Capitulo4 La niña del sueño

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Jung llega a casa y entra por la puerta de atrás para que su abuela no se entere de que lo han despedido.

- Jung, ¿Eres tú?

- Noona, pero aún sigues levantada? - exclama mientras le da un beso en la mejilla.

- ¿Que haces por aquí a estas horas?, No tienes que estar trabajando?- exclama su Noona contrariada.

- Si lo que pasa es que hoy es el cumpleaños del dueño y para celebrarlo nos han dejado irnos pronto para casa. - Responde Jung deseando que su abuela se lo crea. - Anda remolona vamos a dormir.

Después de dejar a su Noona en su cuarto Jung se tira en el futón del salón, echa las manos a la cabeza y empieza a pensar por donde empezar mañana para buscar un nuevo empleo, pero antes de que se le ocurra nada el sueño lo invade y se queda dormido...

Un parque hermoso aparece ante sus ojos, Jung tiene 5 años y juega despreocupado y feliz ante la mirada de su madre desde un banco. De repente ve una niña sentada en un columpio llorando desconsolada, decide acercarse a ella.

- ¿ Porque lloras? - Pregunta el pequeño Jung.

- Porque ningún niño quiere jugar conmigo, y siempre que vengo al parque tengo que jugar sola. - Exclama la niña entre lágrimas.

- Yo jugaré contigo, pero a cambio por favor, no llores, no me gusta ver a la niñas llorar.

- ¿En serio, jugaras conmigo? - Exclama la niña esbozando una sonrisa.

- Si.

Los dos niños se pasan toda la tarde jugando, y tarde tras tarde que van a la parque y se reencuentran juegan sin descanso, una tarde...

- ¿Jugamos a las casitas? - Pregunta la niña.

- Claro, porque no.responde el pequeño Jung, - pero antes debemos casarnos,- y rebuscando entre el suelo coge una ramita de un árbol y forma un pequeño anillo que pone sobre su dedo.

- Ala !!! Que bonito.

- Es una promesa, a partir de ahora serás mi esposa para siempre exclama el pequeño Jung, - y si nos separamos, cuando sea mayor te encontraré gracias a este anillo y nos casaremos.

- Es una promesa, debes cumplirla...

En ese instante Jung se despierta del sueño.

- Vaya, otra vez ese mismo sueño, parece tan real, ¿Será algo que ocurrió de verdad?, - se pregunta mientras se bebe un vaso de agua.

Jung regresa al futón del salón con la sensación de que la niña del sueño quizás es real, pero no puede recordar esa época de su niñez o la cara de sus padres, hace tanto que murieron que la única forma de recordarlos es mediante fotos.

Jung se levanta del futón y saca del cajón de la mesita una vieja caja de galletas, la abre y comienza a ojear las fotos de sus padres que allí guarda.
Una pequeña lágrima cae de su rostro.

- Lo siento papa, mama, siento no poder hacer nada más por cuidar de Noona, todo lo que hago me sale mal. - Solloza Jung en el silencio de la noche.

Al otro lado de la ciudad Park termina su cena en el gran salón de su casa, un enorme salón, con una inmensa mesa que, como cada noche comparte sola.
Park no logra recordar con exactitud cuando fue la última vez que ceno con sus padres, hace ya tantos meses. Cumpleaños, navidades, todas las celebra sola, la única vez que consigue comer con sus padres es cuando vienen a alguna inauguración de una de las tiendas de su empresa. Un beso frío en la mejilla y un - estas más grande que la última vez - es lo único que sale de la boca de sus padres.

Por lo menos Kim el chófer todos los cumpleaños se acuerda de ella y le da un pequeño detalle, no es gran cosa, pero Park los guarda como sus tesoros pues sabe que están hechos con mucho amor, algo de lo que a ella tanta falta le hace. Claro, tiene el cariño de su amiga Suzzy que siempre está allí, pero muchas veces por la noche después de despertarse de tener una pesadilla, sobre todo cuando eres pequeña, Park buscaba el cobijo y abrazo de unos padres que nunca estaban. Y ha tenido que aprender a crecer con ello.

Otra vez, otra noche más Park vuelve a su cuarto sola, se zambulle en su cama y espera a que Morfeo la abracé con su sueño.

Amor de clasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora