Capítulo 05

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Digno de un funeral

Fue difícil lograr tranquilizar a Emma, lo que hizo hace unas horas no es algo fácil de asimilar, de aceptar. Raquel y yo estamos con ella dentro del auto.

Emma esta acurrucada en el asiento trasero del auto, mientras que Raquel y yo, estamos sentadas en los asientos delanteros, viendo a nuestra amiga.

Max y Víctor se ofrecieron para preparar el patio trasero para una cremación honorable, ya que es el primer cuerpo que encontramos.

Emma estuvo de acuerdo, quería darle a su madre lo último que merecía, un funeral. No se de donde sacará tanta fuerza para salir de aquí, pararse frente al cuerpo inerte de su madre y hacer que las llamas lo vuelvan cenizas.

Veo a Víctor parado bajo el umbral de la puerta de la casa. Lo que significa que es hora. Suspiro y toco ligeramente el brazo de Emma.

—Esta listo — susurro.

Toma una gran bocanada de aire y asiente. Segundos después, se remueve en el asiento y se acomoda en este, lista para salir y enfrentar su nuevo y más difícil reto.

¿Por qué esta pasando esto? ¿Por qué tenemos que atravesar todo esto siendo tan jóvenes? No estamos listos para esto, no estamos preparados para vivir solos, dentro de tanto tormento y dolor.

El patio esta limpio, adornado por el hermoso jardín que la señora Smith cuidaba tanto. Al centro, hay una especie de cama, formada por cosas que mis amigos encontraron; sobre este, descansa el cuerpo de la señora Smith, cubierta por una sabana blanca.

Tomo la mano de Emma e inmediatamente la aprieta. Caminamos hasta estar a unos metros del centro, donde el cuerpo de la señora Smith reposa. Siento sus músculos tensarse, al igual que sus sentimientos ahogarse.

—¿Estarás bien? — pregunto en un susurro.

Traga saliva y asiente sin mirarme.

Víctor y Raquel se nos unen posicionándose a nuestros costados. Max intento crear una antorcha, con un palo, ropa y gasolina. Con un encendedor, la enciende y se la tiende a Emma.

Ella la mira en silencio un par de segundos y luego la toma. Max se aleja de nosotros un par de pasos, se cruza de brazos y baja la cabeza.

—No hay nada que pueda decir — murmura Emma —. Solo que no pienso dejar morir a nadie mas y acabaré con cualquiera de esos monstruos que se cruce en mi camino — dice con decisión y lanza la antorcha.

El fuego rápidamente comienza a expandirse, abrazando todo lo que esta a su alcance.

Miro a Emma confundida, hay algo que a cambiado en ella en un abrir y cerrar de ojos, pero, ¿Como no habría de hacerlo al arrebatarle la vida a alguien? Jamás se vuelve a ser la misma al hacer algo como eso.

Mi mejor amiga se aleja sin decir una palabra, dejándonos en completa soledad y silencio. Intercambiamos una mirada rápida.

—Tomemos lo que podamos y sigamos adelante.

Esta vez, Max es quien tomó el volante. Durante todo el camino no se ha dicho ni una sola palabra y yo me he mantenido viendo a través de la ventana. Sin parar de pensar en mi hogar y mi familia.

Estar tan cerca de mi casa me emociona, pero también me asusta. Me aterra la idea de pasar por alguna de las situaciones por la que mis amigos lo hicieron. Aun tengo esperanza, fe en que mi familia siga con vida. Sin embargo, eso me hace sentir mal, ¿Y si soy la única que encuentra a su familia con vida? ¿Esto como hará que se sientan mis amigos?

Miro al frente, y en cuestión de segundos, una señora aparece en medio del camino.

—¡Alto! — grito.

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