas de pastillas junto a ella. Había intentado matarse. Y llevarte a ti con ella.
 
Sentí a mi corazón saltar dentro mi pecho. Debía admitir que es un poco impactante saber que la primera persona de una muy larga lista de quienes han querido matarme, ha sido mi madre. Manteniendo mis expresiones en blanco lo miré, su rostro retorcido en una mueca, sus ojos azules estaban húmedos y sus puños apretados. O era muy buen actor, o estaba diciéndome la verdad.
 
-Intenté hablar con ella, comprenderla y que no volviera a intentar eso nunca jamás. Ella me dijo que le ibas a arruinar la vida, que nadie quiere a una prostituta con un bebé y que si mi padre decidía algún día despedirla, ella no iba a encontrar trabajo. Pero es que yo no quería que siguiera siendo prostituta, yo la quería como esposa y eso es lo que ella no entendía. Así que se fue deprimiendo, se fue amargando con forme su vientre crecía; yo siempre me mantuve junto a ella, tuve que dejar el trabajo porque se sentía horrible saber que pasaba más de diez horas fuera de la casa y no poder estar allí supervisándola, evitando que volviera a intentar cometer una estupidez. Y entonces naciste y Vy byli samoy krasivoy veshch'yu, kotoruyu ya kogda-libo videl, me hiciste feliz al momento.
 
Esto era incómodo, primero sus sentimientos y sus palabras rusas de las que no entendía nada, probablemente estaba maldiciéndome y yo ni cuenta me daba,  sentí como mis manos empezaban a sudar de la congoja.
 
-Todo ojos azules y sonrisas, inmediatamente me enamoré de ti. Mi padre no lograba alejarme, pasaba día y noche en tu cuarto, leyéndote o sólo mirándote. Y los celos de Olga comenzaron allí, me dijo: “Nunca vas a quererme más, Alexei ha sustituido el amor que tenías por mí, ahora sólo lo quieres a él”. Y Dios, debí prestar atención, pensé que lo estaba diciendo en broma porque sinceramente me sonaba ridículo. Claro que te amaba, pero ella era la madre de mi hijo, siempre la iba a querer.
 
Creo que saber que en realidad mi padre me amaba así, duele más que saber que nunca lo he tenido.
 
-Entonces un día, después de que estuviera unas dos horas discutiendo sobre la boda con mi padre, volví a tu cuarto feliz de ir a enseñarte los nuevos juguetes que te había comprado-Su voz se quebró, una de sus lágrimas por fin se soltó y se deslizó por su mejilla.-Ella te había vendido Alexei, a los dos años de edad. Yo llegué demasiado tarde, el gitano ya te había sacado del país, enfrentándome a ella le dije que era una pésima madre y una pésima persona. Ella se suicidó momentos después. Y yo estaba fuera de mí; seguí al traficante de esclavos durante cinco años hasta que logré dar con él. Para ese momento yo ya no era una persona civilizada y cuando me dijo, riéndose, que ya no estabas con él… lo maté.
 
 Más extraño aún de que me llame Alexei y escuchar su acento en las palabras es saber que ha matado a una persona y se siente mal… sin lugar a dudas romperá su corazón que su hijo sea de hecho un asesino.
 
-Tu abuelo me ayudó en la búsqueda, año tras año recorriendo países, mirando las noticias, esperanzados de tener alguna señal de ti y siempre decepcionados cuando todo fallaba. No fue hasta hace seis meses que uno de los detectives te encontró, mi padre quiso tomar el vuelo conmigo inmediatamente pero su salud no se encuentra muy bien así que vine solo. Y estaba tan nervioso de encontrarte, ya ha pasado antes de que haya hombres que se hagan pasar por ti, supongo que el dinero es suficiente para romper el corazón de las personas.
 
Él se levantó del asiento y caminó hacia mí, sacando su billetera la abrió y extrajo un papel; cuando me lo dio pude notar que era una fotografía. Una versión muy parecida a mí con una sonrisa enorme en su rostro cargaba un bulto cubierto por una manta que supuse era yo. Entonces miré a mi madre, cabello negro hasta la cintura, ojos azules, rostro redondo, cuerpo delgado y elegante. Sería hermosa si no estuviera tan seria y a pesar de que mi padre tenía su mano sobre su hombro ella estaba bastante alejada de su cuerpo… o de mí.- ¿Puedo quedármela?
 
-Da -él asintió y me sonrió a través de sus lágrimas y casi tuve el impulso de ofrecerle mi mano en consuelo. Antes de que pudiera decirle nada, él volvió a su asiento-Soy una persona económicamente poderosa hijo, tu abuelo lo es también. Hemos sido tan engañados alrededor de todos estos años, cuando traían a una persona nueva y la miraba esperando que fueras tú. Pero reconocería ese rostro en cualquier lado. Dios, tan parecido a mí.
 
Sacó un pañuelo de su traje y se limpió las lágrimas, haciéndome sentir culpable-No sé que más decirte, creo que ya te conté toda la historia, si aún quieres que me vaya me iré, sino me encantaría saber de ti y que me he perdido todos estos años.
 
Lo miré, realmente no quería saberlo. Probablemente me sumaría a su lista de personas que hacen todo por dinero. Sacudiendo mi cabeza fui incapaz de echar lejos el pensamiento, no es que vayamos a ser padre e hijo de la noche a la mañana, había aún mucho rencor y angustia de recuerdos entre nosotros.
 
Levantándome de mi asiento caminé hacia él, él se puso de pie también, mirándome a los ojos mientras le hablaba. –No sé si haya alguna forma de arreglar todo esto-su rostro inmediatamente se descompuso y se encogió sin perderme la mirada-pero… creo que comprendo todo lo que sucedió y sé que no fue tu culpa, así que no te martirices más con eso. Creo que Dios nos está dando una segunda oportunidad para intentarlo al menos, así que… si quieres… ¿te parece si cenamos?
 
En su rostro estalló una sonrisa, haciéndolo parecerse más al joven de la foto, sorprendiéndome me tiró a sus brazos y me abrazó fuertemente.
 
Inhalé su colonia y me pareció conocida, relajante, él sollozó y se rió contra mis hombros, mientras palmeaba mi espalda. Entonces me di cuenta que las lágrimas también salieron de mis ojos.
 
 Antes de que pudiera verlas, le devolví el abrazo, provocando que sollozara más fuerte. Nos sostuvimos así, uno con el peso del otro, por más de media hora, cuando por fin nos soltamos ambos hicimos como si el que hayamos llorado no hubiera ocurrido.
 
-Entonces… ¿Mariscos? –él asintió con su cabeza y sonrió, pequeñas arruguitas formándose en sus ojos. Caminando hacia mi dormitorio pasé una camisa sobre mi cabeza y me cambié los pantalones cortos por unos jeans ajustados. Él me siguió, sin preocuparse por invadir mi privacidad, tampoco es que me preocupara que me viera en bóxers. Sin alejarse de mí caminó hacia la puerta conmigo y me abrazó por los hombros. Aún era incómodo tener este tipo de contacto por el hombre que ha de ser mi padre pero no me quité, notando cómo apretaba su otro puño como si necesitara tocarme, asegurándose de que fuera real.
 
-¿Está bien si pasamos a mi hotel antes? Alguien me dio unos buenos golpes sobre el rostro que debería curar y ensució mi traje.-Sonreí, ¿unos buenos golpes? Totalmente le pateé el trasero. Asintiendo, él nos llevó hacia una Hummer negra que no había notado frente a mi casa, nos sentamos y sacó un vino que lucía caro
 
-Esto es mejor que tu cerveza
 
Puse mis ojos en blanco y acepté la copa, dándole un largo trago. Tuve que admitirlo, era mejor que mi cerveza-Entonces ¿Cuándo nos vamos a Siberia?
 
Escupí el vino de mi boca sobre su rostro, él hizo una mueca y se limpió con una servilleta
 
-Espera ¿qué?
 
Definitivamente no podría irme a Siberia, no dejaría a Lily ahora[1]



[1] Moy syn= Hijo mío
 *Olya= diminutivo del nombre Olga en ruso
*Da= Sí
*Vy byli samoy krasivoy veshch'yu, kotoruyu ya kogda-libo videl= Eras lo más hermoso que he visto jamás

The girl of my eyes - Holding you tight 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora