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Capítulo 24 ''¿Como lo sabes James?''

Narra James

—¡Empuja! —grité exasperado —¡Empuja más fuerte, por Dios!

—¡No puedo más fuerte joder! —gimió con la voz entrecortada —Necesito parar un segundo —habló algo más tranquilo intentando regular su respiración.

—¡Necesito que lo hagas rápido Tom! ¡Nada de descansos! —pasé mis manos por mi pelo por la fustración, necesitaba acabar con esto y que funcionara.

—¡Esta bien! ¡Pero empuja conmigo! —gritó segundos después.

—¡¿Y quien arrancará el motor, listo?! 

Escuché a Tom acercarse a mi suspirando.

—Es imposible James, llévalo al mecánico, esta basura no arranca —pasó una mano por su frente secándose el sudor.

Salí del asiento piloto y cerré la puerta detrás mía de un portazo.

—¡Maldito trasto! —grité esperando que el coche me escuchara —¡No hace ni dos meses que lo llevé al mecánico! —le dí una patada a la rueda dejando salir mi ira hacia el coche —¡No sirves para nada! —me dirigí otra vez a ese asqueroso trasto con cuatro ruedas —¡Eres una tartana!

—¡Tranquilizate amigo mío! Ni que el coche te fuera a escuchar —me miró divertido.

—Esto no es gracioso ¿vale? —bufé sonoramente.

—Yo no tengo la culpa de que tu coche funcione como el culo, lo sabes ¿no? —dijo tranquilamente, él solía tomarse las cosas con calma y eso me gustaba aunque otras veces desearía arrancarle la cabeza.

Asentí lentamente.

—Lo sé, lo siento —dije arrepentido, no tenía por que pagarlo con él. Si mi coche, si era digno de llamarse así, iba como una maldita mierda no era su culpa.

—Esta bien, tranquilízate y respira lentamente —hice lo que me pidió hasta que conseguí relajarme —Ahora subirás a mi coche para que te lleve a casa y cuando llegues llamarás a una grúa para que vengan a por el tuyo ¿entendido?

—Entendido —repetí mientras asentía.

Caminamos hacia su coche, que se encontraba a unos metros del mío.

—A casa de Sam señor taxista —bromeé ya sentado.

Asintió mientras reía levemente. 

—¿Y...como está ella? Ya sabes...por... —balbuceó.

—Mal —suspiré —ella esta mal. Lleva toda esta semana sin venir a clases, ya lo sabes, tampoco sale a tomar el aire, se encierra en su habitación sin salir ni si quiera para comer, ni su madre consigue sacarla de ahí. Aunque supongo que no lo habrá intentado mucho, Katherine esta igual que Sam con la excepción de que ella si sale a trabajar.

—Debe de ser muy duro —asentí de acuerdo con él —Lo siento de nuevo. Sé que yo no le conocía, pero por lo que se ve parece alguien importante.

—Lo es, él siempre ha sido importante para todos.

Hablar de Jack era algo que costaba, todos lo echábamos de menos. Él formaba parte de mi vida también, para mí era como un hermano más. Necesitaba sacar a Sam de ese agujero que ella misma se había creado. Perder a un hermano no es algo fácil, duele como el demonio, pero ella no podía estar encerrada para siempre, necesitaba seguir adelante con su vida, es lo que hubiera querido Jack.

—Suerte con Sam, no la presiones.

—No lo haré, gracias por traerme —le sonreí mientras chocábamos puños para despedirnos.