Capítulo veintisiete

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Cargué las dos pistolas y las puse en mi cinturón, asegurándome de que mi camisa negra las escondiera. Tenía varias navajas  alrededor de mi cuerpo, y mi cuchillo estaba metido en mi bolsillo.

Miré a mi padre, encontrándome con sus ojos azules y asentí. Ambos estábamos armados hasta los dientes y estaba bastante seguro de que el resto del equipo estaba haciendo lo mismo en sus habitaciones.

Nikolai había decidido venir a la mía porque quería evitar ver a mi abuelo y la Sra. Schneider en una escena comprometedora. Y eso sucedía a menudo, las dos veces que fui al baño tuve que cerrar mis ojos cuando lo miré metiendo mano bajo la falda de ella.

Creo que nunca voy a reponerme. Lo juro, traumado de por vida.

Así que amablemente, había dejado a mi padre entrar y compartí su incomodidad. Además de que me ayudaba un poco a alejar mis pensamientos de toda esta ansiedad y temor que recorría mi cuerpo.

No podía dejar de sentir eso que se siente, como un vacío, cuando sabes que algo va a salir mal.

Y no quería pensar en eso. Nada podía salir mal hoy. Iba a entrar allí y a volarle el culo a más de ochenta personas, salvando así a Lily para después, suplicarle de rodillas si es necesario, el que me perdone.

Le di la espalda a Nikolai cuando mis ojos comenzaron a ponerse llorosos, el remordimiento y la culpa volvieron como un puñetazo en el estómago, provocando que tuviera que retener mi respiración para intentar calmarme. Alcé mi mirada hacia el espejo frente a mí y me encontré con los ojos de mi padre, quien me miraba con compasión y simpatía. Apreté mi mandíbula cuando las lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas.

Vamos a recuperarla” Sus ojos azules brillaron y dio un paso hacia mí. “Lo sé” y lo sabía, confiaba en mi abuelo y si él decía que íbamos a ganar esta, era porque íbamos a hacerlo. “¿Entonces es lo qué te preocupa?”, puso uno de sus manos en mi hombro y se acercó más a mí, tragué saliva y lo miré directamente “De que sea demasiado tarde para pedir perdón”.

Mi padre me dio la vuelta y me abrazó fuertemente contra él. Por primera vez, me dejé ir y me apoyé en su hombro. Tenía tanto miedo. Podrían ponerme a matar a cualquier hombre, en cualquier minuto, bajo cualquier condición y yo podría hacerlo. Pero si en las próximas horas, yo recibía una sola palabra de rechazo de Lily, toda mi vida iba a terminar.

Porque nunca jamás podría seguir viviendo si ella no está a mi lado. No quiero que ni la culpa ni mi propia estupidez acaben con todo lo hermoso que he tenido en mi vida.

Nikolai se separó de mí y limpió mis lágrimas entre sus manos callosas, antes de cubrir con ellas mis mejillas y obligarme a mirarlo.-Si eso sucede, sabes que yo me pondría de rodillas contigo para pedir su perdón. Estoy seguro de que mi papá también lo hará, e intimidará a todos esos ex militares a arrodillarse también.-Sonreí hacia él y él me devolvió la sonrisa antes de palmear mi mejilla y darse la vuelta.-Ahora, vamos a recuperar a tu mujer.

Afuera de la habitación, había al menos cincuenta hombres. Todos vestidos de negro. ¿Cuándo se multiplicaron? Miré a mi padre quién se encogió de hombros y caminó hacia el grupo. Mi abuelo estaba en el centro, diciendo palabras rusas fuertes y marcadas que para mí sonó como un motor al encenderse. Un montón de ruido.

The girl of my eyes - Holding you tight 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora