Abigail
Septiembre pasó sumamente rápido y ya entramos en semana de parciales, es increíble cómo pasa el tiempo hace unas semanas empezamos a hablar y a salir. Mariana se la pasa estudiando por lo que casi no nos vemos. Mientras estudia, yo voy corrigiendo exámenes hasta tarde de la noche. No puedo negar que extraño estar con ella, salir a divertirnos y vernos a escondidas en mi oficina. Por eso he decidido no molestarla tanto y darle su espacio.
Hice mi rutina de siempre en los fines de semana, salir a correr. Tuve que regresar lo más rápido porque iba con Stef a comprar la comida de esta semana. Seguimos molestas, creí que iba a estar feliz por mí al estar saliendo con alguien, ella estaba insistiendo, ahora que lo hago, no está de acuerdo, no la entiendo, sin embargo, tampoco me esfuerzo para entenderla.
-¿No me dirás quién es esa chica que trajiste la otra noche? -Pregunta Stef sentándose a mi lado en el auto.
-¿Para qué quieres saber? -Pregunto de vuelta mientras enciendo el auto y salgo del estacionamiento con agilidad-. No creo que sea importante para ti saberlo -digo molesta.
-¿Por qué te enojas conmigo? -Pregunta con esa voz de niña regañada y haciendo pucheros-. Sólo te pregunté porque es muy hermosa. Últimamente has estado muy insoportable, Abigail -comenta entornando los ojos.
-Sigo molesta con lo que dijiste anoche, Stef -Digo mirando a ambos lados para poder cambiar de carril.
-Es la verdad. ¿Cómo vas a andar con alguien menor qué tú, Abigail? -Pregunta un poco sorprendida-. Una cosa es fijarse en alguien de tu edad, que en una menor. ¿Dónde la conociste?
-No te diré nada, al respecto, Stef -respondo tratando de evitar la conversación, pero ella sigue.
-Entonces averiguare, espero que no sea una estudiante, Abigail -dice en forma de amenaza -. Debes cuidarte. Tanto tiempo de estar sola y ahora te metes con una menor ¿qué te pasó, Abigail? Tú no pensabas eso. No creo que ella cumpla con lo que exiges, ya estás para algo más formal, nada de aventuras y cosas de adolescentes, ya quemaste esa etapa. Sólo pido que te cuides -dice con un suspiro al final.
Estuvimos calladas por todo el camino, no quería discutir con ella, es mi amiga después de todo, es quien se aguanta mis noches tristes, cuando alguien me deja, la que me lavanta con sus consejos tontos y torpes, pero siempre está para mí no importa el tiempo ni las horas. Estaciono el auto cerca de la entrada del super, Stef se baja acomodándose la camisa de cuadros blanco con negro que carga.
Mientras que yo ando con unos shorts y una playera roja de Minnie estampada al frente haciendo juego con mis zapatos rojos, me ajusto mis lentes, aseguro en auto y ambas vamos a entrar al super en silencio. Stef toma el carrito de compras y comenzamos a caminar entre los pasillos.
-Recuerda que debes poner el café -dice Stef y yo asiento para girarme rápidamente y accidentalmente choco con alguien-. Lo siento mucho -me disculpo con una señora.
-No se preocupe -responde dedicándome una sonrisa cálida. Me llega un mensaje y lo reviso, mientras Stef pasa por detrás de mí riéndose.
-Madre, padre que te necesita allá -alzo mi vista al escuchar a Mariana hablar. Mi corazón salta de emoción-. ¿Está todo bien, madre? -Pregunta mirándome alternamente entre ambas.
-¡Emm! La choqué sin querer -digo intentando dialogar un poco con ella, lo único que consigo es que me miré de arriba abajo e ignora lo que dije.
-Vamos, madre. Mi hermano y yo tenemos muchas cosas que tirar en el carrito de compras -dice tomando la mano de su madre, frunzo el ceño.
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En Tu Mente
RandomPara muchos el amor no tiene fecha en el calendario, ni raza. El amor, es eso, el amor. Eso es lo que le pasa a Abigail, el amor es lo más complejo que hay en su vida por lo que decide no enamorarse más, tomar las cosas tranquilamente y disfrutar de...