Capítulo dieciocho

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¿Quién diría que subirse a un árbol sería tan difícil?

Miré debajo de mí a los más de quince metros de altura bajo mis pies. Si no mantuviera una buena condición física, estoy seguro de que hace mucho tiempo que habría caído. Devolví mi mirada al frente, había al menos unos cinco metros de distancia entre el árbol y la ventana de Lily, sin embargo una de las ramas era lo suficientemente larga para dejarme a un metro, desde donde podría simplemente saltar.

Si tan solo no fuera tan delgada y yo no tuviera que pesar noventa kilos.

Decidí arriesgarme y suspiré cuando llegué a la orilla, al parecer los árboles rusos eran bastante resistentes, me colé dentro de la habitación y ya Lily dormía a pesar de que hace solo tres horas la dejé en la cama.

Habría venido dos horas antes pero tuve que pasar por la cocina y robarme un par de esos Prianik que mi padre no quiso darme. Entonces las cocineras (a veces aprecio mi apariencia) decidieron coquetear conmigo ofreciéndome comida. ¿Por qué no podían todas ser así? ¿Tratar de ganar el corazón de un hombre por medio del estómago?

No es como si hubieran ganado el mío de todos modos, ese ya estaba tomado.

Me arrastré silenciosamente a la cama y miré con indecisión. Lily había decidido dormir estirada completamente en el centro, al menos de que quisiera dormir con una nalga al aire tendría que encontrar la forma de moverla.

Me agache frente a su rostro y le di un besito en la mejilla, ella gruñó algo y siguió durmiendo. Conteniendo una sonrisa, le di un beso en el cuello y sentí una mano levantarse y palmear mi mejilla como si hubiera intentado espantar un zancudo. Contuve la risa mientras sacaba mi lengua y lamía desde su escote hasta su mandíbula, ella jadeó fuertemente y se sacudió, abriendo sus enormes ojos ámbar y mirándome confundida hasta poder enfocarme.

-Lo siento nena-Me reí y creo que arruiné mi intento de parecer arrepentido, entonces dejé caer mi cuerpo sobre el suyo, presionando todas esas curvas suaves contra mí.-Pero estabas usando toda la cama.

Su rostro enrojeció y una tímida sonrisa jugó en sus labios-¿Así que decidiste aprovechar y lamerme?

-¿Cómo rechazar esa posibilidad?-Me agaché y puse mis labios contra los suyos, inmediatamente ella suspiró y relajó su cuerpo, llevando sus manos hacia mi cabello.- ¿Puedo dormir contigo?-Sonrió y se hizo a un lado, dándome la mitad de la cama.

Me levanté y comencé a desnudarme después de darle un beso. Ella me miró, sus ojos adormilados y sensuales estaban entrecerrados y cuando mordió su labio casi temí no resistir y saltar sobre ella.

Me quedé en un par de bóxers negros y me metí bajo la colcha, poniendo una mano en su abdomen, la arrastré hasta sentir su espalda apretada contra mi pecho.

Inhalé profundamente. Qué bien olía.

Ella suspiró y me miró por encima de su hombro.

-Me encantan esos ojos-Subió una de sus manos y tocó el borde de mi rostro. Sentí una sonrisa jugando en mis labios.

-Debería agradecerle a Alexander por ellos, quizás cocinarle algo.- mi quijada casi tocó el suelo ¡Quería cocinarle a mi abuelo y no a mi! ¡Yo soy quien tiene los ojos que le gusta, no él! Ella se rió fuertemente al ver mi expresión.

-Mmm niña, cada vez más atrevida… no sé, siento como si debiera castigarte-Sonreí maliciosamente antes de llevar su blusa hacia arriba y agachar mi cabeza, tocando con mis labios su abdomen desnudo y soplando, provocando que saliera un ruido fuerte.

Ella jadeó y luego comenzó a reír. Reí con ella mientras arrastraba mis labios por su abdomen, entre sus pechos y su cuello hasta llegar a sus labios.

The girl of my eyes - Holding you tight 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora