Capítulo dos

245 15 0
                                    

Me miró sonrojada y no pude evitar dar un paso más cerca, sintiendo cómo las comisuras de mis labios temblaban por ocultar mi sonrisa. Era como un pequeño duendecillo, no me llegaba más allá del esternón pero aunque estaba nerviosa como el infierno seguía manteniéndome la mirada.

-Eh… d-debería irme-Chicas tímidas que tartamudean, mi mayor debilidad. Ella retrocedió dando un paso más allá de mi alcance e inmediatamente sentí mi instinto decirme que la acorralara, que tomara lo que quería y listo.

Pero no podía hacer eso, no cuando venía de confesarme.

-¿Tienes sed? ¿Podría invitarte a una copa? –Agarró sus manos entre las suyas y las retorció juntas mientras no paraba de moverse de un pie a otro. Si no supiera que estaba nerviosa le diría dónde podría encontrar un baño.

-N-no… Necesito… -Miro a todos lados menos a mí y no pude evitar dejar escapar la sonrisa que llevaba conteniendo. Realmente era linda. –Ah…-Me miró como si no pudiera recordar lo que iba a decir y mi yo cavernícola quería tirar de ella y  meterla en mi bolsillo.

-Necesitas una bebida –Tomé su mano en la mía e inmediatamente se quedó tiesa, como si mi mano estuviera cargada con electricidad.

Realmente quería una noche con ella, así tuviera que confesarme mañana también. Soy un pecador débil.

-No yo… necesito llegar a un funeral-Levanté mi ceja y fue ahí cuando miré que en realidad la chica iba toda vestida de negro, un vestido hasta sus rodillas con una cinta en la cintura.

-Ah…-Ahora tenía sus ojos llorosos de nuevo, miré a todos lados pidiendo que un milagro me salvara, ella solo me miró suplicante y mordió su labio inferior.- ¿Qué sucedió?

-Asesinaron a mi hermano anoche, dicen que fue un hombre encapuchado. -Volví a mirarla inmediatamente a los ojos, un mal presentimiento moviéndose por mi estómago, tomé de nuevo su mano y le di un apretón. Ella me miró extrañada pero no evitó mi contacto.

E incluso aunque sabía que no había delicadeza en eso, tuve que preguntar.

-¿Cómo sucedió? –Intenté poner en mi voz la mayor cantidad de simpatía posible, creo que ella me creyó porque se acercó un pasito más a mí. –Lo siento mucho, no quisiera que eso le pasara a nadie

Ella asintió y bajó su mirada a nuestras manos entrelazadas-Lo mataron frente a su casa, no tuvo tiempo ni de defenderse-me miró de nuevo con esos hermosos ojos llenos de lágrimas y sentí por un momento la mano de la culpa apretando mi pecho antes de ignorarla.

Esto es lo que hacía. No es nada más que un trabajo. Seguí diciéndome eso hasta que volví a ser yo.

-Al menos no lo hicieron sufrir, ¿se llevaron algo de su casa? –se acercó otro centímetro más a mí y el coco volvió a llenar mi nariz.

-No, al principio creímos que era un ladrón pero no se llevó nada, sólo quería matarlo.

-Desgraciado-Sí, era un hipócrita. Me miró de nuevo y sentí mi mano moverse por si misma hacia su mejilla, poniendo una onda de cabello dorado tras su oreja. Sus ojos se ampliaron de par en par y me miró unos minutos, decidiendo que no era lo suficientemente amenazante me dejó hacer.

-¿Cómo te llamas? –Me preguntó con esa dulce voz, no molesta y chillona como la de la mayoría de mujeres que conozco, sino suave y del tono justo con el que cualquier hombre desearía irse a dormir.

-Damián-Ella sonrió como si le hubiera regalado un cachorrito o algo así, mujer rara pero dulce.

-Damián-Repitió mi nombre y mi mente lo tradujo como “tengamos sexo ya sobre cada superficie plana posible”. Era un hombre después de todo, y ella era una mujer hermosa, sentí como mi sangre se calentaba con la esperanza de tenerla.-Soy Lilith

Me dio una sonrisa insegura y perdí el control, decidiéndome por no esperar más y actuar de una vez. Tantear el terreno.

 Mirándola a los ojos me agaché poco a poco hasta dejar su rostro cerca del mío, su sonrisa desapareció y sus labios se abrieron como si le costara respirar, cada dulce inhalación acariciando mi rostro. Tomando sus mejillas entre mis manos me quedé allí, disfrutando de cada exhalación brusca al toque de mis yemas por su rostro caliente y sonrojado.-Yo podría consolarte…. Podría hacerte sentir mejor Lily-Su cuerpo tembló incontrolablemente y el mundo dejó de existir para mí.

Sólo la quería a ella.

Rocé sus labios y mi corazón se volvió loco. Con ninguno de los homicidios que he cometido me he puesto tan nervioso. Su boca era dulce y su brillo sabía a menta. Mmm, muy placentero. Ella contuvo el aliento y se mantuvo tensa, nuestros cuerpos sólo tocándose por mis manos en su rostro.

Después de unos segundos besándola suavemente ella comenzó a corresponderme, tiernos besitos, tímidos e inseguros.

Creo que nunca me ha gustado nada tanto.

Mantuve nuestros labios así, rosándose, acariciándose entre ellos. Ella suspiró en mi boca y sentí lágrimas mojando mis palmas. Solté sus labios y besé sus ojos sintiéndome como un abusador, sin saber si la razón por la que lloraba era mi culpa. Ella gimió y mantuvo sus ojos cerrados mientras yo atrapaba sus lágrimas con mi lengua, su cuerpo temblando incontrolablemente.

-Eso ha sido hermoso-Me dijo, abriendo sus ojos ámbar con pupilas dilatadas, asentí porque de pronto era incapaz de pronunciar palabras.

The girl of my eyes - Holding you tight 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora