Capítulo veintiséis

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Lilith

Ojos de Demonio cumplió su palabra, había regresado. Y estaba agradecida por eso.

En el momento en el que él había dejado la habitación, todos los hombres se habían acercado a mi cuerpo maltratado en la cama y comenzaron a tocarme. Gracias a Dios, no me quitaron la gabardina que Lyvet me había dado, y eso impidió que perdiera un poco más de la dignidad que me quedaba.

Había enterrado mi nariz en el abrigo, su olor como a pan de canela y especies había invadido mi aire, evitando así que me concentrara solo en el olor a rancio y sudor que desprendían estos hombres.

Cuando él regresó y miró a dos de ellos encima de mí, había estallado en un ataque de furia y los había matado a ambos sin dudar. Después se acercó a mi cuerpo tembloroso y me abrazó contra su pecho, sin importarle el asqueroso olor que desprendía mi piel.

 Me dejé llevar por el cansancio y puse mi cabeza en su hombro mientras tocaba mi espalda impersonalmente, para ser alguien perteneciente a este grupo, él era muy amable conmigo. Al menos no trataba de manosearme al momento que tuviera oportunidad.

Dejó escapar un par de gritos más, diciendo que él había prohibido que me tocaran de forma íntima, allí me di cuenta que él era la razón por la que no me habían violado. Alzándome en sus brazos, abrazó mi cuerpo tembloroso y débil y salió como un huracán de la habitación.

Me llevó por un pasillo largo lleno de habitaciones y abrió una de esas, una cama tamaño King con sabanas negras en el centro, el resto de la decoración era simple y masculina, sin un solo objeto personal o algo que dijera que le pertenecía a alguien. Él me colocó suavemente sobre la cama, sus ojos negros y duros, suavizándose un poco mientras acariciaba mi mejilla con el dorso de su índice.

-Todo estará bien Lilith, yo te cuidaré.-Él salió de la habitación un momento y luego trajo tras de él a otro par de mujeres, ambas con su cabeza gacha, un collar de perro en sus cuellos y cicatrices en su rostro. Esperaba que ese no fuera mi destino. Él les dio un par de órdenes en ruso que no comprendí y luego vino y se sentó a mi lado, quitando el cabello enmarañado de mi rostro.

-Nunca debí haberte dejado sola, esos bastardos. Odio que haya personas que abusen sexualmente de otros que no puedan defenderse.-Parpadeó y pude asegurar que su ira y su recriminación eran sinceras. A través de la puerta donde habían desaparecido las mujeres, comenzaba a escucharse tubos abriéndose y agua cayendo. No tenía idea de qué era lo que iban a hacerme.

-L-lyvet… ¿aún no puedo irme…?-él abrió sus ojos sorprendido cuando dije su nombre y luego sonrió suavemente, negó con la cabeza y un puño de desilusión se instaló en mi garganta-¿por qué?

-Llámame Lucian, y sabes que no puedes irte hasta que me digas donde está Damián. ¿O es que quieres decirme ya?-Una de sus manos acarició mi garganta suavemente.

Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras negaba con mi cabeza. Él perdió su sonrisa y antes de saberlo, movió la gabardina hacia un lado y agachando su cabeza, mordió fuertemente la piel donde mi hombro se une con mi cuello, haciéndome gritar y jadear de dolor. Algo tibio descendió por mi garganta y él pasó su pulgar por la sustancia roja antes de levantar su cabeza y mirarme con arrepentimiento y reproche.

- ¿Ves lo que me haces hacer Lilith? ¿Crees que yo soy feliz lastimándote?-Sus labios estaban llenos de sangre y él los limpió, lamiéndolos. Me retorcí de dolor y sentí nuevas lágrimas tras mis ojos luchando por escapar.

-P-perdón…

-No Lilith, no llores.-él me dio un beso de mariposa sobre mi pómulo mallugado y colocó su mano en la carne abierta de mi cuello.-Yo te curaré, cuidaré de ti. Como él no lo ha hecho. Lo único que pido es que me digas eso, unas pocas palabras. ¿No he sido bueno contigo estos días? ¡Creo que es justo que ahora seas tú la buena conmigo! ¡Por favor Lilith! ¿Cómo sigues defendiéndolo, ocultándolo? Si él ha sido quien te ha llevado a estar aquí.

The girl of my eyes - Holding you tight 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora