Narra James
—¡Mierda!
Hoy era un mal día, me había levantado una con una hora de retraso y llegaba tarde a la universidad, después de vestirme en tiempo récord bajé las escaleras de dos en dos tropezándome en los últimos escalones. Cojí mi chaqueta y mis llaves y salí de casa sin desayunar. Llovía. Perfecto, que oportuno. Puse mi chaqueta sobre mi cabeza y corrí en dirección a la universidad, si cojía el coche tendría que pararme en una gasolinera y no tenía tiempo para eso.
Por si fuera poco, a mitad de camino pisé una mierda. Malditos perros. El mundo hoy estaba en mi contra.
Arrastré mi pie sobre el suelo hacia delante y hacia atrás para poder limpiar algo. Seguí corriendo lo más rápido posible, aunque me era imposible gracias a la mochila que llevaba en la espalda. Parecía un estúpido pingüino.
Faltaban cinco minutos para la siguiente clase y aún me faltaba bajar dos calles. Corrí más rápido aún y cuando puse los pies sobre el césped del jardín de la universidad resvalé hacia atrás cayendo al suelo de espaldas sobre el barro humédo. Cerré los ojos frustrado y me levanté de ahí hecho una furia.
Hacía tan solo media hora que me había levantado y ya quería volver a meterme en la cama y no salir de ahí nunca. Estaba enfadado con el mundo.
Entré por la puerta principal y al instante sonó la campana. Bufé. La gente me miraba a medida que pasaba por su lado, podía escuchar como murmuraban y reían por lo bajo. Imbéciles.
Me dirigí a mi taquilla y cojí los libros de la próxima clase. Ciéncias.
Toqué dos veces a la puerta cuando ya estaba en el aula de física y química. Abrí y todo el mundo se me quedó mirando. Sentía como poco a poco se hinchaba la vena de mi cuello por la rabia. Estaba empapado y enfadado.
—Llega tarde Dauson —habló el profesor y volvió a girarse hacia la pizarra.
Busqué a Sam para sentarme a su lado pero cuando la encontré vi que el sitio ya estaba ocupado. Si antes estaba cabreado ahora lo estaba tres veces más.
Me encontré con la mirada de Sam, tenía una cara de confusión, supuse que sería por mi aspecto.
Caminé hasta el fondo dónde quedaba un sitio libre pasando por delante de Sam. Logan hizo un movimiento con su cabeza en modo de saludo, algo que ignoré por completo. Podía sentir como mis pies se hundían en la suela del zapato debido a lo mojados que estaban. Me senté dejando la mochila sobre la mesa con fuerza. Todos se giraron hacia mí, incluído el profesor.
Hoy sería un largo día.
Había un silencio inmenso e incómodo.
Saqué el libro de la mochila y esperé a que todos volvieran a la suyo para apoyar mis brazos sobre la mesa y mi cabeza encima de éstos.
—Hey, será mejor que escuches algo, esto parece complicado —susurró mi compañero. Ni me había dado cuenta de que me había sentado a su lado.
Levanté mi cabeza y le miré impasible.
—No es tu mejor día ¿verdad? —sonrió.
Lo miré durante dos segundos y giré mi cabeza hacia la pizarra ignorando su comentario.
—Soy Tom —habló de nuevo —¿y tu eres...? —dudé por unos segundos hasta que respondí.
—James —asintió —Es la primera vez que te veo en esta clase.
—Lo sé, llegué hace dos días a Londres.
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Back to December.
Romance-Todos los derechos reservados- ''-¿A que has venido? -Necesito hablar contigo. -Llegas un poco tarde ¿no crees? -Sólo déjame explicarte. -Dime lo que sea que tengas que decirme, pero no creo que arregles nada. -Te quiero, Jamie'' Samantha Jones y...