Capítulo 27 "¿Un accidente?"

197 16 35
                                    

Narra Sam

—Pensé que no vendrías nunca —sonrió cálidamente, lo que consiguió tranquilizarme. Alejó su mirada de mis ojos, esa que conseguía derretir a cualquiera, y recorrió de arriba a abajo todo mi cuerpo, analizando mi aspecto. Empezó a reír entre dientes y me dedicó una mueca divertida. El humor era notorio en sus ojos —¿Se puede saber que te ha pasado?

Yo, avergonzada de pies a cabeza y sin saber que decir, me encogí de hombros. Sonreí forzadamente, tampoco quería ser desagradable con el bombón que se encontraba frente a mi.

Y es que minutos atrás, simplemente podía haberme levantado del suelo con la poca dignidad que me quedaba en aquellos momentos, haber ignorado todas las miradas de las personas que se encontraban alrededor, haber emprendido viaje hacia mi casa y haber estado lamentándome día y noche por el ridículo que acababa de hacer y por lo patosa e imbécil que soy.

Pero no, yo soy Samantha Jones, yo tuve que levantarme y no hacer mejor cosa que dirigirme hacia la biblioteca para asistir a mi cita.

No me malinterpretéis, no estoy diciendo que presentarse a una cita sea algo malo, era todo un logro que me hubiera atrevido a venir, ya que hace unos diez minutos atrás estuve planteándome la idea de salir corriendo. Pero claro, si te presentabas a la cita con la ropa llena de algún líquido marrón (aún seguía rezándole a Dios por qué eso fuera barro y no otra extraña substancia), con el pelo revuelto y descalza de un solo pie, no era buena idea venir. Es más, tenía que haberme encerrado en el primer baño de cualquier bar, para llorar tranquilamente por mi desgracia.

El chico de ojos miel seguía mirándome atentamente, esperando una respuesta de mi parte supongo. La diversión siempre presente en su rostro.

—Fué un accidente, nada más —hice un gesto con la mano, restándole importancia, aunque en realidad lo único que quería hacer en estos momentos era estirarme del pelo hasta quedarme calva.

—¿Un accidente? —rió —Parece que te han atropellado con un cortacésped.

—Idiota —dije seriamente, aunque en realidad había tenido gracia. Mordí mi labio para contener la risa y hacerme la dura, tenía que mantener la postura.

—Te llevaré a mi casa para que te cambies —él seguía riendo mientras negaba con la cabeza —está justo enfrente.

—¡¿A tu casa?! —casi chillé. Abrí los ojos de par en par —Digo, ¿A tu casa? —dije después de aclararme la garganta.

—Sí —asintió —¿Que hay de malo? —frunció el ceño.

—Na-nada, solo que yo no te conozco, podrías hacerme cualquier cosa, que se yo. Alomejor matas gente para ganarte la vida —¿Había dicho eso en voz alta? Mierda. Ahora pensará que estoy loca. Me golpeé con el puño dos veces mentalmente, luego añadí un par de patadas.

Soltó una carcajada.

—¿Matar gente? —dijo entre risas —Entonces deberías de tener cuidado, puede que estés en una cita con un asesino —dijo algo más serio.

Lo miré aterrada antes de volver a escuchar una de sus carcajadas. Sonreí interiormente, él estaba como un queso cuando reía y dejaba ver su perfecta y reluciente hilera de dientes. 

Rodé los ojos mientras me cruzaba de brazos.

Giré sobre mis talones y crucé a la calle de enfrente, mirando antes hacia izquierda y derecha para asegurarme de que no pasaban coches.

—¿Vas a contarme ya que es lo que te ha pasado? —dijo cuando consiguió alcanzarme. El chico sonreía arrogante y eso conseguía que mis ganas de arrancarle los labios de un tirón aumentaran.

Back to December.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora