Capítulo veintidós

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Habían pasado tres días más en que no supe nada más de mi familia. Las grabaciones dejaron de transmitirse después de la sorpresa que me dio mi abuelo al decir que yo iba a tener un bebé.

Sólo tenía veintitrés años… no hay mucho que pueda ofrecerle a un niño, pero estaba tan malditamente emocionado.

Traté de imaginarme a la criatura, ¿será niño o niña? Con que esté saludable está bien, pero si fuera niña… bueno puede que termine de explotar de alegría. ¿Tendría los ojos azules o ámbar? ¿Sería morena o de piel blanca leche como su madre?

Mi corazón brincó en mi pecho al imaginar una pequeña Lily en mis brazos. Lágrimas se acumularon en mis ojos mientras miraba al techo de la casita del árbol.

Tentativamente alcancé mi cuchillo de la mesita de noche, el cual no he usado de nuevo desde hace más de dos meses. La única sangre con la que ha estado en contacto es con la carne de ternero que Aina me pidió destazar el otro día.

Toqué con suavidad mi nombre tallado en el mango y recordé el primer día que lo tuve en mis manos. Era el día de mi cumpleaños y había ido a pescar con papá, o al menos, con el hombre que consideraba mi papá, él me lo dio envuelto en una cajita roja de terciopelo

 “Ya eres todo un hombre Damián, cuida mucho de este cuchillo y úsalo bien” dijo; no estoy seguro de que él haya pensado en su uso como yo lo hice, ni mucho menos que lo iba a usar para matar.

Escuché el ruido de la escalerilla, indicándome que alguien venía subiendo. Rápidamente volví a esconder el cuchillo y me senté en la cama, mirando a Oly quien venía con un pequeño paquete envuelto en una manta.

Ella se acercó con cautela junto a mí y me miró, sus ojos grises enormes y asustados

-Hice algo malo.

Levanté mi ceja hacia ella y volví a mirar el bulto en sus brazos. -¿Qué?

-Pájaro-Puso el bulto sobre mi regazo y suavemente quitó la tela que lo cubría, adentro estaba un pichón prácticamente sin plumas, demasiado pequeño para cuidarse solo-Lo robé-Subí mi mirada para encontrarme con la suya, había arrepentimiento pero también excitación, mayormente de lo segundo.- ¿Debería devolverlo?

-No, la madre no lo aceptaría, te olería en él y no lo querrá más.

El resto de la mañana me dediqué a buscar lombrices y partir frutas, enseñándole a Oly cómo alimentar a un pájaro bebé. Cuando me vestí para ir al trabajo, sentí dos bracitos rodear mi cintura. Miré con curiosidad a la niña quién me observaba con adoración-Alesei abajo

Me agaché por la cintura, obedeciendo y ganando un besito en mi mejilla. Sorprendido, la miré y ella se rió tontamente antes de salir corriendo.

No me molestaría tener una hija como Oly.

Hoy me tocó partir peces y quitarles la médula. Al final del día mis manos olían a mar y pescado, iba a costarme demasiado intentar quitar el olor. Y el sol que había recibido probablemente me haya quemado algunas partes del cuerpo.

Aquí trabajábamos sin camisa la mayor parte del tiempo. La sorpresa es que ninguno de ellos tenía tatuajes, solo yo soy el único con su cuerpo marcado, lo que parecía gustar bastante. Por lo que recibía más miradas lascivas de las que quería. Para incomodidad mía, la mayoría de parte de otros pescadores.

Al salir del trabajo, decidí hacer un pequeño desvío y tomando la mitad del sueldo de estos cuatro días de trabajo anteriores; me fui a dar un paseo por la ciudad.

Una de las tiendas llamó especialmente mi atención. Un trajecito rosa bordado con pequeños conejitos blancos. Quizás fue el sol recibido durante la tarde o la intensidad de mi deseo por un bebé pero, cuando me di cuenta, ya tenía el conjunto en mis manos.

The girl of my eyes - Holding you tight 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora