Abigail
Ayer la invité a cenar para que tuviese algo en su estómago. Me divertí con ella, a pesar de ser menor que yo, sabe desenvolverse con las personas y eso es lo que más me llama la atención en ella. No quise que se fuera tan rápido de mi lado, por eso hice tanto tiempo en la cena. En tan poco tiempo ha hecho que me sienta atraída de todo lo que es, me gusta que se muestre tal como es.
Ahora debo andar con cuidado porque se está volviendo más intenso el sentimiento. No tengo idea de lo que sienta por mí, dudo que tenga algún sentimiento hacia mí, aunque los besos que nos hemos dado han dejado mucho que pensar. ¿Qué me ha hecho que no he podido olvidarla? Siempre está rodando en mi cabeza, nunca hay un momento en el que deje de estar pensándola.
Ya ha pasado una semana desde que empezamos con este juego, aunque no estoy segura llamarlo juego, sin embargo, no quiero adelantarme y pensar que esto terminará de una manera buena para ambas.
Para definirla en una sola palabra: es perfecta. Todos cometemos errores y en efecto ella también, pero la manera de que ella es y tiene todo lo que busco en una chica, la hace plenamente, perfecta. Me tiene muy intrigada porque no habla de ella o de su familia, es muy misteriosa. Me gusta, a decir verdad.
-Deberías disimular un poco que estás pensando en mí -escucho que Mariana me habla, alzo la vista para encontrarla detrás de mí-. ¿Puedo acompañarla? -Pregunta dedicándome una sonrisa y camina hasta al frente de mí rodeando la mesa.
-Claro, adelante -digo arreglando mis gafas y acomodándome en mi silla, miro a todos lados y la cafetería no está tan llena como cuando había llegado-. ¿Por qué no estás en clases? -Pregunto mirando la hora en mi celular.
-No me dejó entrar la maestra, llegué tarde -dice haciendo una mueca de disgusto, alzo una ceja intentando saber si le molesta que no le interesa la clase o de verdad llegó tarde-. La vi aquí y quise venir a saludarla.
-Vamos a mi oficina para que me ayudes con algo, por favor -comento levantándome y agarrando lo que había pedido para desayunar.
-¿Qué me pondrá a hacer? -Pregunta curiosa mientras caminamos fuera de la cafetería, le abro la puerta para que pase primero. Sin querer observo su culo, y ¡Dios mío! Lo tiene bien formado, lo que me hace pensar que hace ejercicios.
-No preguntes, solo sígueme -respondo caminando a su lado, mientras vamos a mi oficina-. ¿A qué hora entras a tu siguiente clase?
-Dentro de una hora -dice mirándome por un momento-. Hoy no me toca con usted, eso es mañana.
-Recuerda que si te he tocado y te ha gustado -digo sonriendo a medio lado, abro la puerta para dejarla entrar primero. Pasa con familiaridad y se sienta cómoda en el sofá que está en una de las paredes laterales, cierro la puerta tras mí.
-Sólo los labios, y es diferente -responde con picardía, parece que está cazando a su presa con esa mirada que me da-. De la materia. Pero si quieres tocarme de otra manera, eres libre de hacerlo o quizás tengas miedo -dice muy segura de ello.
-¿Miedo? ¿Yo? Te equivocas -respondo abriendo una de las gavetas del escritorio para sacar la carpeta llena de papeles-. Por lo general, nunca tengo miedo. A menos de... -hago silencio al recordar todo lo que he vivido y lo que se ha convertido para mí. Es una perdición total que no me gusta hablarlo.
-¿Tienes a alguien que te hace vivir? -Pregunta curiosa cambiando un poco el tema, creo que se dio cuenta por mi expresión en el rostro. Me río un poco-. ¿Acaso soy una payasa para usted?
-No, para nada Mariana -respondo con seriedad, suspiro un poco para sacar los papeles de la carpeta-. Solo me causa chiste la primera pregunta, nada más -le entrego todo ordenado, ella se acerca para agarrar todos los exámenes-. No, por ahora solo vivo por mí. Pero creo que la persona que vendrá hará que comience a disfrutar mi vida de una manera diferente.
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En Tu Mente
RandomPara muchos el amor no tiene fecha en el calendario, ni raza. El amor, es eso, el amor. Eso es lo que le pasa a Abigail, el amor es lo más complejo que hay en su vida por lo que decide no enamorarse más, tomar las cosas tranquilamente y disfrutar de...