Capítulo 19

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Mariana

Ayer no pude hablar con Abigail, Gabriel nos tiene la mirada encima todo el tiempo, leyendo cada movimiento de ambas y ya tengo con saber que la ha amenazado, estuvimos hablando toda la noche por llamada, me quedé dormida con su voz tan suave y tan linda, pero hoy tampoco estaré tan a solas con ella. Todo por culpa de Gabriel y su cavernícola que lleva dentro.

No me importa mucho, pero sé que está algo preocupada con lo que pueda decir él y que tanto nos van a creer. La otra está mi mamá, cada vez está hablando con la mamá de Gabriel y no me gusta, si a él se le escapa un comentario frente a mi madre, me las veré muy mal, y más con mi padre. Tengo suficiente con la pelea de años con él por algo que hizo y yo lo descubrí.

-¿Por qué ya no te vas con Gabriel? -Pregunta curiosa. Todos los días me voy con él, ahora casi no regreso.

-Porque él se va muy tarde y a mí no me gusta irme tan tarde, madre -respondo encogiéndome de hombros.

-Tampoco veo que regresas con él -dice mirándome fijamente-. ¿Ha ocurrido algo entre ustedes?

-¿Algo como qué? -Pregunto frunciendo el ceño.

-Peleas, discusiones -dice moviendo las manos jugando con una toalla de cocina.

-Hacen linda pareja, ustedes dos -comenta mi hermano desde la sala donde se supone que está viendo un partido de básquet-. Gabriel es mi cuñado, entonces.

-Cállate -digo mirándolo por encima de mi madre, regreso mi atención hacia ella, le sonrío-. Madre, agradece que la maestra Abigail es considerada y me trae siempre a casa.

-Pero es que no veo la necesidad de que te vengas tan tarde -replica con un poco de molestia y con curiosidad para sacarme información-. ¿Qué tiene de malo que te vengas con Gabriel? Es un buen muchacho y estoy segura que te puede cuidar mejor que la maestra.

-Tienes que venirte con tu novio, hermanita -comenta mi hermano. Resoplo, entorno los ojos toda molesta.

-Apresúrate que ya está por venir -alzo una ceja, suspiro dejando el almuerzo ahí.

Subo hasta mi habitación en silencio tratando de no pensar en lo que acaban de decir ellos dos. Odio que estén deseando que me una a Gabriel, pero eso no va a pasar, no me gusta como para eso, él no... no es mi tipo. No puedo negar que Gabriel tiene físicamente lo que me gusta en los hombres, pero él es un mujeriego, aunque tiene una economía semejante a la mía, no lo quiero en mi vida. Tiene mi edad y todo está a su favor, a pesar de todo escojo estar con Abigail.

Porque siendo ella tan mayor que yo le gana en todo, ella me gusta. Después de media hora bajo hasta llegar a la sala para irme con Gabriel, no quiero hacerlo, pero mi madre insiste en que debo ir con él. Llegamos a la parada, llega la ruta, me deja subir primero y hay dos puestos libres adelante, lo cual tomo. Me siento cerca de la ventana para distraerme un poco.

Al cabo de unos minutos siento su pierna tocar con la mía, alzo una ceja y miro nuestras piernas juntas. Cierro mis piernas para no sentir su toque, mientras él va tratando de acercarla de nuevo. Me levanto del asiento, se me queda viendo fijamente, pero no me dice nada, tampoco quiero hablar con él. Al llegar a la segunda parada veo a Marisol, se me ilumina el rostro al verla.

-¡Hey! Venías con Gabriel -me da un codazo y sonríe con picardía, bufo entornando mis ojos exasperada.

-Me tiene sin cuidado eso -logro decir mientras comienzo a caminar hacia el instituto.

Estuvimos hablando de muchas cosas ya que los edificios donde recibimos clases están retirados, hay que caminar lo suficiente, sobretodo de sus enamorados y de las ganas inmensas de tener relaciones sexuales con alguien. Tiene esa curiosidad, no la entiendo, pero sí sé lo rico que es hacerlo y más con la persona que te gusta. Pero ella tiene sus ganas.

En Tu MenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora