Zona Cero ©

Final

Abro los ojos lento, confundida, con un dolor punzante en la cabeza y entonces, los recuerdos me pegan como una ola gigante. Me sumergen en el dolor y me asfixian, me arrebatan el aire poco a poco, me hacen agonizar lentamente con la desesperación, con la noción de que estoy a punto de perder mis últimos minutos en una lucha inútil que solo acabara mis energías.

—¿Alex? — escucho la voz de Emma.

Cierro los ojos y niego. Esto es real, el dolor, la perdida, la traición... mi derrota.

—¿Estas bien? — pregunta esta vez Víctor.

—¿Sabes dónde está Raquel?

Suspiro y abro los ojos, enfocando mi mirada en el techo blanco.

—Este lugar nunca fue para protegernos, sino para hacerlos millonarios, para ser utilizados como ratas de laboratorio, para tragarnos el cuento de que estamos siendo salvados y que salvaremos más vidas al colaborar con ellos.

—¿De qué hablas? — pregunta Emma confundida.

—Ellos van a vender la inmunidad. Raquel y Max están con ellos, siempre estuvieron con Eva.

—No puede... ¿Qué? — murmura Emma tratando de asimilar lo que salió de mi boca. La entiendo, fue difícil para mí también aceptarlo, incluso es más doloroso decirlo en voz alta, se siente mucho más real.

—¿Dónde está mi hijo? ¿Dónde está Frank? — pregunta mi madre.

Una lagrima resbala por mi cien y el nudo en mi garganta crece de prisa una vez más.

Niego —No lo sé, no se que hicieron con ellos, yo...

—Alex tranquila, no es tu culpa, los encontraremos — dice Víctor.

—¿Como? — pregunto rendida —. Estamos atados a estas camas, encerrados en una habitación. Es todo, se acabó, no puedo ofrecer nada más, no tengo nada más para ustedes.

—¡Alexandra! — grita mi madre —. ¿Te estás escuchando? No llegamos hasta aquí por suerte o el destino, estamos aquí, vivos, gracias a ti.

—Lo hice, y ahora miren donde estamos.

—Seguimos vivos, significa que aun tenemos oportunidad de hacer algo, sé que los traerás de vuelta.

No se como hacerlo, no sé si seré capaz. Estoy derrotada, no hay más que pueda hacer.

—Alex, escúchame con atención, solo tengo un par de minutos — dice la agitada voz de Broke a través del altavoz.

Una pisca de esperanza se enciende en mi pecho y me alienta a luchar de nuevo. Broke sigue ahí afuera, sigue de nuestro lado, ella no se ha rendido y yo tampoco lo haré, no aún.

—Las cámaras se reinician a media noche, utilizaré esos cinco minutos para hackear el sistema y desactivarlas, esto nos dará diez minutos antes de que vuelvan a activarse y las alarmas suenen cuando vean que ya no están ahí. Los sacaré de la habitación y tendré preparado un avión, pero para llegar a este debemos atravesar la sala de juntas. Nos tomará tiempo, así que necesito que me ayuden para hacer todo lo más rápido posible. Hasta entonces, no hagas nada estúpido.

La habitación queda en completo silencio. Broke ahora es nuestra única oportunidad y debemos hacer las cosas bien si queremos salir de este lugar.

—¿Qué acaba de ocurrir? — pregunta Víctor confundido.

—Esa fue nuestra señal, nuestra oportunidad.

Las horas han pasado lento, sentí cada minuto como una eternidad. Mi desesperación por salir de este lugar aumento cada vez que la manecilla del reloj avanzaba.

—¿En qué tanto piensas? — pregunta Víctor.

Suspiro —Todo esto es mi culpa.

—¿Estás loca? ¿Acaso no escuchaste a tu madre? Estaríamos muertos hace mucho tiempo de no ser por ti.

—¿Y si lo estamos para mañana?

— Sobrevivimos a más de una docena de zombis, no moriremos ante un par de hombre uniformados y con armas. Y si lo hacemos, al menos lo haremos luchando.

—No son solo hombres uniformados.

Suspira con tristeza —Son ellos ¿Verdad?

—Si — murmuro.

— Creí que la muerte de mis tíos lo harían cambiar, querer ser mejor para ellos.

—Víctor... —susurro —. Eva es tu tía.

—¿Qué? — pregunta sorprendido —. Eso es imposible, murieron en un accidente.

—También lo creí cuando Max me lo contó. Él nos mintió, siempre supo de todo esto, el seguía ordenes, el nos trajo directo a la boca del lobo.

Se mantiene en silencio.

—Raquel también se unió a ellos, no se hace cuanto, pero, ella también nos traiciono.

—Alex, escucha, sin importar que pase, estoy segura de que saldremos de este lugar, estoy seguro de que nos sacaras, confío en ti.