Capítulo 5 ''No hay nada como estar en casa''

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Narra Sam

—No pienso volver a subir a este trasto —me cruzé de brazos.

Nos encontrábamos en el aeropuerto después de pasar dos increíbles semanas en París. La verdad es qué el tiempo se me pasó volando y cuando me dí cuenta ya era el día de volver a Londres.

Estuvimos todo el viaje de aquí para allá, visitando lugares, comiendo en diferentes restaurantes y sacando fotos a todo lo que veíamos. Solo había dos cosas verdaderamente terribles de todo esto. La primera, me había arruinado. Había utilizado todos mis ahorros en este viaje y había roto mi hucha. Esa hucha en forma de cerdito que suele tener todo el mundo desde pequeños. ¿Había merecido gastarme todos mis ahorros y quedarme con los bolsillos vacíos para salir de Londres?  Definitivamente sí.

La segunda cosa era mil veces peor que la anterior. Mi horrible fobia a los aviones descubierta hace solo dos semanas ya volvía a apoderarse de mi de nuevo. No podía volver a repetirlo. Necesitaba encontrar alguna forma de volver a Londres sin montar en ese bicho con alas metálicas. 

Se me ocurrió agarrarme a cualquier farola, árbol o cosa alargada en forma de palo que me sirviera para poder mantenerme sujeta como si mi vida dependiera de ello. Descarté la idea inmediatamente, era demasiado infantil y eso no impediría a James soltar mi agarre de mi preciado palo con sus trabajados brazos.

Decidí que ir hacia el baño con la perfecta excusa de que tenía una tremenda diarrea era lo mejor. Solo me faltaba cruzar los dedos mentalmente y esperar a que mi idea funcionara.

—James, tengo que ir al baño, acaba de darme un enorme retortijón y dentro de nada explotaré y te aseguro que lo que saldrá de mi interior no te hará ninguna gracia —dije convincente a lo que el puso una enorme cara de espanto y asco a la vez.

—Aveces pienso que naciste niño y tu madre quiso ocultar tu sexo vistiéndote de niña —dijo todavía con su cara en forma de mueca —Eres asquerosa Sam, ves al baño antes de que me arrepienta de tenerte como mejor amiga —reí interiormente. Perfecto, se lo tragó hasta el fondo ,salí corriendo hacia el baño y oí a James gritar —¡Date prisa, el avión sale en 10 minutos!.

Solo me quedaba esperar diez minutos metida en el baño y conseguiría que perdiéramos el avión. Luego saldría con una cara de sorpresa y tristeza fingida cuando James me anunciara que habíamos perdido el avión y listo. Tenía una mente privilegiada.

Narra James

A Sam se le daba fatal mentir, fruncía su ceño y hacía una mueca en un intento de sonrísa siempre que lo hacía. Era pésima.

Por eso mismo pensé que sería divertido hacerle creer que su plan del retortijón había funcionado. Ella ya había usado ese método en diferentes ocasiones, cuando tenía miedo o estaba nerviosa. Ella siempre había pensado que funcionaba conmigo pero nunca había sido así. Las otras veces no le di importancia y dejé que se saliera con la suya pero esta vez no funcionaría su intento de no subir a un avión. Es por eso que le había dicho que al avión salía en 10 minutos cuando en realidad aún quedaban 20 minutos.

A los 10 minutos exactos Sam salió de lo lavabos con la mejor cara de lamentación que podía fingir. 

—Jamie, no me digas que hemos perdió el avión por mi culpa —me dijo como si de verdad lo sintiera —enserio que lo siento, he intentado ir lo más rápido posible pero cuando me he dado cuenta ya habían pasado diez minutos y... —le corté.

—¿Ha acabado ya de actuar? 

Ella se quedó estática en el sitio y me miró fijamente sabiendo que había sido descubierta.

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