Cap. 22 - Declaración doble -

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     ¡Oh no! Pensé. Volverán a discutir.

      Me voltee y detuve a Max.

        - ¿Me explican por que discuten tanto? - dije yo entre ambos.

        - Él es un idiota - responde Max.

        - Te lo diré, Max está celoso de que te haigas enamorado de mi - dijo Thomas.

          - Idiota, ella jamás se enamoraría de ti - expreso enfadado Max.

           -Si de mi no se hubiese enamorado, tampoco lo haría de ti porque tú no tienes nada que la seduzca a ella - dijo vengativo Thomas

            - ¡Chicos! - grité. - Porque no dejan de discutir sobre mis sentimientos - implore cansada de sus peleas de niños.

          Salí corriendo.

          Esta hora de clases me tocaba sentarme con Thomas, lo cual no me importaba, me había hecho enfadar.

            Subí las escaleras y me lleve por delante a una chica de largos cabellos rubios, atractiva y de ojos grisáceos.

        - Disculpa - dije. Iba a mi curso y era una más en el grupo de las populares. 

        - Tu nombre ¿Cuál era? - dijo ella mostrando sus brackets.

        - Windy - dije sin más rodeos

         - Amiga de Max y de Thomas - dijo ella una vez más dejando a la vista sus brackets.

         - Si -
 

          - Soy Lucrecia, un gusto dulzura - dijo ella extendiendo su mano.

          - Bello nombre - dije recibiendo el saludo.

         Escucho que vienen dos chicos corriendo.

       - Te encontramos Windy - dijieron Thomas y Max al unisono.

         Lucrecia rió y siguio su camino.

        Se veían agitados ya que las escaleras eran bastante empinadas.

         - Si vienen a pelear... -

         - Lo sentimos. Son tus sentimientos debes tú aclararlos en el momento que te parezca. Ahora sabes que ambos nos perdimos en tus bellos ojos color miel y en tus castaños cabellos - dijo interrumpiendome Thomas.

        - No es para tanto poetismo chicos. Vámonos - dije con una dulce sonrisa.

          Cómo era que ambos podían enamorando de mi, no lo comprendía.

       La clase de artes estaba comenzando. Por fin encontré a una profesora tan estricta como mi antigua profesora de Historia.

        - De pie - decia en un tono rencoroso y vigilante.

        El saludo lo comenzaban los alumnos:

        - Buenos días profesora - decíamos el curso completo.

         Ella solo hacia un gesto de aprobación.

          - Esta es un pequeño diablillo - me susurró al oído Thomas.

          - Se le nota por los ojos - dije.

         La clase de artes se parecía mucho   a las de historia de mi vieja escuela. Daba miedo hasta respirar.

          Thomas no dejaba de mirarme, hasta que pasó algo fuera de lo normal...

          Rodea mi cintura con su brazo y me acerca a él. Me corre el cabello colocándolo detrás de mi oído y dice cerca de éste:

         - Está tarde vamos a la playa -

         Solo me alejé y quite su mano de mi cintura.

           - ¿Otra vez? - dije en voz baja

          - Si, ¿O prefieres irte con Max? - dijo en tono sarcástico.

           - Iluso - dije riendo.

            - Pequeña idiota - se atajó él.

            - ¿Cómo acabas de llamarme? - dije riendo una vez más.

            Él me miró de manera extraña con esos ojos verdes que me atrapaban y repitió:

         - Pequeña idiota - mirando mis labios. - Voy a besarte - dijo abalanzándose sobre mi

          - Shh - dije alejándolo.

          - Deja de alejarme - dijo él como un caprichoso.

          - Y tú deja de hacer todo eso que me hace enamorarme más de ti, idiota -

          - Por cierto idiota... ¿Qué hacían con Max? -

           - Él... Me ... - dije tartamudeando.

            - Habla -
            - Me regalo un peluche - dije bajando la vista.

           Su rostro se transformó, sus ojos se llenaron de furia y parecía que estallaría

            - Lo recibí por compromiso - dije yo acariciando su mejilla - Solo importas tú en mi alma -

              - No te conviertas en una daga para mi - dijo preocupado.

               - Siempre seré esa venda que cure tus heridas, jamás sería la daga - dije sonriendole.

                               *******

         Más tarde, en clases de inglés todo estaba en perfecto estado. Había silencio, porque no estaba sentada con Thomas sino seguro seguiríamos confesandonos nuestro amor.

         Max me hacía compañía en el banco, la tarea era demasiada como para estar perdiendo tiempo en hablar con él.

         - Windy - dijo Max que ha había dejado de hacer su tarea.

          - ¿Qué sucede Max? - dije sin sacar la vista de mis hojas de inglés.

          - Se que no soy Thomas Jefferson pero ¿Irías al cine conmigo? -

          Deje mis tareas de lado y me fijé en el.

         - ¿Por qué dices lo de Thomas? -

          - No soy idiota, te enamoraste de él y sé que no escribo poesía como lo hace él para conquistar a cualquier preciosa chica como tú. Pero al menos, ¿Me acompañarías al cine?- dijo Max bajando la vista.

             - Ey! Ese no es el Max que yo conocí - dije levantando su rostro.

           - Esto me está derrotando Windy. Te volviste mucho para mí en poquito tiempo - bajó la vista una vez más - ¿Qué tal si dejas de hablarme por el hecho de que no quieres poner celoso a Thomas? -

           - Estas delirando - dije - Son boberías, ¿Cómo podría? -

            - Podrías del mismo modo en el que me rechazas - estaba a punto de llorar - Si no me quieres dímelo y trataré de arrancarme esto que siento por ti - dijo dejando caer su primera lágrima frente a mí.

          Solo lo abracé. Me dejó sin palabra alguna...

           

        

     

 

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