Capitulo 19 Miedo

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Suzzy y Aarón están en las cabañas, con los guardas forestales, las noticias no son buenas. La ventisca es más fuerte de lo que se habían imaginado, así que las labores de búsqueda no se podrán retomar hasta mañana por la mañana.

- ¡Esto inútil! - Exclama nerviosa Suzzy. - ¡Hace más de tres horas que Jung se fue en busca de Park, y aún por encima no podemos buscarlos!

- Tranquilicese señorita, por suerte en estas montañas disponemos de bastantes cabañas de guardas, en el peor de los casos siempre podrán refugiarse en una de esas cabañas.

- ¿Y si no es así, y si se han caído y no se pueden mover, y están muertos por el frío?

Aarón abraza a Suzzy que llora desconsolada.

- ¡Por favor, tienen que hacer algo, se trata de nuestras parejas! - Exclama Aarón suplicando.

- Les aseguro que estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para localizarlos, pero entiendan que ahora es imposible encontrarlos por la ventisca, es un suicidio para mis hombres, les doy mi palabra de que mañana sin falta empezaremos las labores de búsqueda. Ahora intenten descansar algo ¿De acuerdo?.

Aarón se lleva a Suzzy que sigue llorando sin consuelo a la habitación que comparte con Park.

- Estoy frustrada, no me puedo quedar aquí y esperar... - Suzzy coge sus botas y el abrigo.

- ¡Suzzy! ¿Que vas a hacer?

- ¡Voy a buscarlos, no me pienso quedar toda la noche esperando!

Aarón bloquea la puerta con sus manos antes de que Suzzy pueda salir.

- ¡Estas loca, no has oído al guarda, no se puede salir con este tiempo!

- ¿Y que quieres que haga, que me quede aquí sentada esperando? ¡Estoy desesperada! - Suzzy rompe a llorar, y Aarón solo puede abrazarla.

En la cabaña ni Jung ni Park duermen, ambos se dan la espalda, fingen dormir, pero ninguno de ellos lo consigue, Jung tiene a su espalda a la niña que le juro amor eterno, y Park al niño que nunca pudo olvidar y que siempre estuvo esperando. El viento sopla cada vez más fuerte contra las ventanas de la cabaña, en algunos momentos da la sensación de que los cristales no soportarán más y romperán. En ese instante un estruendo producido por el viento golpea fuertemente la puerta de la cabaña, Park pega un pequeño gemido de miedo que hace que se entierre sobre la manta con la que se cubre.

- ¿Estás bien? - Susurra Jung con voz tierna y suave, mientras se gira frente a la espalda de Park.

- Si, solo me impresionó un poco ese ruido.

- Sabes, no es malo tener miedo a veces...

Park se gira ahora en dirección a Jung y se encuentra con su rostro mirándola, eso la pone un poco nerviosa, pero intenta mantener la calma.

- No sé a qué te refieres, yo no tengo miedo.

- Kim me contó que de pequeña siempre que oías los rayos de las tormentas te asustabas y corrías a esconderte...

- Valla... ¿Eso te dijo?

- La verdad es que cuando me lo contó me di cuenta de lo frágil que eras...

- ¿Crees que soy frágil?

- Si, una chica que se ha criado toda su vida sola por qué sus padres trabajan... eso te debe marcar.

- Valla, eres la primera persona que se da cuenta.

- Me imagino lo difícil que debió ser para ti, todas esas veces que necesitaste el apoyo de tus padres y no lo tenías, lo infeliz que te debiste sentir.

Amor de clasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora