Park entra con Jung en la casa de los empleados, hoy se siente más como uno de ellos. No puede creer que sus padres puedan ser tan egoístas, sabía que se sorprenderían por la noticia que les dio, pero nunca imaginó que llegasen a comportarse de semejante manera.
- Lamentó lo todo lo que han dicho mis padres, no pensé que serian así.
- ¡Ey tranquila! - Dice Jung mientras la abraza. - tu no tienes la culpa.
- Sabía que el estar juntos sería duro, pero no pensé que tanta gente estaría en nuestra contra.
- Entonces, ¿Te arrepientes?
- No, para nada, solo pensé que tendría el apoyo de mi mejor amiga por lo menos.
- Dale tiempo, una amistad como la vuestra no se puede terminar así.
Park besa a Jung, luego se le queda mirándo, sin saber por dónde comenzar, o qué decir. El silencio se apodera de todo y Park no sabe si marcharse o quedarse, nunca fue de esas mujeres que saben cómo atraer la atención de un chico, pero a Jung lo tiene hipnotizado. Jung ejerce también sobre ella una atracción tan descomunal que hace que no pueda moverse. El deseo puede cada vez más. Jung siente la respiración nerviosa de Park y comienza a abrazarla, ella nota como su cuerpo entra en calor, su piel parece estar suplicándole a sus manos que comiencen a deslizarse por el, lentamente, y así calmar la quemazón que esta sintiendo, sin embargo, ese gesto de su parte aún encenderá más sus ganas de entrelazarse a su cuerpo, y no sabe si quiere, tal vez no sea el momento, con sus padres en la mansión y toda la situación generada, pero sí, sí que quiere, quiere que le desnude, quiere que le siga mirando así.
A escasos centímetros de Park, Jung pone su mano en su mejilla, tierno, acaricia su rostro y le clava la mirada. Su dedo pulgar juega con los labios de Park, llenos de pasión, deseosos de atraparlo y abrazarlo con su lengua. Park cierra los ojos, el placer que sienten recorre sus cuerpos, los dos comienzan a gemir al ritmo de los besos de sus labios dulces y ardientes, que danzan y se mezclan suavemente en un juego en el que se acercan y se alejan, se muerden y se rozan, se abren y se cierran. Park siente la lengua de Jung haciendo el amor con la suya. La saliba de Jung la recorre entera y la contagia de su sabor, del aroma de lo más profundo de el que la está encendiendo cada vez más y más.
La mano de Park está descendiendo por el cuello de el muy grácil, tan sabio en ese gesto que le arranca más placer, se le escapa otro gemido sin poder resistirlo, Park quiere centrarse, es consciente de que pueden pillarlos, sus padres pueden estar buscándola, pero su deseo la domina más que la razón. De pronto Jung le toma entre sus brazos y la eleva, Park lo abraza con las piernas alrededor de su cintura. Su lengua se pasea por el medio de sus senos, hambrientos del contacto libidinoso de su boca. La lleva a la cama. Park esta desesperadamente llena de placer, desea más, le desea tanto que quiere que entre en su cuerpo, que lo haga ya. Pero primero le acaba de desnudar lentamente, mientras lucha para aguardar y controlar pacientemente su anhelo de sentirle dentro.
- Te deseo - Le dice Park entre susurros, con la respiración entrecortada.
- Yo también te deseo -Le contesta Jung murmurando en su oído derecho produciéndole tal placer que todo su cuerpo se estremece por completo.
Jung desliza sus labios entre besos arrastrados en ella, en su cuello, en sus senos, en sus pezones duros y erectos, los rodea con su lengua, luego se abre camino por su vientre que hierve en placer al sentir su aliento y le hacen gemir cada vez más y más.
Las manos de Jung acarician con delicadeza su zona púbica, con el fin de alcanzar la parte interna de sus piernas, que se abre al deleite de su tacto, ansiosa, envuelta en la humedad del éxtasis que su lengua está a punto de proporcionarle. Se aproxima y se aleja seduciéndola.
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Amor de clases
Storie d'amoreJung es un chico de 22 años huérfano que trabaja como camarero en una cafetería para poder costearse sus estudios universitarios de medicina y darle una mejor vida a su abuela, quien diría que el día que se cruzó con Park Shin Hye la rica heredera d...