33. Una Sorpresa Inesperada.

87 11 5
                                    

Narra Stana

Después de las risas que nos echamos al ver a Molly en el suelo, desayunamos. En el desayuno todos estábamos felices, se notaba que éramos una gran familia. Y al parecer, esta familia iba a aumentar antes de lo esperado.

Alguien llamó al móvil de Nathan.

–Enseguida vamos– dijo Nathan al teléfono, después colgó.

– ¿A dónde vamos? – Le preguntó Andrew.

–¡Sarah ha nacido!–dijo Nathan- ha llegado antes de tiempo.

–¡Bieeeen, por fín voy a poder verla¡–dijo Emily contentísima.

–¡Qué ilusión! Corre vamonos– dije. Y todos fuímos a vestirnos corriendo.

Después de 20 minutos ya habíamos llegado al hospital, pues Nathan era el que nos "guiaba" por los pasillos del hospital y nos perdimos un poco, esto de guiar no se le da muy bien.

Nada más abrir la puerta de la habitación de Seamus y Julie, Emily entró corriendo, con una sonrisa de oreja a oreja, estaba muy feliz de poder ver a Sarah.

–¡Hola Emily, cariño! –le dijo Julie–Mira, Sarah está ahí–le dijo mientras señalaba la incubadora que había junto a la cama.

–¿Y por qué está ahí?–preguntó Emily.

–Porque tenía muchas ganas de salir y ha llegado un mes antes, así que tiene que estar ahí unos dos o tres días para que se aseguren de que está bien.

Emily y Andrew se quedaron observando a Sarah mientras nosotros  les dábamos la enhorabuena a los nuevos papis.

–Ha sido un regalo adelantado de Navidad precioso–dijo Seamus con los ojos llorosos de la emoción.

Pues quedaban sólo dos semanas para Navidad y sí, era un regalo maravilloso. La familia crece.

Estábamos hablando con ellos cuando Emily nos interrumpió:

–¿Puedo coger a Sarah?

En ese momento entró la doctora.

–Si no estáis constipaditos, entonces si podéis–les dijo la doctora a mis peques.

Derrpente, Emily y Andrew salieron corriendo hacia el baño de la habitación, cuando salieron:

–No, no tenemos mosquitos, no estamos constipados–dijeron casi al unísono.

Incluso la doctora comenzó a reírse como nunca, estos pequeñajos...

Emily y Andrew se sentaron en un sofá y la doctora abrió la incubadora, puso a Sarah en los brazos de Emily bajo la atenta mirada de Andrew, y les salió una sonrisa mágica.

Hubo un momento en el que todos nos quedamos callados porque vimos que Emily y Andrew le estaban hablando a Sarah:

–No te preocupes Sarah, serás muy feliz con tus papis, son igual que los nuestros, nos quieren mucho–dijo Emily.

–Sí, ya lo verás, te van a cuidar mucho, son muy buenos–dijo Andrew.

–Sí, no los pierdas nunca, nosotros no perderemos jamás a nuestros papis. Te queremos peque–volvió a decir Emily para luego darle un beso en la frente.

Los dos se levantaron del sofá y pusieron a Sarah en los brazos de su mamá.

Nathan y yo comimos a besos a los peques, son increíbles.

Cuando llegamos a casa, a los pequeños les esperaba dos cartas sobre la mesa, llegaba la hora de escribir la carta a Papá Noel.

¿Y si adopto?      Donde viven las historias. Descúbrelo ahora