Abigail
Tenía mucho tiempo sin despertar con una sonrisa en mis labios, extrañaba la sensación de sentirme completa y feliz. Sin un mensaje de buenos días esperándome, sin saber lo que era ser amada. Anoche tuvimos una linda y divertida conversación, con ella no me aburro para nada.
Fue rápido nuestra salida, pero este fin de semana trataré de llevarla lejos, a un lugar donde estemos nosotras sin ninguna interrupción. Quiero darle lo mejor que merece, estas salidas son improvisadas, las cuales siempre salen bien, pero Mariana es una reina y merece algo digno de ella.
Recibo el mensaje de Mariana diciéndome que me va a esperar en el lugar de siempre para que la lleve hasta el instituto. Con un simple mensaje me puede sacar una sonrisa, y eso que no me ha dicho nada romántico. Le respondo el mensaje con una sonrisa que no me cabe en el rostro. Es la única que puede derretirme, que me hace soñar y sentirme viva.
Como desperté tarde porque anoche me quedé hablando hasta tarde con Mariana por llamada, no desayuné, sino que hice el almuerzo de una vez. Fui a ducharme mientras mi almuerzo se enfría un poco. Me gusta la sensación de este amor, no es que nunca antes haya amado, sino que este se siente libre y puro, sin ataduras ni promesas bobas, tontas, tomadas a la ligera.
Después de una hora de ducha fui a mi habitación para vestirme, termino de arreglarme y voy servir mi almuerzo para comer, tengo hambre. A cada momento estoy observando el celular para ver si Mariana me ha escrito, creo que tengo cierta obsesión con hablar siempre con ella.
Llevo puesto mi jean ajustados y una camisa de botones unicolor manga larga con mi cabello suelto, no me gusta maquillarme exageradamente, realmente si no me maquillo es mejor, no estoy acostumbrada a llevar tantas cosas en mi rostro. Al terminar recojo mis cosas, revisando todo dos veces antes de salir y cerrar bien la puerta, bajo las escaleras con mis tacones, el ascensor no sirve hoy.
***
Llegamos al instituto, Mariana se la pasó durmiendo durante todo el camino, no puedo quejarme, tiene muchas obligaciones, realmente no sé cómo lo hace, la admiro y me hace sentir orgullosa de ella. Cuando fui por Mariana, estaba Gabriel con ella, agradezco en el fondo que se preocupe, pero no me gusta que esté siempre a su lado, es su amigo, eso lo sé, pero presiento que le gusta Mariana y por eso no me fio de él.
—Mi amor —digo dándole besos en su mejilla—. Amor —intento despertara, pero no puedo o es que no quiere despertar—. Mi amor, ya llegamos al instituto, tienes que ir a clases, muñeca —vuelvo a darle un beso, pero esta vez en la boca.
—Otro beso y quizás me levante —dice juguetona, me río por sus ocurrencias y me inclino para besarla, pero ella se encarga de que fuese un beso apasionado.
—Ya o necesitas otro más —comento contra sus labios que vuelvo a besar, pero esta vez castamente.
—Ya, me levanto —se incorpora en el asiento estirándose, luego me da otro beso para despedirse de mí. Baja rápidamente del auto mientras me quedo guardando mi celular en el maletín y las llaves del carro.
Bajo del auto para ir directo a la oficina y guardar mis cosas. Algunos alumnos me saludan cuando paso por frente a ellos, a lo lejos veo a Gabriel que está caminando hacia mi dirección, alzo mi ceja, pero sigo mi camino. De seguro me alcanza en la oficina, debo mantenerme tranquila y no hacer un alboroto por culpa de un mocoso como él.
—¿Qué le está haciendo a Mariana? —Volteo mi rostro para verlo detrás de mí un poco molesto, lo miro de abajo hacia arriba, y suelto una risita nasal negando con mi cabeza algo divertida—. ¿La está amenazando?
—Gabriel, tú aprecias mucho tus notas y necesitas las mejores para seguir jugando al béisbol, cierto —digo y él asiente con la cabeza asumiendo una postura amenazante—. Entonces, hazme el favor y sal de la oficina que ahora no estoy recibiendo a nadie para asesorías.
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En Tu Mente
RandomPara muchos el amor no tiene fecha en el calendario, ni raza. El amor, es eso, el amor. Eso es lo que le pasa a Abigail, el amor es lo más complejo que hay en su vida por lo que decide no enamorarse más, tomar las cosas tranquilamente y disfrutar de...