Narra Sam
—¡Sueltalo ahora mismo!
—¡He dicho que no!
—¡Y yo digo que lo sueltes ya, maldita perra!
—¡Nerea deja de montar escandalo, me estas dando vergüenza! —intervine intentendando calmarlas.
Nos encontrábamos en el centro comercial buscando ropa adecuada para esta noche. David, un chico de la universidad que compartía dos clases conmigo, había organizado una fiesta en su casa, por eso Nerea y yo habíamos decidido venir a buscar algo de ropa que ponernos.
Al principio me opuse rotundamente, no me hacía mucha gracia ir a una fiesta a la que asistía toda la universidad y que estaría llena de adolescentes desesperados y con ganas de beber. Por otra parte tampoco quería ir por que cuando yo empezaba con una copa, acababa con cinco más. No es que sea una alcohólica, pero bajo el efecto del alcohol hago cosas de las que luego me arrepiento, por eso mismo ir a fiestas no era lo mio, y menos si la fiesta estaba infestada de bebidas alcohólicas.
Pero gracias a mi queridísima amiga, por la que estaba perdiendo mi preciado tiempo debido a su estúpida pelea, y gracias a su insistencia, había acabado aceptando ir a un sitio al que no quería y dónde acabaría completamente desquiciada. Ni yo misma sabía cuales serían mis actos. Podía acabar haciendo la croqueta por todo el salón, o podía acabar cayendo y tropezando con mis propios pies, también podría llorar o reír por cualquier cosa, pero lo que más miedo me daba era acabar haciendo un striptease delante de todos los chicos y chicas de la universidad, sería vergonzoso.
Por eso lo mejor era no ir, pero como ya había dicho que sí y se lo había prometido a Nerea, iría.
Hacia una hora que habíamos llegado y por suerte, yo ya había elegido un top de color negro a juego con unos vaqueros bastante ajustados que resaltaban y marcaban perfectamente mis caderas , por otro lado Nerea no había tenido tanta suerte, aun seguía buscando un conjunto y cuando por fin lo había encontrado una chica con cara de perra estirada se empeño en llevarse exactamente lo mismo.
Y por eso mismo hacia como diez minutos que intentaba parar la pelea entre Nerea y esa perra que quería arrebatarle el vestido a mi mejor amiga.
—¡Como no lo sueltes ahora mismo, te estiraré del pelo hasta dejarte calva! —chillo Nerea hecha una furia —¡Y no me refiero a los de la cabeza!
Pocas veces podías ver así a Nerea, solo había tres cosas que hacían que ella se cabreara tanto.
La primera, que se metieran con su ropa, eso incluye el que ahora mismo esté peleando por un vestido en medio de el centro comercial. Cuando ella ve algo y lo quiere, acabará siendo suyo.
La segunda, sus hermanos, sí, Nerea tenía dos hermanos que le desesperaban y conseguían enfurecerla hasta volverse loca. Aveces había llegado a deliberar y a decir cosas sin sentido en voz baja, era gracioso.
Y la tercera, la comida. Nerea odiaba que metieran la mano en su plato para quitarle algún trozo de su comida. Hace dos veranos un chico casi muere por intentar cogerle un patata frita del plato, el pobre acabo lleno de agua, con el pelo lleno de ketchup y con medio cuerpo dentro de un contenedor, después de aquello, el chico desapareció. La verdad es que me caía bien y gracias a Nerea perdimos un amigo. Dicen que se mudó, pero yo juraría que se ha encerrado en su habitación y aún está superándolo.
Tenía suerte de no ser ninguna de esas opciones y de que Nerea jamás se haya enfadado conmigo de esa forma. A pesar de esto, ella era un encanto.
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Back to December.
Romance-Todos los derechos reservados- ''-¿A que has venido? -Necesito hablar contigo. -Llegas un poco tarde ¿no crees? -Sólo déjame explicarte. -Dime lo que sea que tengas que decirme, pero no creo que arregles nada. -Te quiero, Jamie'' Samantha Jones y...